viernes, diciembre 31

365 días, 8760 horas, 525600 minutos, 31536000 segundos...

Dentro de esos 365 días, 8760 horas, 525600 minutos y 31536000 segundos he vivido los días mas felices de mi vida, pero también los más tristes. He sido capaz de hacer algo que nunca imaginaría; dejar a alguien queriendole, he perdido a gente muy importante, he llorado por amor, he suspendido tres examenes seguidos, he discutido por tonterias, he sido egoista, he cambiado, mi autoestima ha tocado el punto mas bajo, he engordado... Pero he ganado un concurso de relatos breves, he conocido a esa persona que tanto esperaba, he viajado a Londres y Alemania, he pasado mi primer verano de verdad, he conseguido tener moto, he escrito lo mejor de toda mi vida, me he sentido libre, he echo amigas, he reido MAS QUE NUNCA (amo reirme)...

Rompiendo con los tópicos he de decir que no, no tengo ningún proposito para el 2011 porque me parece la chorrada mas grande del mundo. Solo espero que el 2011 se un poco mejor que el 2010, y seguiré con las estupidas promesas que solo se le ocurren a una adolescente de 16 años; algo así como conseguir que un país se una por una puñetera vez en toda la historía para decidir lo mejor para el mismo país, acabar con el puto extremismo que no hace mas que enfrentar a las personas, difundir la paz y conseguir que en los paises del Este dejen de verse situaciones que bajo mi punto de vista dan verguenza ajena, prohibir que niñas de 12 años se prostituyan a cambio de dinero, no permitir que la cultura sea un medio de justificación para la falta de libertad que sufren muchas de las mujeres que viven en África y que ONG's como ''Medicos sin fronteras'', Unicef y Caritas sigan en pie y nunca dejen de luchar por las causas que defienden.
Acabar con la violencia de genero en cualquier parte del mundo, cambiar la justicia para que realmente se la pueda nombrar así, intentar salvar el fúturo disminuyendo el paro juvenil, legalizar la prostitución y dejar de críticar a las personas que la ejerzan, acabar con el tabaco definitivamente, seguir luchando por la desigualdad, ya sea laboral o de cualquier otro tipo y dejar de pertenecer a una masa insensible de personas que solo miran por su ombligo. Que la vida consiste en algo más que levantarse los Lunes e ir hacia el trabajo para conseguir un sueldo que después se lo tragará la hipoteca y las facturas. Que la vida se mide en pequeños sorbos de felicidad condicionados por pequeños o grandes estiramientos de las mejillas produciendo sonrisas. Que la vida es eso, como dijo el gran John Lennon, es algo que pasa mientras estás ocupado haciendo otras cosas.

Y por no saltarme el protocolo, ya solo me queda decir que: ¡Feliz 2011!


Atentamente: Marlene Torres Prieto

domingo, diciembre 26

Posdata: Feliz Navidad

Las paredes blancas y azules le recuerdan al fresco olor del mar cuando una valiente ola rompe contra la orilla originando una lucha por la supervivencia entre espuma y arena. Las grandes vidrieras cristalinas dejan pasar los primeros rayos del sol matutinos. La chimenea, robusta y sencilla, dan fortaleza a la casa. El sofá se mantiene intacto, con pocos recuerdos tatuados en su piel. La suave y delicada brisa le acaricia las extremidades y abraza su alma. Las escaleras mantienen una asimetría casi perfecta entre ellas, y el brillo del adoquinado resplandece con luz propia. Pero todos esos detalles pasan desapercibido cuando vives entre ellos día tras día. Es un salón. Un simple salón, piensa ella. Imagina que para su hija ese simple salón es la puerta hacia la vida. Pero ya no está. Ahora oscurece antes, las calles están únicamente alumbradas por la tenue luz que les proporciona las farolas enterradas bajo grandes mantos de nieve y una Navidad mas está apunto de transitar...


Vanesa abre el cajón de la mesita de noche, y sigilosamente agarra el sobre que hay dentro de el. ''Para Mamá y para Papá'', lee en la parte exterior. Con mirada inquieta, el corazón trepidante y las manos temblorosas decide abrirlo. Comienza a leer.


Para unos padres maravillosos:


Hola Papá. Hola Mamá. Soy yo, Charlotte. Supongo que si estáis leyendo esto es porque es el día de Navidad.... Estoy en la ventana de mi habitación, contemplando mi ultimo amanecer y atisbando el cielo desde mil ángulos diferentes. Adoro la Navidad. Siempre me ha gustado observar como la blanquecina y fresca nieve que te congela las extremidades e intenta meterse en tus venas como una dosis extra de frío, se descompone paulatinamente como un elemento natural efímero que es. Aquí siempre nieva, así que imaginaros como estoy... Parezco una niña pequeña con los ojos fijos en este gran ventanal. Me gustaría volver a ser una renacuaja y que los 25 de Diciembre se redujeran a una simple creencia que vosotros llamabais Papa Noel pero que a mi me hacía tan feliz. He vivido 18 años, 6 meses, 3 días y 2 horas... el tiempo suficiente para descubrirme, para afrontar este duro golpe que me dio la vida y que no supe como encajar, pero que fue menos duro gracias a vosotros. Ahora mismo tengo ganas de salir de esta odiosa estancia con paredes que parecen repetirse y galopar como si fuera un caballo anclado al deseo de la libertad. A veces he tenido la sensación de que solo yo giraba alrededor del mundo, pero ahora giráis todos a mi alrededor. Bueno... por lo menos me cautiva la idea de saber que estas ultimas palabras de un corazón apunto de morir os pertenecen. Debéis saber que no tenéis la culpa de nada de lo que me ha pasado. Las enfermedades no se escogen. Mi final llegó, y aunque llegó mas pronto de lo esperado, no importa... Lo cierto es que hasta puedo oír como se va acercando, como toca la puerta para entrar. Dejaré de resistirme porque es inútil aferrarme al tiempo cuando este ha dejado de transcurrir ya por mi cuerpo y por cada recoveco de mi interior. Siento extinguirme de vuestras vidas y de arrancarme de esta forma. Ya sabéis que me encantaría estar allí abajo con vosotros pero no es así, de modo que os deseo que este sea vuestro mejor regalo de Navidad.

No os preocupéis por mi, aquí arriba no se está tan mal. Lo siento, creo que mi otra vida comienza, y comienza ya.


Posdata: Feliz navidad.
Charlotte.



Vanesa no puede evitarlo y una valiente lágrima ,-muy valiente, además-, cruza toda la superficie de la corteza de su rostro. A esta le siguen muchas más. Solloza en silencio mientras deambula por el salón, cuando de repente se para frente al retrato de su hija. Es una mezcla de fragilidad e inocencia. Manifiesta felicidad. Su sonrisa era capaz de ahuyentar los obstáculos más grandes. Hacía que su rutina diaria fuera menos difícil. Su tranquilidad la relajaba a veces. Y cuando lloraba o el cielo estaba constituido por una gama de grises, venía ella, proyectaba su sonrisa al viento y las nubes dejaban paso al astro. También recuerda que cuando gimoteaba o estaba entristecida el día la acompañaba; si lloraba, llovía. Los granos de agua dulce continuaban el mismo compás que el de sus gotas saladas. De modo que ha podido controlar cuando lo hacía. Solo tenía que abrir la puerta, salir de su casa, asomarse al patio y contemplar el cielo. Flash. Mil flashes. Lo siente. No puede evitar preguntarse que sentido tiene una Navidad sin Charlotte. Pero sus preguntas tienen la misma contestación que las de ella; ninguna. No obstante, ella sabía de sobra que Charlotte estaría presente en cada Navidad, en cada estrella del cielo, en cada llama prendida de una vela, en cada gramo de felicidad que causa estar en estas fechas y en cada adorno alegre y bicolor del gran árbol de Navidad. Cerró los ojos y unas palabras nacieron de su interior: "Charlotte es la Navidad".

miércoles, diciembre 22

cuando queda el reflejo

Se clava frente al espejo, tapando su verguenza con la oscuridad de la habitación, evitando encontrarse con su reflejo, que sin saber como, va apareciendo poco a poco como un puzzle. Lo intenta. Intenta exprimir las pocas fuerzas que le quedan para afrontar su reflejo, para admitir que la persona que ve frente a ella, es ella misma; CUESTA. Lo intenta, pero no puede...
Vuelve la cabeza, mira al fondo del pasillo negro y se arma de valor. Por lo menos el suficiente para hacerlo. Avanza, sitúa el pie derecho, después el izquierdo, y sin darse cuenta va camino al espejo. Lo mira, se imagina, y se vuelve a clavar delante de él. Escucha sus pensamientos, analiza la situación, se queda en silencio, se vuelve a imaginar, y ocurre. Dirige el brazo hacia el interruptor y se pregunta que demonios es eso que recorre su rostro. ¿Agua? Piensa para sus adentros. ¿Cómo habrá llegado hasta ahí?
Se repite el silencio. Silencio, silencio, y más silencio. Se seca el agua de la cara y arranca esa estúpida mirada de sus retinas que no la deja volar y sentirse libre. Pausa. Comienza de nuevo, y entonces se da cuenta. Son lágrimas. ¿Pero cómo? No hay respuesta. Solo es capaz de quitarselas apretando fuerte los dientes para contener toda esa rabia que la inunda. Apaga la luz, y se consume en la oscuridad. Sin querer, vuelve a hacerlo. Llora, y en silencio, para que nadie la oiga... Llora....

sábado, diciembre 18

cuando quedan lágrimas

Porque hay momentos en la vida en las que las palabras sobran, y los gestos, las miradas, los latidos, el tembleque de las manos, los besos y los suspiros contados hablan por nosotros. Porque ella supo que ese instante, entre el saber y no saber, principio y final, jamás iba a poder ser descrito por nadie, ni por los titulados en el amor, ni profesionales en putadas de la vida, ni contables de gramos sobrantes, ni manipuladores de balanzas, ni el contable de las sonrisas. Ni nadie. De modo que se levantó con decisión, miró al frente y se secó las estupidas lagrimas que causaba ser diferente. Agarró la pluma que le habian regalado por su cumpleaños, -todavía sin estrenar-, quitó el envoltorio que la separaba del exterior y le enseñó sus manos, hasta que la pluma se acostumbró a las arrugas imperfectas de la superfecie de ellas. Situó la plateada y fría punta de la pluma sobre el papel, y comenzó a trazar la silueta de las letras.

ESCRIBIR.
No tengo mucho más que decir. Para mi lo ha sido todo, aunque ahora solo sea un ''pequeño'' hobby rescatado del lapicero de vez en cuando. Prometo no abandonarte nunca. Prometo seguir siendo la que era.

Colocó la pluma encima de la mesa en la parte derecha del escritorio. Volvió a mirar al frente, y contempló el cielo desde los diferentes angulos que ofrecía su ventana. Luna llena. Sumergió sus penas en la luz fluorescente que reflejaba y ahogó esas ridículas barreras que no la dejaban ser feliz al completo. Giró la cabeza, dejó caer la mirada sobre el escritorio y volvió a el. Atisbó la hoja durante unos segundos, y mas tarde guardó la pluma protegiendola con su funda. Suspiró y... lloró.

miércoles, diciembre 15

Constitución española

Normalmente suelo hacer textos narrativos, pero hoy publicaré una crítica. La idea se me ocurrió, cuando de vuelta a casa, me encontré con un vagabundo por la calle tirado en un postigo reclamando un poco de atención por parte de los ciudadanos que transitaban por allí.

