sábado, diciembre 18

cuando quedan lágrimas

Porque hay momentos en la vida en las que las palabras sobran, y los gestos, las miradas, los latidos, el tembleque de las manos, los besos y los suspiros contados hablan por nosotros. Porque ella supo que ese instante, entre el saber y no saber, principio y final, jamás iba a poder ser descrito por nadie, ni por los titulados en el amor, ni profesionales en putadas de la vida, ni contables de gramos sobrantes, ni manipuladores de balanzas, ni el contable de las sonrisas. Ni nadie. De modo que se levantó con decisión, miró al frente y se secó las estupidas lagrimas que causaba ser diferente. Agarró la pluma que le habian regalado por su cumpleaños, -todavía sin estrenar-, quitó el envoltorio que la separaba del exterior y le enseñó sus manos, hasta que la pluma se acostumbró a las arrugas imperfectas de la superfecie de ellas. Situó la plateada y fría punta de la pluma sobre el papel, y comenzó a trazar la silueta de las letras.

ESCRIBIR.
No tengo mucho más que decir. Para mi lo ha sido todo, aunque ahora solo sea un ''pequeño'' hobby rescatado del lapicero de vez en cuando. Prometo no abandonarte nunca. Prometo seguir siendo la que era.

Colocó la pluma encima de la mesa en la parte derecha del escritorio. Volvió a mirar al frente, y contempló el cielo desde los diferentes angulos que ofrecía su ventana. Luna llena. Sumergió sus penas en la luz fluorescente que reflejaba y ahogó esas ridículas barreras que no la dejaban ser feliz al completo. Giró la cabeza, dejó caer la mirada sobre el escritorio y volvió a el. Atisbó la hoja durante unos segundos, y mas tarde guardó la pluma protegiendola con su funda. Suspiró y... lloró.

1 comentario:

  1. Prometo no abandonarte nunca. Prometo seguir siendo la que era.

    me encanta esa frase,y el texto también por supuesto

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