El día 6 de Diciembre de 1978, fue aprobada por mayoría la constitución española, en vigor desde entonces. En aquellos tiempos, imagino que esta creación suponía un alivio para los ciudadanos, ya que habian logrado aquello por lo que tanto habian luchado: unos derechos que velaran por su seguridad y demás. A día de hoy, me sería imposible nombrar cada uno de los ciudadanos, que actualmente residen en España, viviendo en la calle. Así como todos los que no tienen una vivienda digna, tal y como asegura nuestra ''querida Constitución'', y todos los derechos que engloban nuestro bienestar. No es que pretenda ser esceptica, o que me apetezca apuñalar nuestros ''derechos'', simplemente defiendo la razón de comprender que nos han estado embaucando con miles de promesas que supuestamente, unicamente se preocupan por nosotros y han sido creados con ese fin. Pero... ¿Realmente es así? Instintivamente, se me plantea otra pregunta: ¿Existe la democracia? ¿O solo se trata de otra característica ficticia de lo que suponemos es ''mejor'' para el país? Se me ocurren varias respuestas, pero por no alargar esto, escogeré dos de ellas. La primera, es que nunca he creido en ella. Es decir, dudo que en algún momento historico determinado se haya implantado la democracia incluyendo todo lo que eso conlleva, que es contar principalmente con la participación del ciudadano, acción que unicamente forma parte en la elección del representante de la ''Democracia''. La segunda respuesta, creo que me decantaría por el extremismo que mantiene un país dividido, mayormente en dos bandos, cuyos nombres no nombraré ya que creo que todos sabemos de quienes se tratan. Independientemente del bando que seas, pienso que se debería dejar a un lado esa faceta extremista y pensar en que opiniones nuestras se asemejan a las suyas, y votar por aquel. El problema es que estamos tan ciegos en uno o en otro, en defenderlo a muerte y discutir en absurdos debates que alfinal no dejan nada claro ni resuelven los autenticos problemas de la población española, que no extraemos ninguna solución valida. Por otra parte, es importante nombrar la ignorancia que nos consume poco a poco, y que en un país como este, como un buen día dijo Jordi Sierra i Fabra, solo el arte te acerca a ti misma y te aparta de un mundo vulgar y mediocre. No podría estar mas de acuerdo, así que aquí acabaré mi crítica, a ni mas ni menos, que nuestra constitución, la democracia y la mediocridad. Dejaré que seais tan mediocres como lo estais siendo hasta ahora, que vuestra única aspiración sea desear que llegue el sabado, poneros ciegos a alcohol y no recordar nada al día siguiente. Dejaré que formeis parta de esa masa (la mayoría sin futuro) denominada paro juvenil, y que el fracaso sea vuestra unica meta en la vida. Aquí me despido, con la tristeza que causa pertenecer a una sociedad en la que ser diferente cuesta un precio, pero que alfinal solo las personas diferentes consiquen hacer de este mundo, otro un poco menos cruel.

Marlene Torres Prieto

domingo, diciembre 12

cuando queda el te quiero (2º parte)

Poco a poco fui comprendiendo que debía ser justo y aceptar mi derrota si no lo lograba. El amor es muy puto. O lo era yo. En cualquier caso, seguí pensando al mismo tiempo que mis piernas iban poco a poco dejando de responder. Era ahora o nunca. Apreté fuerte los musculos y continué con mi camino. El tren aceleraba cada vez más mientras cogía velocidad. Hubo una milesima de segundo en que pensé que la había perdido; mientras ella solo se limitaba a atisbar el sol escondiendose tras las nubes, cruzando esa lamina de cristal que nos separaba. La miré. Me miré. Bueno, mas bien me imaginé. Y aceleré al mismo ritmo que lo hacía el tren. Logré alcanzar la ventana de su vagón y comencé a golpear fuerte, desgastando mi aliento en cada golpe. Se giró y vio la silueta de mi mano formando una sombra en el interior del vagón. Se levantó y miró a través del cristal. Vi como se le iluminó la mirada, y la sonrisa que mi estúpida persecución le causó. De repente, se fue. La vi desaparecer entre los demás pasajeros del tren y no supe si seguir corriendo o parar. Creo que fueron los peores momentos de mi vida sumergido en la incertidumbre. Pero volvió. Volvió y solamente me miró. Después vi como levantaba la mano y hacía un leve movimiento con ella. Me estaba diciendo adiós. ¿Adiós?, pensé. Entonces paré en seco. Y lo comprendí. Antes fui yo el puto, ahora lo es ella. O tal vez solo se trataba de justicia. ¿Pero acaso existe la justicia en el amor?.




Quieto, casi al final del carril, observé como el tren se marchaba y se iba alejando cada vez más. Hasta que desapareció por completo entre los rayos del sol. Entonces cai en la cuenta de que ella también había decidido perderme en el mismo momento en que pronuncié mi silencio. Ya no había vuelta atrás. Por alguna extraña razón, seguí mirando al horizonte, preguntandome que misterios aguarda el amor... Y pensé que ese era uno. Respiré hondo, y le di la vuelta a ese horizonte que se había tragado el tren, y con el, a ella. Me limité a andar lentamente de nuevo hacia la salida mientras el sol calentaba mi espalda...

jueves, diciembre 9

cuando queda el te quiero

Siempre he odiado las despedidas. Vi su silueta fundirse con la distancia, que paulitanamente nos iba separando. De repente, se paró en seco. Giró la cara y sus ojos fueron a parar directamente en los míos. Siempre pensé que sus ojos no le decian nada al mundo, y sin embargo, a mi me lo decian todo. Pero en ese momento no fueron sus ojos los que le delataron, sino sus manos escondidas en los bolsillos del abrigo, y las palabras vacías que no pudo pronunciar. Por un momento, me dio la sensación de estar frente a una desconocida, y raramente me sentí mas cómodo y relajado. Dicen que tenemos mas confianza para contarle nuestra vida a un desconocido que a alguien que conozcamos. Supongo que será porque el desconocido no sabe como somos, y si lo sabe es simplemente a raiz de lo que le contamos.

En cualquier caso, ella seguía frente a mi, y yo seguía con la misma cara de idiota. Entonces, sin saber como, se atrevió a decir la palabra prohibida que tanto habiamos estado evitando. -Te quiero-, murmuró.
Lo intenté, creedme que lo intenté, pero no pude.


¿Acaso iba a cambiar algo que le dijera ''Te quiero''?, pensé. De ser así, lo hubiera echo; pero no lo hice. Alcé la mirada y contemplé sus labios, su figura, sus ojos... Tenía la mirada sumergida en miedo y había extraido las manos de los bolsillos. Estaba en lo cierto, le temblaban. Volví a alzar la vista y miré el reloj de la estación. La 1:15pm. Bajé la mirada y me encontré la suya, que me pedía a gritos una respuesta.


-¿No dices nada?-, reprochó.
-Quedan 15 minutos-, respondí.
-¿Eso es todo?-, volvió a reprochar.
-No se que mas quieres te diga-.


¿Realmente no tenía nada mas que decirle? Un hasta luego, te quiero... O no se, cualquier chorrada que se dicen en estos momentos. Atisbé su rostro por ultima vez y mis labios producieron un leve movimiento que no sirvió para nada, porque ninguna palabra rompió mi silencio. Ya se encargó ella de eso.


-No no, dejalo, ¿sabes?. Llevo meses, semanas, días intentando que te abras, que olvides a quien tengas que olvidar y que vuelvas a querer como hacias antes, pero no quieres. Te encierras en ti mismo y no dejas que te ayude, no me dejas formar parte de tú vida, y ahora, a 15 putos minutos de perderme para siempre, te digo ''Te quiero'' por primera vez y solo eres capaz de decirme que quedan 15 minutos. Parece que quieras perderme de vista.- gritó enfadada.
-No me puedes obligar a nada-.
-No, claro que no... Dime Jack, ¿de verdad no me quieres?-, preguntó.


Miré a todos lados intentando esquivar su mirada. No lo pude evitar, y el orgullo, disfrazado de cobardía susurró un estúpido ''No'' que hizo que la perdiera para siempre.
La 1:30pm.
''Último aviso para los pasajeros con destino a Barcelona'', se oyó de fondo. El tren estacionó en el segundo carril. Cogió las maletas del suelo y cargó con el dolor que produce tener gramos (de amor) de más. Vi como su larga melena ondeada al viento cubría la máscara de tristeza que le ocasionó mi silencio. Andé cabizbajo hacia la salida, hasta dar con el coche. Cuando me dispuse a abrir la puerta, de repente, la vi. Ocupaba el asiento del co-piloto y me miraba fijamente, -mientras conducía-, con la sonrisa mas resplandeciente y bonita que había visto jamás. Después se giró hacia donde estaba, y atisbé como miraba a través de la ventana con esa mirada hechizada y atontada característica de los enamorados. Entonces me di cuenta de que la quería. Era ella; esa persona que siempre había estado buscando...


Corrí de nuevo hacia la estación tan veloz como lo hace el cobarde que huye de la muerte. Unas lagrimas muy inoportunas recorrieron mi rostro. No dudé ni un solo segundo cuando la vi en el vagón mirando al infinito rehuyendo de mi posible mirada y del pasado que minutos atrás había colocado una sonrisa decaida en su rostro. Seguí corriendo retando la resistencia de mis piernas, intentado devolverme lo poco bueno que quedaba en mi vida y que ahora mismo se estaba marchando. Estúpido de mi, que no me di cuenta de que la perdí en el mismo momento en que respondí con un silencio sonoro a su ''Te quiero''. Aquello ya la alejó.


CONTINUARÁ...

miércoles, diciembre 1

cuando aparece el miedo

Apoyó su cabeza contra los pliegues de la almohada, concentrando todos sus pensamientos en un solo hilo de algodón. Derecha, izquierda, al frente, boca abajo. Probó todas las posturas posibles pero aquel insomnio producido por el ruido de sus propios pensamientos no le permitió cerrar los ojos nisiquiera un instante. Un fuerte zumbido provenia de las calles desiertas y la áspera sensación de soledad pintaba las esquinas de una ciudad fantasma. Colocó la pierna derecha primero, luego la izquierda. Tambuleandose, se dirigió hasta la cocina, donde las sombras de una cena marchita la esperaban. Abrió la estanteria y escogió un vaso al azar. Lo colocó sobre el frio marmol y lo llenó de agua. Tuvo la sensación de vivir en el gelido polo norte, pero esta misma sensacion desapareció cuando sintió una corriente de calor recorriendo todo su cuerpo. La mano siguió su recorrido hasta que llegó a su larga melena bronceada que cubria toda la superficie de su espalda. Un leve escalofrio nació dentro de sus entrañas que produció una vaporosa sonrisilla en su rostro. La mano le fue retirando el cabello de la espalda, colocandoselo al lado izquierdo. Unos labios se aproximaron hasta su oido derecho. Fuese quien fuese que estuvise detrás, se sentía violento, nervioso, desconcertado... Lo comprobó por su inquieta respiración que seguía un ritmo acelerado e inexacto preocupado por no seguir el compás establecido. Unas palabras nacieron de unos labios que habian olvidado la completa nocion del tiempo, unos labios que habian olvidado el abecedario, o por lo menos el de los vivos. Los labios desconocidos se posaron sobre su lobulo: -''¿Sabes quien soy?''-susurró entre silencios. Los poros de su piel se estremecieron y sus pupilas se dilataron. Le hubiera podido recordar si no fuera por el pequeño detalle de que la persona que habia formulado la pregunta tuviese rostro, piel, ojos, labios, nariz... De repente, todo cobró sentido. Era el. Pero no podía ser. ¿Cómo? Millones de preguntas bañaron su mente y solo una fue capaz de salir al exterior: -¿Cómo es posible?-.




La mano abandonó su posición y los labios se retiraron de su piel. ''Todo es posible, tú misma lo dijiste''. No hubo respuesta. En lo único en lo que pensaba era en la posibilidad de que todo aquello pudiese ser una horrible pesadilla. Todas las sospechas desvanecieron cuando la mano volvió a rozar su cabello. Dibujaba la silueta de un corazón roto en dos mitades sobre su espalda.


-¿Te acuerdas ahora?.
-Pero no... no... no... es posible.
-¿Y como puedes es que puedes oirme, o notar como acaricio tu pelo?
-Será una pesadilla.
-Vamos, no te engañes. Los dos sabemos que no es así.
-Esta es solo una puta pesadilla... ¿¡Que quieres!?
-Yo te quería... di mi vida por ti. ¿Acaso no te sirve eso?.
-Aquello sucedió hace mucho tiempo, ya nisiquiera me acuerdo...
-¿Estas segura?- dijo con tono amenazador. Solo vengo a recuperar lo que es mío
-¿El qué?
-A ti


La misteriosa silueta desapareció entre la escala de negros que formaba la oscuridad de la cocina. Le temblaban todas las extremidades del cuerpo y apenas podía mantenerse en pie. Miró atrás para comprobar que se habia ido. Derecha. Izquierda. Frente. Y pasó. Las lágrimas recorrian paulatinamente sus mejillas ennegrecidas y sus labios deshumedecidos. Anduvo de nuevo hasta la habitación, con los ojos fijos en su espalda por si volvia a aparecer. Se metió dentro de la cama y se tapó hasta impedir que cualquier rastro de luz, o gramo de aire fresco consiguiera atravesar la sabana.

viernes, noviembre 26

cuando se va el corazón

El invierno le congelaba hasta lo mas profundo de sus capas. Este siempre bombeaba, sin ser consciente del alterno paso de los segundos. Por sus venas y capilares jamás transitaba ni la mas mínima gota de pavor. Sus contracciones eran similares a las que producían mi sonrisa cuando su silueta se reflejaba en el frágil contorno del espejo, pero desvanecía a medida que la silueta se perdía entre mis dedos de recuerdos. Que no digan que fui pusilánime, que aquellas miradas inquietas atemorizaban hasta al ser mas vigoroso. Este instrumento es inmune a la sensiblería, por no decir que no conoció ni la pena. Su encomienda era simple, solo debía preocuparse de propagar eso que todos sentimos en algún momento en nuestras vidas; bienestar, suerte, prosperidad, ventura, fortuna, contento, alegría...
En ocasiones oí decirle que con el paso de los años, ese lugar debía ser sitio para jóvenes, que su humilde vacio debia ser reemplazado. Por aquel entonces, no fui capaz de concebir sus señales cuando en menos de una milésima de segundo pasaba de 90 pulsaciones por minuto a 250. Le anhelo. A el y a sus sencillas tareas que me regalaban la vida que no merecía, pero ingenuo de mi decliné cualquier invitación a la apertura de ese gran obsequio. ¿Por qué? Pregunto hoy deambulando por las calles de esta vieja metrópolis que reposa bajo exorbitantes mantas negras de nieve, porque aquí, en la avenida sin número de la capital sin nombre hasta lo que debería ser una bendición se convierte en zozobra. Ahora comprendo que su función iba mas allá de encargarse de distribuir sangre por cada recoveco de mi cuerpo... Dime que volverás. Vuelve en el momento menos esperado y dispuesto a todo como haces siempre. Solo quiero volver a contemplar tus caminos marchitos que construyen su ahora en un justo antes cercano que desaparece en el lejano horizonte que jamás llegué a compartir contigo. Dejame clavar mis retinas en las tuyas, aunque las confunda con el suave tacto del cielo. Ansío fundir las yemas de tus dedos en mi abrigo de piel lozano para saber que aún en amaneceres difíciles en los que el ventanal de mi habitación compite contra las fotocopias de un sol cansado de ser impreso, tu estas ahí. Vuelve cuando los veranos sean inviernos, los otoños primaveras, cuando estas venas secas recuerden el flujo que circulaba por ellas, cuando las comisuras de mis arrugas sean capaces de abatir los problemas que acechan cada lámina de madera de mi puerta y cuando tus contracciones concuerden en espacio y tiempo con las mías que se extinguieron en el mismo momento en que tú desafinada silueta dejó de brotar entre copas, lágrimas y sonrisas.

Marlene Torres Prieto

martes, noviembre 23

cuando queda el pasado

He huido cuanto he podido de sus miradas oscuras, casi negras al igual que las cenizas fruto de su llama apagada. He esquivado sus suplidos, que entraban como corrientes de aire en mis oídos. He olvidado la reacción química que ocasionaba la piel arrugada de la superficie de sus labios navegando por los mios. He buscado sus manos fracturadas en medio de una tormenta de neblina matutina que cegaba sus retinas, anclándola al paso discontinuo de los segundos, saltándose milésimas de segundos. He descompuesto cada rincón de mi longevo cuerpo en los suyos, y he transportado mis impulsos nerviosos por sus venas llenas de melancolía intentando espantar el ser desilusionado que habita en ellas. He deseado volver a casa, donde inundado por la rutina me sentiría menos fuera de lugar, y donde su vacío parece menos vacío por la presencia de mi calendario pausado que no encuentra su día. He creado un pequeño paréntesis para relegar sus medias sonrisas esbozadas a la luz del sol, sus retratos y sus pupilas color esmeralda que se confundían con el olor de la felicidad. He calculado cuanto pesan estos gramos de amor de más que han yacido dentro de mi cofre a punto de extinguirse, pero no encuentro ningún contable capaz de percibir estos gramos translúcidos que desequilibra esta balanza, conocida por muchos como dolor.

viernes, noviembre 19

Diario de una asesina del amor (2º parte)

***


Día 2 de Enero, 2020



Ruido. Suena el ordenador. Mario ha hablado a Magda por el chat.

-Hola.

Magda no contesta. Intenta mirar a otro lado. Intenta apartar la mirada del teclado que está apunto de teclear para contestarle. Lo intenta, pero no puede. Rabia. Odio. Y sus manos moviendose.

-Hola.
-¿Estas enfadada?
-Sí
-Joder Magda, yo no he echo nada. ¿Qué querias? ¿Qúerias que volviera a caer en tus engaños y en tus mentiras? ¿Querías volver a ilusionarme?
-No, simplemente quería que fueras allí a la maldita cena, donde supuestamente iba a dejar las cosas claras y pensaba dejar con Nico, pero no... tu siempre tienes que hacer lo mismo, tienes que ser el idiota de turno, el que las deja a todas, el machote.
-No fui porque me encontraba mal y no tenía ganas, ¿estas contenta?
-No me vuelvas a hablar nunca más
-Vale

Rabia. Latidos acelerados. Lágrimas. Tristeza. Soledad. Odio. Y vuelta a la rabia. Rabia. Rabia. Rabia. Silencio. Y rabia. Todo su ser estaba inundado en rabia. ¿Que había ocurrido? Por primera vez se le había escapado la situacion de las manos. Por primera vez Mario fue capaz de decirle que se acabó. ¿Realmente se acabó? ¿Y Nico? ¿Qué pasa con Nico? Muchas preguntas sin respuestas. Muchas lágrimas corriendo por su rostro por alguien que nisiquiera las merece.

Nico está conectado. Ahora no tiene ganas de hablar con él.

***

-Hola cariño-, le escribe a Magda. No le contesta. ¿Que pasa?, piensa. Será una de sus rabietas. Pues si que empezamos bien el año.

Pasan los días, las horas, los minutos, los segundos... y con estos transitan al mismo tiempo los te quiero que se han olvidado entre Nico y Magda, los besos que Nico ya no recibe por su parte, los malas épocas y lágrimas, muchas lágrimas.

-¿Qué te pasa Magda?, dice Nico.
-Nada
-Algo te tiene que pasar, estas rarisima. Ya ni siquiera tienes ganas de hacerme el amor, ni para besarme, ni siquiera para abrazarme. Has perdido absolutamente todas las ganas que siempre tenias de mi...
-¡Que no me pasa nada joder! No tengo ganas y punto.
-Vale

¿Que hago? ¿Qué estoy haciendo? Le hago daño y ni siquiera me importa. Lo miro y no lo reconozco. No le quiero. No siento nada por el. No tengo ganas de el. No le abrazo, ni le beso, ni hacemos el amor. Hace tanto tiempo de eso... ya ni me acuerdo. Pero es que no puedo, no me sale de dentro. Lo estoy perdiendo, estoy perdiendo todo..., piensa.
***

''No me creo ni yo misma lo que estoy haciendo pero es que te quiero. Lo he intentado, creeme que lo he intentado, pero es que por mas que quiera, no puedo ¡joder!, ¿no puedes ser capaz de entenderlo? es que nadie lo entiende ¡joder!, para mi ya no es lo mismo y se que no lo será. Siento que ahora te quiero mas que a Nico pero no me atrevo del todo a dar ese paso que tantas veces he estado apunto de dar.''

Duda. Piensa. Y no responde. Tiene que olvidarla, tiene que empezar por algo para olvidarla, y este es el primer paso. Ignorarla. Ni siquiera le importa ya si le hace daño o no, porque ya no le importa. Perdió su oportunidad hace mucho tiempo, y Mario ya no puedo hacer nada. Espera que sea feliz con Nico, aunque por dentro se muera de ganas porque se acabe lo suyo y ella no sea de nadie.



Que doloroso puede llegar a ser el amor. Cuanta rabia y cuando odio puede generar dentro del alma de una persona. Eso lo sabe muy bien Mario, aunque el en el fondo siempre fue así. El tambien jugaba con Magda pero ella lo hacía mucho más. Y ella por lo menos tenia a Nico, el no tenia a nadie. Intentó olvidarla o arracansela de su vida con otras, pero no pudo. Ninguna era como ella. ¿Por qué los seres humanos nos empeñamos en querer controlarlo todo? ¿Por qué todo es tan díficil? Nadie lo sabe. Ni Magda, ni Nico, ni Mario. Magda es la princesa bruja que ansia dominarlo todo, y le encanta la idea de saber que dos hombres mueren por ella. Mario no soporta la idea de estar enjaulado y sin embargo lleva mas de un año detras de Magda apesar de que ésta está con Nico. Nico es ciego y solo puede ver lo bueno de Magda, la ama incodicionalmente y estaría con ella en cada segundo de su vida si de el dependiera.

***

Está sentada encima del retrete del baño. Tiene la cabeza cabizbaja y sus rodillas estan humedas debido a las lágrimas que caen paulatinamente de sus ojos. Tiene el movil en un una mano. Lo mira. Se mira. Y sigue llorando en silencio para que no la oiga nadie. Y de repente, con la rapidez con la que cae un relampago al suelo, decide acabar con todo. Adios Nico. Escribe: ''Lo siento, creo que ya va siendo hora de que este cuento acabe. No es el final que a mi me gustaría, pero ya sabes que yo siempre digo que nada es para siempre, que todo tiene un final. Pues perdona, pero el nuesto ha llegado.''

Estaría anclada a el toda la vida, pero el simple hecho de pensar que esto algun día acabará y después sera mucho mas dificil olvidar, la horroriza. Tenía que hacerlo. Adios Nico, adios Mario.
Suena el movil. Mensaje de texto: ''Durante mucho tiempo he estado intentando evitar este momento, haciendo lo imposible para que no llegara, pero esta vez he decidido aceptar tu decisión, y darnos un tiempo. Te quiero.''

''Quiero que sepas que probablemente no haya un Hasta luego, y este sea el adios definitivo, solo quiero que sepas que yo siempre te querré, porque lo nuestro es algo diferente, algo que siempre perdura, no se... eres especial para mi, siempre te querré, espero que lo sepas.''

No recibe respuesta. Lo entiende. Acaba de pisotear y arrancarle el corazón a Nico de cuajo, y lo peor es que el lo ha aceptado. Aceptó su derrota. Cuando alguien se pregunta si quiere a la otra persona, es que ha dejado de hacerlo. Pero Magda lo sigue queriendo, y simpre lo hará, pero ahora es cuando, aquí es el donde.

Buenas noches, se dice a si misma. No puede dormir. Se ha memorizado cada centimetro del techo de su habitación. Con Nico todo era mucho mas fácil. Pero no, tiene que dejar de pensar de ese modo. Ya está. Ya está hecho. El ya se fue.



Querido Nico:


Necesito volver a despedirme de ti dentro de nuestro ultimo momento a solas. Te tengo aquí detras, a apenas 10 centimetros de mi. Duermes tranquilamente sin imaginar que esto que escribo es para hacerte desaparecer en mi camino. Me di cuenta que estuve mucho tiempo criticando la absurda idea de no poder enjaularse, de los demás, y todo este tiempo he estado tan ciega que no me he dado cuenta de que yo soy así. Tengo miedo, Nico. No puedo dejar que el tiempo siga pasando... ya llevamos 1 año, y mira que enganchada estoy. Eres mi puta droga, joder. ¿Que pasará dentro de dos años? Entonces no habrá vuelta atras. Entonces no podré dejarte nunca. Lo siento, no puedo. La sola idea me horroriza. No puedo, no puedo pertenecer ni depender de este modo de alguien. Yo siempre he sido un alma libre, de esas que ni siquiera piensan en el amor. Si, Nico, soy una asesina del amor. Pero cuando te vi no pude resisitirme. Supe que ibas a entrar en mi vida de algun modo u otro. Tus ojos, tus labios... tuve tantas ganas de ti en ese momento. ¡Maldito momento Nico! La verdad es que este año a tu lado ha sido el mejor de mi vida... por ahora. Pero necesito que lo comprendas. ¿Tu me entiendes verdad? Bueno, no importa... Apartir de ahora vuelvo a ser libre. Pero si, no te mentiré, extraño todo de ti, pero la libertad sabe tan bien. Quiero volver a ser la de antes, quiero ser esa asesina confesa del amor que siempre fui. Quiero ser la que nunca consigue enamorarse porque me gusta. Es como un vicio que supera tu adicción. Te quiero. PERO ES QUE NO PUEDO ANCLARME A TI. Vive la vida, ¿vale?. Haz justo lo que yo hago ahora, y sal de fiesta, pasatelo bien, diviertete, ligate a la camarera y hazle el amor locamente, pero no como a mi eh, eso solo queda entre tu y yo.


Adiós pequeño atrapador de asesinas.

miércoles, noviembre 17

Diario de una asesina del amor

Día 31 de Diciembre, 11:27 pm




Ring, ring. Suena el móvil. Mete la mano dentro del bolsillo y y lo saca. La pantalla se ha iluminado y el icono del mensaje está encendido. Presiona la tecla ''Aceptar'' y abre el mensaje de texto: ''Dentro de 30 minutos serán las 12 de la noche y nuestro primer beso cumplirá un año, justo un año, ¿que rápido pasa el tiempo eh? pues eso, que te quiero y me encantaría desgastarte los labios con nuestro segundo primer beso''. Sonrie para sus adentros. Siempre tuvo mucha imaginación para los mensajes, es más, ella siempre era la típica persona de alguien inesperado en el momento inesperado. Le encantaban dar sorpresas a los demás y viceversa, aunque eso ocurría pocas veces. Da igual, el era feliz con haber sido su primer chico, su primer beso, sus primeros labios, y quien sabe si también su primer te quiero de verdad. Comienza a teclear las teclas para responderle al mensaje. Aprieta el botón ''Enviar''. Vuelve a sonreir para sus adentros. A pesar de estar a mas de 100 km de ella la siente en su interior como si estuviera a su derecha, con su cabeza apoyada en su pecho y escuchando los latidos de su corazón. El sentía realmente que el tiempo se paralizaba cuando estaban juntos, que ella era su propio astro, y era tan culpable de todas las sonrisas como de todas las lágrimas. Pero no importa porque amar consiste en eso. En pelearte y decirle lo cabrón que es y llegar a odiarle con toda tu alma y segundos después volver a quererle y buscar sus labios como modo de reconciliación y volver a paralizar el tiempo...

Hay parejas ancladas al tiempo, parejas que dejan que sus vidas transiten paulatinamente mientras ellos no hacen nada, parejas que olvidan los ''te quiero'', parejas convertidas en rutina, parejas aburridas que no dicen nada, parejas perdidas entre los segundos y parejas que ya no hablan por si solas. Aunque ellos eran de esas parejas en las que no hay un ella sin un el, ni un el sin un ella, de esas que parecian llevar toda una vida juntas y que parecía vulnerables al paso del tiempo.

***

Ring, ring. Suena el móvil. Lo coge de la mesa y mira la pantalla. Un mensaje. Presiona la tecla ''Aceptar'' y se muestra el contenido del mensaje de texto: ''¿Qué si me acuerdo? Sería imposible olvidar ese día, parecias una experta besando, me costaba creer que era tu primer beso. Cogeré mi cohete espacial e iré allí donde estés para repetir nuestro segundo primer beso''. Mira al frente y suspira. Que ironica que resulta la vida a veces. Un día despiertas con media cama vacía y al otro apensa tienes espacio en ella para dormir. No importa, se alegra de que ese espacio lo ocupe el, con cada una de sus virtudes y con cada uno de sus defectos, porque hasta los defectos en el resultan agradables. Vuelve a mirar al frente. -¡Mierda! ¿Por qué coño no habrá venido? Se suponía que era un trato, ¡joder! He venido aquí por el y nisiquiera se ha molestado en decirme el motivo por el que no ha venido. Se acabó. Ya va siendo horar de acabar con esta puta historia-, piensa. Mira el móvil y duda. ¿Le envio un mensaje o paso directamente de el? No puede, así que agarra el móvil y con los ojos llenos de miedo comienza a escribir un mensaje para Mario: ''¿Sabes que eres un capullo no? No me vuelvas a hablar nunca más, olvidate de mi''. En el fondo no quiere que se acabe. Jugar a dos bandos tiene su punto. Aunque solo para ella, imagina que Nico no sabe nada, pero es que no puede evitarlo, no le ha olvidado. No ha logrado olvidarle. Aunque he de decir que nisiquiera lo intentó, porque no quería hacerlo. Dicen que en el amor todo vale. ¿Esto vale? No lo sabe. No hay respuesta. Por tercera vez, vuelve a mirar hacia el frente. Ahí esta, la silla vacia. Y ahí estan, sus labios que no probaran los de Mario, o almenos no esta noche. Esta era su ultima oportunidad para saber a quien elegía y todo le ha salido mal. Lo peor es que ella lo sabe, pero no siente ni el mas minimo remordimiento. Está tranquila, si no está Mario, está Nico. Agarra el movil. Escribe: ''Te quiero pequeño, nunca lo olvides''.

***

Suena el móvil. Mensaje de texto: ''Te quiero pequeño, nunca lo olvides''. Cuanto la echa de menos. Estos kilometros de más que los separan le están haciendo mucho daño, pero lo peor es que el no sabe que esta historia nunca fue de dos personas, si no de tres.



***

Mensaje de texto: ''¿Sabes que eres un capullo, no? No me vuelvas a hablar nunca mas, olvidate de mi''. -¿Pero que mosca le habrá picado ahora? Si no he echo nada. Es ella la que tiene el problema. Es ella quien tiene que elegir. Joder Magda no era tan díficil. El o yo. Yo o el. Era tan sencillo como eso. Pero no... claro que no, tu tenias que jugar con los dos, te gustaba y te gusta la idea de tener a dos tios chupando de tu culo, comiendo de tu mano, mandandote mensajes y apoyandote en uno cuando el otro no te hace caso o simplemente no hace lo que tú quieres. ¿Pues sabes qué? ¡Que estoy harto joder! Estoy harto de que Nico me mire con esa cara de asco y que me odie con todas sus fuerzas cuando mi unico error ha sido quererte, y dejar que te fueras con el antes que conmigo. Ahora no te tengo, y sin embargo he estado intentando un año entero que lo dejaras, que te vinieras conmigo, y tu nunca quisiste. ¿A que tienes miedo Magda? El dolor existe y tu lo vas a sentir algún día. Es que odio que estes continuamente huyendo de el, odio las noches en vela pensando en ti y las 20 tías con las que me he enrollado para intentar olvidarte, porque ninguna, por mucho que se pareciera a ti fisicamente han logrado sustituirte. Tengo tantas ganas de ti... nisiquiera te he besado ni tocado y sin embargo sigo teniendo unas ganas locas de ti. Joder Magda... soy un golfo, no puedo enjaularme de este modo. Odio la idea de enamorarme y no se que coño hago contigo- dice para sus adentros.



***

-¿Encima no me contesta? Vale, ahora ya si que se acabó. Hola vida nueva. Hola año nuevo. Hola Nico. Juntos para siempre-, piensa.

12pm de la noche.
1 de Enero de 2020

Mensaje de texto: ''Me alegra saber que al otro lado de estos 100 kilometros hay alguien que me quiere, y que este sentimiento sea reciproco, porque te quiero Nico, te quiero tanto... NUNCA LO OLVIDES. Feliz año nuevo''. ¿Se está mintiendo? ¿Es esta su forma de olvidar a Mario? Puede que si. Puede que la unica solución sea volver a la misma rutina de siempre, a los mismos labios y a las mismas miradas; las de Nico. El la quiere. Daria todo por ella. Magda lo sabe, pero la idea de jugar a convertirse en una asesina del amor la atrae mucho más. Mañana será un nuevo día. Un nuevo día al lado de Nico.

lunes, noviembre 8

Las 22:34

Las paredes se te echan encima. Los ruidos se paralizan creando una melodía perfecta, compuesta por silencio y demás. El teléfono aguarda en la mesita, quizás piense que hoy lo cogerás. Mentira. Falsa esperanza para el teléfono al igual que para mis esquinas de autopista en este longevo cuerpo ya caducado. El corazón, el corazón se fue. Valiente héroe que supo adivinar el futuro, a pesar de que otros le dijeran que aquello era imposible. Pues si, se fue. Se fue como lo hace alguien que ni siquiera coge carrerilla para escapar, sin mirar atrás. Con los labios cosidos, las venas secas y latidos contados marchó para no volver jamás. Este es un mensaje a mi pobre corazón que no ha dejado mas hueco que el que puede rellenar la fría soledad. Si quiere salvar a esta pesada carga que vuelva a circular en el ciclo vital de la muerte. Para que engañarnos; no volverá. Quizás sea hora de que yo también me vaya de este desolado lugar que apenas encuentra luz para dejarse iluminar y perdurar en el paso de los segundos. Las 22:34. Aprieto el gatillo. Adiós.

Marlene Torres Prieto
(22:34)

domingo, octubre 31

My mayor afición (mayor y la única)

Según el famoso escritor Jordi Sierra i Fabra, escribir es esto:

''Porque lo necesito para vivir, para existir, porque si no escribiera estaría muerto, porque cuando alguien se pasa horas en casa desde los 8 años haciendo novelitas, y a los 12 es capaz de hacer un libro de 500 páginas, es que ha nacido escritor. Todo la vida he escrito cosas. Lo que pasa es que mientras para unos es una bendición, para otros es una carga. Ser escritor no se escoge, te cae encima. En mi caso es un placer que no admite más justificación que la de estar, digamos, enfermo, porque vivo sólo para lo que escribo y eso ha llegado a ser una obsesión compulsiva. Escribo cada día, y cuando estoy en plena novela, pueden ser 10 horas diarias, incluidos sábados y domingos. Puedo escribir en aviones o aeropuertos, igual que de niño lo hacía en la calle, en un banco, en el bordillo de la acera, el autobús o el metro. Escribir es mágico. Pienso que en mundo como el nuestro, sólo el arte te acerca a ti mismo, a la naturaleza, al Universo, y te aparta del materialismo y la vulgaridad''.

Para mi es lo mismo. Pienso que el que no escribe no sabe lo que se siente, porque no consiste en teclear cuatro letras a ordenador o en coger una libreta y escupir ese brote de imaginación que te llega una vez en la vida. Para mi es un arte que sirve para la vida, y si no sirve para eso, no sirve para nada. Es lo UNICO que en ocasiones te hace ver el vaso medio lleno, en vez de vacío. Es tu via de escape, tu lugar imaginario moldeado perfectamente a tu vida y a tus sentimientos en donde tu eliges quien es el protagonista, cual es el final y el espacio-tiempo en el que transcurren los hechos. Dicen que los libros son como amigos, que nunca te abandonan, que te aguardan en la estantería hasta que los vuelvas a coger para leer, aunque hayan pasado años, y que nunca te defraudan. No lo se. Porque lo mas curioso de todo es que odio leer, sería lo ultimo que haría en una tarde llena de aburrimiento al borde de la desesperación, pero si que es verdad que para mi ''Escribir'' no es solo eso, ''Escribir''. Cuando nadie quiso acompañarme en los dias grises, ahi estaba ese documento en blanco esperando a que lo rellenara y sentirme mejor. Pero esto no se siente con estar una semana escribiendo, ni hacer una buena historia una vez en tu vida, nisiquiera cuando llevas meses haciendolo. Es algo que un día nace de ti y sientes la necesidad de decir que es lo que sientes... y descubres que tus sentimientos pueden presentarse al mundo de una forma muy bonita y que pueda llegar a la gente. La verdad, ahora para mi escribir es un hobby, y de vez en cuando escribo historias, pero antes era la mitad de mi vida porque si no escribia lo que sentía, hubiera acumulado millones de sentimientos, y todos hubieran salido en forma de lágrimas. Me alegro de no haber muerto des-hidratada.

Y ahora diré que si, me ahogan las continuas preguntas: ''¿Por quien va ese texto? o ''¿De verdad te levantas a las 2 de la mañana si te viene la inspiración para escribir?''. Si, si y si. Los mejores escritores, cuyos libros teneis la mayoría en las estanterias son personas que describen sentimientos que no han sentido, que no les está pasando en ese momento. Eso es ser un buen escritor, aprender a describir cosas que no has sentido.

lunes, octubre 25

ahora ya me sirve cualquier excusa para olvidarte

Yo solo quiero llegar a casa y que en vez de decirme lo bonita que es la vida o como brilla hoy el sol, quiero que me digas de que color ha sido tu día, a que hora se hará de noche y porque se está creando una tormenta. Yo quiero que vengas y me digas los granos que tengo en la cara y que hoy no es uno de esos días en los que me ves guapa... Quiero que en vez de ayudarme con las bolsas de la compra te quedes sentado en el sofá viendo como me cuesta llevarlas hasta la cocina por el peso. Quiero que prepares la comida y dejes mi plato vacío. Quiero que me digas te odio en vez de te quiero. Quiero que te vayas a dormir y te olvides de darme las buenas noches, o ese beso en la frente. Quiero que no sueñes conmigo y al día siguiente te levantes de la cama como si yo no estuviera. Quiero que me ignores y no me envies mensajes a ninguna hora del día preguntando como he pasado la mañana en el trabajo. Quiero que tengas vacios todos los retratos y no haya ninguna foto mia por la casa. Quiero que te olvides de mi. Quiero que dejes de pensar en mi. Quiero que no me abraces si lloro. Quiero que no me hagas sonreir. Quiero que no crees momentos a mi lado que jamás olvidarás.

¿Qué por qué? PORQUE ASÍ ME SERÁ MÁS FÁCIL OLVIDARTE.

domingo, octubre 24

Mi cenicienta

Las calles estaban desiertas y de vez en cuando pasaba algún que otro coche.  Noche. Cielo apagado. Al igual que sus ganas de vivir. La oscuridad de arriba parecia alargarse y su unico deseo era llegar a palacio, quitarse los tacones de cristal y meterse en la cama. Un lugar caliente, donde nadie pueda perturbar sus pensamientos. Ni estropear aquella velada tan perfecta. Era como si realmente hubiera alguien allí arriba, -en el techo de su habitación-, que pudiera escucharla. Y si era así... Adios. Adios a la soledad. Pero no, no era así. De modo que... Lágrima. Lágrima. Y otra lágrima. Y más lágrimas. Lagrima rota en mil pedazos y el cielo empapado, mojado, escurriendose como si de un trapo sucio y viejo se tratara. Andaba cabizbaja mientras se mojaba su larga melena dorada y su suave piel color miel. Farolas que alumbraban poco, por no decir nada. Y un cielo mas empapado todavía que parecía querer dejarse llevar. Y lo hizo. Comenzó a llover pausadamente. Adoraba el olor de la lluvia. Lo que mas le gustaba en este mundo era eso y reirse. Le hubiera encantado sonreir en ese momento y no dejar de hacerlo nunca, pero no habian motivos. Así que sucedió aquello que algún día tenía que haber sucedido; saborear el dolor. Y vuelta otra vez a las lágrimas. Lagrimas acidas incrustadas en sus ojos que acababan en sus mejillas, y de estas a sus fauces. Saboreó cada una de ellas como si todo eso hubiera sido su único alimento en varios días. Mierda de alimento, pensó. Si, así es, las princesas también dicen palabrotas, o palabras feas, como sea. Mierda de castillo, mierda de tacones, mierda de reloj. Y mierda de vestido, mientras se lo arrancaba furiosa como si tuviera una maldición encima. Del mismo modo se quitó el único tacón que llevaba puesto. El otro se habrá quedado por alguna calle de la ciudad. Demasiado esfuerzo necesario para volver atrás y cogerlo. Que le sirva de juguete a algún perro o gato, o de casa para los ratones. Que mas da, es un simple tacón. Cuando quiera va al zapatero y le pide otro. Asco de peinado. Y con las misma fuerza con la que sus lágrimas recorrian su rostro, se despeinó. Mucho mejor. Ya no siente tanto peso en la cabeza. Ahora faltan las joyas, y con ansía y desprecio las arrojó al rio. Que vaya algún abaricioso mal pagado a recogerlas y las venda y le sirva para emborracharse a base de chupitos. Y de repente, pausa. Stop. No, no, replay. Y pasó. Sin más, pasó. Tenía la cara empapada. Pero no fue resultado de la lluvia, si no de sus lágrimas.


¡Socorro! Perdón, disculpe. ¿Ha visto a cenicienta? ¿Alguien sabe donde está Cenicienta? Es que estaba narrando la historía de su vida y se ha ido. Ha huido. Se ha marchado. ¿Alguien sabé donde está?

jueves, octubre 21

función de (x) + función (y) = vida

Lo que mas odio de mi y del mundo entero es la capacidad de echar de menos, y la falicidad con la que yo lo hago. Es que, veras... Ultimamente solo tengo ganas de decir: ''Te echo de menos''. Y es así. Nunca me ha gustado cambiar de cosas, ya sea el sitio de un libro en la estanteria, el colchón de mi cama, los sofás del salón, cambiar mi almohada, un subrayador, mi agenda (siempre la misma marca), cortarme el pelo, y lo dejo aquí, porque la lista sería demasiado extensa. Y luego tambien echas de menos a personas. Bueno, rectificaré; echas de menos los detalles de esas personas. A estas alturas de la vida he creado mis propias hipotesis, supongo que ningún cientifico loco vendrá aquí a darme el premio Nobel por tene rla mejor hipotesis acerca de la vida, pero se ajusta bastante a mi vida, y eso es todo lo que necesito.
Mi hipotesis consiste en una idea básica, ahora es básica, pero me costó llegar hasta ella y darme cuenta de que era algo que tenía que cumpliar diariamente, ya que la felicidad se consigue de ese modo.

1. Reirse es impresincible
2. La felicdad la mido basandome en todos los momentos que me hacen sentir bien.
3. La realidad es jodida, pero es la realidad, así que acepto que los cielos grises existen.
4. Huir del dolor es inutil.
5.Tu preocupate de mantenerte en pie que lo demás vendrá solo.
6. La vida es demasiado corta para no ser quien eres.
7. Escribir cada día.
8. No imponer sueños inalcanzables, ni normales (todos los sueños son inalcanzables, por algo son sueños).
9. La persona con la que siempre voy a contar va a ser conmigo misma.
10. No hagas caso a ningun de los puntos anteriores.

miércoles, octubre 13

Capítulo 6

Las paredes blancas y azules le recuerdan al fresco olor del mar cuando una valiente ola rompe contra la orilla originando una lucha por la supervivencia entre espuma y arena. Los grandes ventanales cristalinos dejan pasar los primeros rayos del sol que caen sobre la superficie de la Tierra. La chimenea, robusta y sencilla dan fortaleza a la casa. El sofá se mantiene intacto, casi mejor que el primer día. La suave y delicada brisa le acaricia las extremidades. Abraza su alma e intenta inyectarse en sus venas como una dósis extra de oxígeno. Las escaleras mantienen una asimetría casi perfecta entre ellas, y el brillo del adoquinado resplandece con luz propia. Pero todos esos detalles pasan desapercibido cuando vives entre ellos día tras día. Es un salón. Un simple salón, piensa ella. Imagina que para su hija ese simple salón es la puerta hacia la libertad. La libertad a dejar atrás la ignoracia y crear un nuevo sitio para el saber. Para el vivir. No puede evitarlo, y una valiente lágrima (muy valiente, además), cruza toda la superficie de la corteza de su rostro. A esta le siguen muchas más. Solloza en silencio porque a pesar de todo se siente culpable. No ha habido alba y amanecer que no lo hiciera. De repente, se para frente al retrato de su hija. Es una mezcla de fragilidad e inocencia. Manifiesta felicidad. Su sonrisa era capaz de ahuyentar a los obstaculos más grandes. Hacía que su rutina diaria fuera menos díficil. Su tranquilidad la relajaba a veces. Y cuando lloraba o el cielo estaba constituido por una gama de grises, venía ella, proyectaba su sonrisa al viento y las nubes dejaban paso al astro. Tambien recuerda que cuando su hija gimoteaba o estaba entristecida el día la acompañaba. Si lloraba, llovía. Los granos de agua dulce continuaban el mismo compás que el de sus gotas saladas. De modo que ha podido controlar cuando lo hacía. Solo tenía que abrir la puerta, salir de su casa, asomarse al patio y atisbar el cielo. Flash. Mil flashes. Lo siente. No puede evitar preguntarse que razones la han llevado a hacerlo. ¿Por qué? Sus preguntas tienen la misma contestación que las de ella; ninguna.  
 
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Y hasta aquí puedo seguir.... no tengo mas capítulos escritos, ni en mi mente. Tengo pensado seguirla, pero no encuentro inspiración en ninguna parte y tampoco me atrae la idea de esta historia, asi que es tan probable que la siga como de que la deje aquí. De todos modos, espero que estos 6 capítulos os hayan gustado (mi preferido es este).

martes, octubre 12

Capítulo 5

-Hola.

El sonido causado por aquella voz hizo que sus parpados cerrados comenzaran a abrirse paulatinamente. Era la primera vez que sus ojos respondían a la llamada de alguien. Pero esta vez no había sido por voluntad propia. Su madre, la mujer que la encerró, le había hablado. Tuvo muchas dudas de si lo correcto era contestar y establecer una conversación con su peor enemiga, o girarse, darle la espalda a la puerta y volver a cerrar los ojos. Taparse los oidos con las manos y solamente escuchar el latir de su corazón. Pero había un punto, un momento, un segundo, un impulso entre la desesperación y la tristeza que le hizo mover sus labios por inercia.

-¿Eres tú? ¿Eres mi madre?

-Si, soy yo.

-(silencio)...

-¿Estas ahí?

-Si,si, perdona... Dime

-No nada, solo quería que supieras que a partir de ahora he decidido hablar contigo, ya ha pasado mucho tiempo y lo veo conveniente, además, por alguna extraña razón hoy me he levantado con la necesidad de oir tu voz, pero entonces he caido en la cuenta de que nunca la he oido, que no he oido la voz de mi propia hija, ¿qué diran las demás? pero bueno... ahora ya se como suena, gracias

-¿Gracias? ¿Me das a mi las gracias? No mamá, no. Gracias a ti por encerrarme aquí. Gracias por no dejar que me enamore. Por no haber visto como se me caia mi primer diente de leche. Por no dejar un sitio en mi vida al Ratoncito Perez, o a Papa Noel. Gracias por acabar con mis 10 veranos, 10 otoños, 10 inviernos y 10 pimaveras. Gracias por saltarte mi graduación y no darme la oportunidad de acceder a la Universidad. Gracias por no dejarme un espejo para ver como soy. Gracias por no dejarme salir de fiesta con mis amigas. Gracias por no dejar que me caiga en el barro y me chilles por haberme manchado. Gracias por no dejarme odiar mi adolescencia. Gracias por no dejarme sentir nada. Gracias por haberme tenido. Gracias por lo menos por no encerrarme cuando era un bebé.

No hay respuesta. Se cierra la rendija. En el fondo, sabe que lo ha echo mal. Sabe que su hija no merece haberse perdido tantas emociones. Tantos días. Tanta vida. Sabe que le ha cortado las alas de forma que jamás podrá recuperarlo. Sabe que ha echo que se pierda la mejor etapa de su vida, esa que dicen que pese a todo la recordaras con cariño. Todas las adolescentes menos ella.

lunes, octubre 11

Capítulo 4

Se despierta. Inocentemente se mira la muñeca para saber que hora es. Pero se da cuenta de que nunca ha tenido un reloj. Habra sido un sueño. Si. Un horrible sueño. Porque aqui dentro, hasta los sueños son pesadillas. No importa. Ahora solo quiere conseguir el premio. O tener la suerte de volver a verle. De volver a ver al chico que causo que ella se sonrojara. Que por primera vez en diez años se hiciera sentir persona. Que la dejara mas sumergida aún dentro de la incertidumbre y el no saber. Porque en aquel momento, magico e involvidable para los dos, ella se sintió fuera de lugar y con mil preguntas navegando entre el mar de sus ojos... Entonces comenzó a llover pausadamente, al mismo ritmo que sus lágrimas recorrian cada uno de los poros de su piel. La intensidad de la lluvia seguía el de sus lágrimas. A medida que estas avanzaban las calles iban asemejandose mas a pequeños rios efimeros que al llegar el día pasaban a ser simple aire evaporado, al igual que las gotas ancladas al tiempo y a su rostro. Porque para que negarlo, ella no era feliz. A veces había intentado aparentar que lo era, pero estar encerrada en una habitación 10 años no es algo por lo que se pueda tirar cohetes. ¿Sabeis lo que se siente cuando los minutos se prolongan mas de lo normal? Pues imaginaros ella. Su reloj eran sus dedos y su felicidad se la había llevado consigo toda la soledad. Maldita soledad, pensaba. Hasta ella le daba la espalda. En la esquina de la habitación, con el silencio dibujado en los labios.


***

 
Buenas noches. Já, que ironía. De buenas poco. Aquí ninguna noche es buena, o si. Aquí por lo menos estas insconcientemente aferrada a la oscuridad de la noche, que practicamente forma la habitación. Por lo demás... una diminuta bombilla con forma ovalada cuelga del techo, aunque su localización y función son algo mas que inutil. En invierno apenas funciona debido al mal tiempo, y en verano no la necesito y cuando la quiero nunca está. Maldita bombilla también. Malditio espacio repetitivo que hace ver mi vida igual desde cualquier angulo de la dichosa habitación. Normal. Hay 4 paredes y cada una se parece mas a la interior. Hasta yo, que me las se de memoria seria incapaz de decirte cual es cual. Identicas. Igual de aburridas. A veces me da la sensación de que mi odio y todas mis emociones se componen de lo mismo; nada. La palabra parece repetirse pero es así. Si no puedo hacer nada, ¿como voy a sentir nada?. ¡Joder! Soy como una doncella encerrada en la torre esperando a que su amado la salve. El problema está en que yo no tengo ningun ''amado'' ni nada parecido que venga a rescatarme. Como mucho me tengo a mi misma, que ya es bastante.

domingo, octubre 10

Capítulo 3

Por fin. Llega la hora. Ha tocado la puerta tres veces seguida y eso quiere decir que le ha concedido el premio. Sonrie. Está feliz. No ve el momento de asomarse por la ventana. Poco a poco se levanta la persiana. Poco a poco los rayos de sol entran por la habitación y la ilumina toda. Ilumina su rostro. Su sonrisa. No puede parar de sonreir. Tenia tantas ganas. Y llega el momento. Se acerca lentamente hacia la ventana y ahí estan. Los niños. Las mamas. Los pajaros. Los arboles. Y hasta puedo incluir el verbo vivir. Porque lo suyo no es vivir. Mas bien sobrevivir. Sobrevivir a base de ilusión. Ilusión de poder llegar a salir algún día de ese odioso sotano. De ese odioso antro. Es todo lo que quiere. De momento se concentra en mirar atraves de la ventana. Mira fijamente cada detalle. Cada movimiento de la gente. Ve parejas ancladas al tiempo con fechas de caducidad, o eso piensa ella. Ve la pelota rodar por la hierba. Y de repente lo ve a el. Flash. Y por si faltaba mas, de repente, el la mira. Mira arriba, mira atraves de la ventana y la ve. Rapidamente se agacha y se rie. Suelta una pequeña carcajada. No ha estado mal, piensa. Ha sido una sensación rara. Ha sentido verguenza. Y mariposas en el estomago. Está por definir todavia. Como no ha tenido a nadie durante todo este tiempo no sabe como se llama esa sensación. Poco a poco lo irá descubriendo por si sola.

 
***

No, no, no, no... No se que me ha pasado. Cuando me ha mirado me he agachado por inercia. Me he sonrojado y he soltado esa estupida y leve carcajada. Despues he sonreido y la sonrisa no se me iba. Y no se me va de la cabeza. No paro de pensar en el. En el momento en que me ha mirado. ¿Y si no le vulevo a ver? ¿Y si ahora cada vez que miro por la ventana va a estar el? Joder. He desperdiciado un premio. Me he agachado y ahora la persiana está bajada. ¡Maldita sea! Haré todo lo posible para portarme bien mañana a ver si consigo de nuevo el premio. Será dificil. Pero lo intentaré. Ahora me sentaré y esperaré hasta la hora de la cena. Bueno, si es que es la cena. Porque saberlo, lo que es saberlo, no lo se. Alomejor me estoy tomando el desayuno pensando que es la cena. Y alomejor me como la merienda creyendo que es la comida. A saber. Pero da igual. Ahora solo me importa conseguir otro premio.


***

Se abre de nuevo la rendija. Asoma la mano y deja caer al suelo el plato de comida y el vaso de agua. Se lo come rapido y lo deja en su sitio. Se vuelve a abrir la rendija y entra la mano agarrando el plato y el vaso. Se cierra. Ya está. Otro dia mas igual que al de ayer. Esta vez no ha sonado la puerta. No han habido tres golpes en señal de que haconseguido el premio. Decepción. Ahora lo unico que puede hacer es dormir. Se acerca a la cama. Se recoge el pelo con una goma y se tumba. Mira al techo y se pregunta mil cosas. Pero sabe que jamas tendra una sola respuesta. Su mundo es ella. Solo ella. Pero no puede evitarlo. De modo que las interrogantes siguen suspendidas en el aire. A estas alturas el aire de la habitacion estará repleta de preguntas. Diez años es mucho tiempo para preguntarse muchas cosas. Entre ellas, la mas importante, cual es la razon por la que la encerró. Cuando lo hizo tenía 7 años. Entonces apenas podía decir una frase con sentido. Se comportaba bien y siempre ayudaba en las tareas del hogar. Nunca ha contestado mal a su madre. Nunca ha echo nada para decepcionarla. Pero algo tendra que haber echo para haber llegado hasta ahí. Interrogacion. Aire. Y un largo silencio.

sábado, octubre 9

Capítulo 2

Me he despertado hace una hora y aquí estoy, en mi cama. Bueno, si es que se le puede llamar así. Son dos hierros con un ''colchón''. Aunque la verdad, tampoco se si puedo llamar a eso colchón. Pues así ha sido durante 10 años. Diez años son los que llevo aquí encerrada. No me acuerdo muy bien como acabé aquí. Solo recuerdo que despues de una discusión muy fuerte entre mis padres mi madre se volvió loca y me encerró aquí. Mi padre se fue de casa y no ha vuelto a venir. No ha venido a por mi. No se ha interesado por mi. Ya nada. Desde aquel día no he vuelto a hablar con mi madre. Nisiquiera la he visto. Hay una pequeña rendija en la puerta atraves la cual me pasa la comida y el agua pero ya está. Como mucho habré visto sus manos, pero eso es todo. También tiré la toalla rogandole que me dejara salir de allí. Cuando era mas pequeña me asustaba la oscuridad pero eso a ella no le importaba. Ahora ya me he acostumbrado a esta rutina diaria de levantarme, comer y dormirme. Nunca me ha dicho nada. Nunca me ha pedido perdón. Y no he vuelto tampoco a saber nada de ella. No entiendo que razones pueden llevar a un madre a hacer algo así. A encerrar a su hija como si fuera un animal. He pasado mi adolescencia y parte de mi infancia aquí. Entre estas cuatro paredes. No tengo amigos. Y obviamente no he ido al instituto.

***

Suena la puerta. Se abre la rendija y entra la comida acompañada de un vaso de agua. Gracias mamá, piensa para si misma. Pero gracias, ¿por qué?. Por tenerme aquí. Por no dejarme vivir. Por no dejarme ser libre. Por haberme cortado las alas de esa manera. Pero bueno, gracias por lo menos por no dejar que me muera de hambre. Si. Algo es algo. Eso esta claro. Tiene solo un cuarto de hora para comerse la comida. Si antes de un cuarto de hora no se la ha comido y no ha dejado el plato debajo de la rendija, no tendrá su premio. Resulta ironico pero si. Tiene premio. Si se porta bien y hace caso, su madre le levanta la persiana de la ventana por afuera para que pueda asomarse. Para que por lo menos pueda ver que se está perdiendo. Aunque la verdad, ahora que lo piensa, no sabe muy bien si eso es un premio o un castigo. Imagino que le dolerá ver todo lo que podria haber echo y no está haciendo. Pero a estas alturas, se conforma con lo que sea. Se conforma con tener aire para respirar. Y comida con la que sobrevivir. Se vuelve a abrir la rendija. Entra una mano. La mano de su madre. Agarra el plato y el vaso y los saca de la habitación. Un dia más. Una comida más. Es todo siempre tan repetitivo. Pero da las gracias por seguir viva. Si. Gracias.


***

No tengo reloj. De modo que nunca se que hora es. Ni cuando ha pasado un día. No se a que hora me acuesto ni a cual me levanto. Vivo immersa en la incertidumbre y a veces hace que me vuelva loca. Pero tampoco tengo nada que hacer aquí dentro. Lo unico que puedo anhelar es la ventana. Es lo único en toda la habitación que me comunica con el exterior. Y tampoco es que me comunique del todo porque la ventana nunca se ha abierto. Esta hermeticamente cerrada. Ya se encargó mi madre de ello. Y en invierno es una autentica molestia porque siempre se empaña la ventana. Me acerco tanto para ver bien que alfinal no consigo ver nada. Sin embargo, nunca he pensado que la vida es dura. Por lo menos aquí dentro no se pueden crear problemas. Como mucho puede enfadarme conmigo misma. Con mis pensamientos. Que ademas es lo unico que escucho. Mi voz. La voz de mi madre hace mucho que no la escucho. Pero estoy bien. O eso creo. Cualquier otra persona se habria vuelto loca en mi situación. Se habrian imaginado un amigo imaginario. Y de momento no lo he echo, por lo que se puede decir que estoy cuerda. Creo que se dice así. Si. Cuerda. Me sobra. Me basta.

viernes, octubre 8

Capítulo 1

Desde aquí dentro el exterior parece un lugar agradable. Quiero decir que... la gente sonrie y los niños juegan. La felicidad se palpa en el aire y los problemas carecen de importancia. Muchas veces me he preguntado como seria mi vida ahí. Afuera. Pero lo cierto es que no me atrevo a salir. Las paredes de mi habitación, aparte de ser repetitivas, son fuertes. Muy fuertes. Me ofrecen su ayuda incodicionalmente no dejando entrar los problemas. Y la ventana, -la unica que tengo-, deja de vez en cuando entrar un timido rayo de sol que en ocasiones ha rozado mi rostro. Me ha gustado la sensación de sentir calor. Pero yo lo que quiero es sentir de verdad. Quiero salir. Y tambien quiero tirarme al suelo, tocar con los dedos de las manos la fresca hierba del campo, quiero palpar de esa felicidad y quiero sonreir tanto que luego me duelan las mejillas. Pero no puedo. Todavia tengo ese horrible recuerdo guardado en mi mente. Siempre que le echo valor parece estar recordandome que no puedo. ¿Y si realmente es así? ¿Y si resulta que si que puedo? No lo sabré hasta que no vuelva a intentarlo. Pero no. Hoy no será ese día. No puedo. Recuerdo cuando era pequeña. Mamá me encerró en el sotano y cerró la puerta con un candado. En aquel entonces yo era muy pequeña y apenas podía alcanzar la cerradura. Intenté saltar para alcanzarla pero nunca llegué a lograrlo. Un día, no recuerdo cual exactamente, dejé de intentarlo. Me rendí. Me dije: ''No puedo''. Los años pasaron y con ellos mis días. Ahora mido lo suficientemente como para llegar a la cerradura pero una parte de mi sigue pensando que no puedo. No lo se. La verdad. No lo se. Quiero volver a coger la toalla que tiré hace tiempo e intentarlo. Pero hoy no será ese día. Quizas mañana. Quizas pasado. No lo se. No se nada. Solo se que tengo 17 años y que hace mas de 10 que estoy aquí. Encerrada. Encerrada en el sotano de una casa en alguna ciudad en alguna parte de este mundo. He perdido completamente la noción del tiempo.. Solo me alivia saber que a veces me dan una especie de ''premio''. Asomarme por la ventana. Es todo lo que tengo. Una ventana y estos dos ojos, con mirada caducada, para ver todo através de ella.

jueves, octubre 7

que noche tan bonita en un jueves cualquiera





¡Que noche más bonita!, pensó para sus adentros. Aquella noche estrellada era realmente bonita. Nunca habia visto ninguna como esa. La sensación que causó en su reciclada mirada color verde también lo era. Las 9:47, vaya hora más fea. 9:48, 9:49, 9:50... así pasaban los minutos asomada a la ventana. En esos instantes me dio la sensación de que ella quería coger un cohete y volar hacia la luna. Quería sentirse grande y ver a mas de mil metros sobre el suelo el mundo, y volver a sentirse grande, muy grande, como si todo lo demás no existiera. ¿Sabes? Una vez alguien me dijo que las noches mas bonitas son un Jueves por la tarde-noche mientras llueve. Le gustaba el olor a lluvia, el sabor del café después de hacer el amor y los rayos de sol después de una tormenta. No es que fuera excentrico o extravagante, simplemente le gustaban los pequeños placeres que la vida le ofrecía. Siempre me decía que aquellas personas que aspiran a conseguir grandes objetivos, como ser millonario o super modelo acababan por no ser nada. También me dijo que si alfinal del día te parabas un segundo a pensar en las cosas que te habían gustado y que te habian echo sentir bien, te sentirias mucho mejor. Cosas tan insignificantes como sentarte en el bus yendo para el trabajo y ver a la gente pasar atraves del cristal, lavarte la cara con agua fría recien levantada, correr para no llegar tarde, el olor de un nuevo día, el reflejo de la luna en mi taza de leche, mi pintauñas favorito, el olor a gasolina, estrenar algo nuevo... ¿Y sabeis qué? Que creo que aquel hombre tenía razón. Así que de momento seguiré observando esta noche estrellada en un Jueves cualquiera, y me preguntaré que secretos esconde el espacio...

lunes, octubre 4

Siem... ¿qué?

Creo que debes saber que eres el culpable de que me sepa de memoria cada centímetro del techo de mi habitación. Por lo demás... es una habitación como otra cualquiera. Tiene una estanteria con los libros que me mandan en el instituto. Un escritorio donde nunca hago los deberes, solo me siento para conectarme. Un sinffonier donde guardo parte de la ropa. Un armario donde guardo todo lo demás, un perchero que parece que esté apunto de caerse por la cantidad de bolsos que hay colgados de él y la cama. Después tengo colgados de la pared un cuadro que hice en tercero de la eso, copiando una foto mía, y un poster de Audrey Hepburn grande en blanco y negro. Justo encima de la cama hay un cuadro que hizo mi tia donde pone ''Marlene'' y al lado otro que se llama ''mi Muñeca''. Más a la derecha está ese cuadro que tanto odio pero que por desgracia va a estar ahí siempre porque le encanta a mi madre. Es uno que pinté cuando tenía 5 años donde supuestamente está dibujo mi campo. Creo que ya está todo. Ah perdón, perdón, después de tanto tiempo ya me había acostumbrado. Se me había olvidado nombrar todo lo que he sentido dentro de esta habitación. Todo lo que han visto las paredes, cuantas veces contemplamos el mismo techo. ¿Tu tambien te lo sabes de memoria, verdad? ¿O ya te has olvidado? Bah, nisiquiera tiene sentido seguir pensando en ello. Solo deseo que venga alguién y me diga que el amor existe, que me haga sentirlo. Que me haga recordarlo. Que el amor se aleja... se está alejando y ya casi no me acuerdo de el. Que no se si existe. No se si alguna vez existió. No se donde han ido a parar lo bien que me ha echo sentir, todas las sonrisas, cada uno de los latidos de mi corazón, palabras bonitas y las no tan bonitas... Devuelveme la sonrisa que tienes guardada en el bolsillo de tu pantalón. ¿Cómo? ¿Qué? ¿La has perdido? Entonces vuelve para volver a crear una nueva. Es que veras... si te digo la verdad, ni yo se lo que siento. A ver, soy feliz. ¡Joder! Claro que soy feliz. Como para no serlo. Pero siento que me falta algo. Y es que no se lo que es. ¿Eres tú? ¿Estas ahí? Entonces ven. Te invito a venir. O no... esperate. Creo que he perdido completamente la fe. No te voy a mentir pero no estoy muy bien. Ultimamente me he preguntado mucho el por qué de mi existencia y donde está mi lugar en el mundo. Ahora solo abundan los dias en los que siento que solo yo giro alrededor del mundo. ¿Quien gira a mi alrededor? Las cosas no van tan bien... aunque intento sobrellevarlo como pueda. Creo que he sonreido tanto a la fuerza para engañarme de que realmente estoy bien, que creo que lo estoy. Malditas preguntas sin respuestas. Maldito amor. Maldito momento en que viniste y juraste quedarte para siempre. Malditos momentos que construyen el pilar de mi habitación. En estos momentos me estoy preguntando si hay alguien ahi afuera que me entienda... ¿Hay alguien? Nada. El puto silencio para repetirse. No importa. Me pudriré entre estas cuatro paredes que un día decidiste no volver a ver. Me gusta. Me gustan. Me gusta la idea de pensar que el amor está volviendo... Me gusta saber que puede que vuelva a ser tan feliz como lo era. Que lo soy, pero así mucho mejor. Si, me gusta. Así que ven pronto que odio la idea de acostumbrarme a estar sola. Solo prometeme una cosa; nunca digas siempre, ¿vale? Odio esa palabra. Odio al que la inventó y a los que la dicen. Nada es para siempre.

martes, septiembre 28

Hola Querido Diario... (Capítulo 3)

No me olvido de ti, Charlotte.

Hola Querido Diario....

Ya está. Ya ha pasado lo peor. Ya ha pasado otro día mas volviendo a aguantar todo lo que aguanto cada día. Ahora estoy en casa, sana y salva. Aunque bueno, no del todo. Todavía tengo que defenderme del mocoso de mi hermano y de la incomprensión de mis padres que parece perseguirme. Te tengo que contar lo del chico este, ¿no?. Pues veras... es alguien que conocí por Internet. Se que va a sonar a locura, ya que lo es, pero no puedo evitarlo. Me gusta mucho. Hablar con el se ha convertido en una rutina y ahora no me veo sin esa rutina. Aunque siempre he sido presa de ella. Me acostumbraré. Pero al no estar sin el, no se. No se, no se, no se... De momento deseo que no pase. Que siga así mucho más tiempo, aunque hayan muchos kilometros que nos separen. Jamás debí leer ese libro. Cambió toda mi vida. Ahora puedo ver la vida desde mil puntos de vista, y todos han cambiado. Maldito libro. Bendito libro. No se ni lo que me digo... pero me siento tan bien hablando con el. A mi me encanta escribir. Bueno, ya lo sabes. Pero nunca he escrito sobre el amor. ¿Por qué? La respuesta es bastante obvia. Nunca lo he sentido. Eso también me convierte en un ''bicho raro'' supongo. Nunca he sentido lo que es besar a alguien, conectarte al Tuenti y buscar enseguida su nombre en el chat, recibir un mensaje privado, o muchos, buscarle con la mirada por el instituto, mirar en que clases coincidimos, recibir mensajes en el movil, contestarle feliz, acostarme por las noches con la cabeza totalmente rayada y extreñamente bien. No... que triste. No se lo que es sentir eso.
Espero llegar a por sentirlo algún día.
Me voy diario, el libro de Castellano me espera.

lunes, septiembre 27

Hola Querido Diario... (Capítulo 2)

Para ti, Charlotte.

Hola Querido Diario...

Hoy también voy a escribir como me siento. Aunque bueno, para eso estás, ¿no?. Me he vuelto a preguntar muchas cosas. El tiempo que nos dan entre clase y clase es poco, pero el suficiente para que esas miradas consigan hundirme. Así que si, porque no, hoy TAMBIÉN me he vuelto a preguntar el por qué de mi existencia. Pero una vez mas, no han habido respuestas. Por si fuera poco, tengo un hermano insoportable, que siempre irrumpe en mi habitación como si fuera suya, y odio que lo haga porque muchas veces estoy escribiendo y no me gusta que me molesten. Pero el siempre lo hace. Ha intentado cogerme muchas veces el diario, es decir, a ti. Pero no lo pienso permitir. Te he guardado bastante bien y he comprado incluso un candado nuevo para que no pueda abrirte con una simple orquilla. Espero que funcione. Ayer me peleé co mis padres. Ellos tampoco me entienden. El hecho de encerrarme en mi habitación y ponerme a escribir creo que tambien les hace pensar que soy un ''bicho raro''. En fin... mi vida no podria ir mejor. No tengo amigos. No tengo novio. No soy demasiado alta. Ni demasiado guapa. Ni tampoco deslumbro por las notas. Solo escribo bien. Por lo menos se me da algo bien, ¿no?.

Por cierto, hoy he hablado con él. Me ha dejado 5 privados de esos tan divertidos y molones que a mi me gustan. Me ha echo feliz. Si. Muy feliz. Pero es algo raro... mañana te sigo contando. El mocoso de mi hermano parece que quiere volver a entrar.
Hasta pronto.

domingo, septiembre 26

Hola Querido Diario... (Capítulo 1)

Este texto lo escribí para mi amiga Charlotte. Para que sepa que aún sin saber lo que siente lo he podido plasmar en un documento en blanco en mi ordenador. Espero que te guste.


Hola Querido Diario...



Que alegría tenerte. Son la 1 y 28 de la madrugada, no puedo dormir y solo me apetece escribrir como me siento. ¿Realmente no hay nadie que pueda comprenderme? No lo se. De momento seguiré haciendolo contigo. Hasta ahora has guardado bien mis secretos. Estás ahí, quieto. En la estanteria. Esperas impaciente cada noche a que te coja y te vuelva a abrir para escribir sobre ti. Nunca te has abrido ante las manos de otra persona y te lo agradezco. Las cosas en el instituto no van mal. Me preocupa demasiado la idea de decepcionar a los profesores. Creo que viviré con ese miedo todo el curso. No importa. Me acostumbraré.

Hoy es uno de esos días en los que me he vuelto a cuestionar el porque de mi existencia. Perdoname. Lo hago sin darme cuenta. Es que todo me sale mal. ¿Por qué? ¿Por qué? La interrogante se repite y no encuentro ninguna respuesta. No es justo. La vida no es justa. El bien y el mal no son justos. Nada es justo. ¿Soy un bicho raro? ¿De verdad lo soy? Cuando pasaba por el pasillo del instituto todos lo decian. Siempre lo han dicho. Me miraban de arriba a abajo como si hacer lo que yo hago fuera un crimen. No me entienden. Los libros son mi vida. En ellos puedo ser otra persona, y puedo evadirme de la cruda realidad que me toca vivir por desgracia ahi afuera, en el mundo real. Me encanta no ponerle limites a mi imaginación y por eso leo. Supongo que eso querra decir ''bicho raro''. Las miradas provocan en mi todo menos indiferencia. VIsta como vista, diga lo que diga y haga lo que haga, siempre voy a ser cuestionada. No salgo los fines de semana. No se si es porque realmente no he encontrado un grupo de amigos que me lleguen a dar ganas de salir y dar un paseo, o es que simplemente nací sola y moriré sola. No se lo que se siente al tener ''amigos''. Pues nunca he tenido uno. Desde muy pequeña siempre he sido yo y los libros. Mi unico mundo, los libros. Nada más. No he tenido oportunidades de integrarme, o quizas si, pero no me di cuenta. Es tarde. El tiempo va pasando y la soledad ya está demasiado anclada a mi. La verdad es que me he acostumbrado. Estar sola no está tan mal. A veces hasta lo necesitas. Nadie puede interrumpir en tu mundo, tu creas tu normas, y tu las cumples si quieres. Nadie entra ni sale en tu vida. No derramas lagrimas inutiles como hacen todos los demás ni echas de menos. No sientes tristeza si tu novio te ha dejado o si las cosas no marchan como quieres. Porque no hay nada que marchar. Lo unico que hago es vivir mi vida. Es decir, mis libros. Leer. Es todo lo que quiero. Aunque a veces me he preguntado que se siente al ser feliz. Tampoco he tenido esta sensación. Lo unico que noto y siento es un gran vacio en mi interior. Asi todos los dias. Otra vez mas, no importa. Estoy acostumbrada. Que triste...

Bueno Querido diario, el mocoso de mi hermano esta intentando entrar en mi habitación y no creo que lo pueda retener durante mucho mas tiempo.

Nos vemos mañana.
Hasta pronto.

martes, septiembre 21

El

Todavía me acuerdo de aquel viaje. ¡Seré tonta! ¿Cómo me podría olvidar de un verano así?
Roma, Florencia, Pisa, Nápoles. Vale sí, está claro que a cualquier adolescente le gustaría visitar estas ciudades y más tratándose de un mes como agosto. Maldito mes. Maldita fecha.
Para ser sincera volvería a repetirlo mil veces; sin embargo, es acordarme de aquel día y hasta yo misma me arrepiento de lo que no nos dijimos…

***
5 de Agosto, aeropuerto de Roma, el exterior del recinto anunciaba en forma de calor la fecha a la que nos encontrábamos. Hasta ahora aquel día seguia siendo un dia como otro cualquiera. Un dia sin fecha de caducidad. Pero entonces pasó aquello que ninguno de los dos nos esperabamos. Creo que jamás habia deseado tanto algo, pero esta vez no era algo cualquiera, era un viaje. El viaje de mi vida.

Siempre he odiado los aeropuertos. La gente va y viene, con prisas. Como si fuera el fin del mundo. Con lo tranquila que soy yo, que siempre me tomo mi tiempo para todo. Vive el momento. Lo leí por ahí en algun libro una vez. Y eso estoy haciendo. Estoy viviendo este momento como si el tiempo se hubiera parado. La verdad es que no me importaria anclarme aquí y ahora. El corazón me late mas rapido de lo normal, será porque el está aquí a mi lado. No lo se. Pero no puedo soportarlo. Me da la sensación de que en cualquier momento se me va a salir del pecho. No importa, lo retendré con las manos.


De repente se oye un ruido. Un golpe. Y sin mas, silencio. Un largo silencio inunda la gran sala donde todos los viajeros esperan impacientes al avión. Pero los silencios no son eternos, y la calma desapareció. La gente comenzó a gritar, otros se escondian, y yo, me mantenia en pie. Obsoleta. Sin mediar palabra. Sin ser capaz de mover ninguna parte mi de cuerpo. No sabía que hacer. No sabía que había pasado. Solo veia a la gente corriendo de un lado para otro sin motivo alguno. El me cogió del brazo y me dijo que nos fueramos de allí cuanto antes, que aquello se iba a derrumbar. Pero aparte de no poder moverme por el shock ocasionado por la colisión, tampoco me respondian ninguno de mis sentidos. De modo que no pude escuchar lo que decía. Tan solo veia sus labios moverse y su rostro reflejaba todo el miedo que habia inundado su ser, creo que intentaba decirme algo. Me agarró fuerte y tiró de mi. Nada. No me moví. Entonces decidió cogerme por las piernas, me subió a sus hombros y salió corriendo de allí. Ahora entendía el escandalo dentro del aeropuerto. Un avión habia colisionado contra el. Se fue. Volvió dentro porque una madre pedia a gritos socorro. Reclamaba a su hijo. Mejor dicho, necesitaba a su hijo. No se porque lo dejé entrar, pero una parte de mi me decía que debía hacerlo, que era lo correcto, a pesar de que eso significara que lo iba a perder. Lo hice. Lo dejé marchar para salvar a aquel niño que jamas consiguió salvar. Ahora hay una madre sin su hijo, y yo sin el.

domingo, septiembre 5

Fin

Gris. Hoy es un dia gris. Ha amanecido gris. Pero no es un gris normal. No. Es un gris melancolico. El mismo que se adueñaba de los días de Charlotte. Y ahora se ha adueñado de el de todos. La verdad es que hoy no es un gran día. Pero es su día. Es el día de Charlotte. Y toda la familia, incluidos sus padres, Vanessa y Alessandro, han decidido despedirla por todo lo alto. Justo lo que ella se merece. Porque era una persona pequeña, muy pequeña, pero crecia poco a poco como lo hacen las personas grandes. Y ya no está. Lo hizo por amor. Todo cuanto hizo, lo hizo por el. Por Nico.

Pero llegó la hora. Comienzan las palabras. Y las lagrimas derramadas inutilmente al suelo. Y los pesames. Y la angustia por la perdida de un ser querido... Y en primera fila los padres de Charlotte. La madre, cabizbaja, apenas podía mantenerse en pie. Y el padre, reprimia lo que sentía. Como hace siempre. Queria mostrarle seguridad a los demas, pero es dificil hacerlo cuando tu hija ha muerto. La vida les hizo comprender que una mentira puede desembocar en algo peor, y que nunca, pese a todo, debes intentar hayar una felicidad ficticia para tu hija.


A lo lejos, camuflado bajo la sombra de un arbol, tal vez intentando camuflar al mismo tiempo su sentimiendo de culpabilidad o lo mucho que en el fondo anhelaba a Charlotte, estaba Nico. Quizas no lo mostraba, pero aquella perdida le habia afectado tanto o mas que a los demas. Tomó la decisión de mentirle, de dejarla, y de perderla. De arrancarsela a todos los demas de sus vidas. De extinguirla. Y Nico lo sabe. Se levanta cada mañana pensando en ella. Añorando todo. Todo de ella. Frustación. Dolor. Miedo. Miedo. Mucho miedo. Este sentimiento se repite. Le rodea siempre. El mismo miedo le hizo quedarse quieto bajo la sombra del arbol. Contemplando y sintiendo cada minuto que pasaba. Cada segundo que la acercaba al fin. Pero el fin ya llegó hace tiempo. Llegó en el mismo momento en que el desapareció. A partir de ahí ya fue el fin para Charlotte. Ahora toca su despedida. Su adios. Y Nico prefiere hacerlo a escondidas. A solas. Con la soledad. Justamente a lo que el tanto temía. Justamente lo que el decia que escondia su amor.

-Necesitaba volver a tu habitación. Necesitaba volver a contemplar esas cuatro paredes que me hacian tan feliz. He querido volver al pasado. Y lo he echo. He encontrado tus cartas, Charlotte. He acumulado pedazos de ti.- suspiró Nico.

***


Ha pasado mucho tiempo desde la muerte de Charlotte y Nico parece haberse olvidado de ella. Vanessa y Alessandro decidieron zanjar el tema como si nunca hubiera pasado. Pero el pasado no se puede tapar. Ni esconder. Es algo que está ahí. Y Vanessa lo sabe. Por eso mismo busca la carta de Charlotte a escondidas y empieza a leer. Lo hace todas las noches porque es lo ultimo que le quedó de su hija. Fue su ultimo deseo. Sus ultimas palabras. Ya no está. Y ella lo sabe. Pero cuando lee esa carta es como si el tiempo se detuviera. No hay dia que maldiga el momento en que decidió hacerle caso a Nico y mentirle a Charlotte.



-Adios, Charlotte...- susurra Vanessa.
-¿Que has dicho?-, dice Alessandro.
-Mamá te quiere-.
-¿Pero que coño te pasa Vanessa?-, grita Alessandro.
-Y Papá...-.
-Si. Así es.. Adios Charlotte-.


Y ese ultimo momento quedó forjado en un abrazo y dos rostros destrozados de unos padres que por pura ambición y deseo, perdieron a su hija y el control de sus vidas. La vida es una caja de sorpresas. Una tras otra. Sin previo aviso. Sin anotaciones. Sin nada. La vida, es vida.