martes, septiembre 28

Hola Querido Diario... (Capítulo 3)

No me olvido de ti, Charlotte.

Hola Querido Diario....

Ya está. Ya ha pasado lo peor. Ya ha pasado otro día mas volviendo a aguantar todo lo que aguanto cada día. Ahora estoy en casa, sana y salva. Aunque bueno, no del todo. Todavía tengo que defenderme del mocoso de mi hermano y de la incomprensión de mis padres que parece perseguirme. Te tengo que contar lo del chico este, ¿no?. Pues veras... es alguien que conocí por Internet. Se que va a sonar a locura, ya que lo es, pero no puedo evitarlo. Me gusta mucho. Hablar con el se ha convertido en una rutina y ahora no me veo sin esa rutina. Aunque siempre he sido presa de ella. Me acostumbraré. Pero al no estar sin el, no se. No se, no se, no se... De momento deseo que no pase. Que siga así mucho más tiempo, aunque hayan muchos kilometros que nos separen. Jamás debí leer ese libro. Cambió toda mi vida. Ahora puedo ver la vida desde mil puntos de vista, y todos han cambiado. Maldito libro. Bendito libro. No se ni lo que me digo... pero me siento tan bien hablando con el. A mi me encanta escribir. Bueno, ya lo sabes. Pero nunca he escrito sobre el amor. ¿Por qué? La respuesta es bastante obvia. Nunca lo he sentido. Eso también me convierte en un ''bicho raro'' supongo. Nunca he sentido lo que es besar a alguien, conectarte al Tuenti y buscar enseguida su nombre en el chat, recibir un mensaje privado, o muchos, buscarle con la mirada por el instituto, mirar en que clases coincidimos, recibir mensajes en el movil, contestarle feliz, acostarme por las noches con la cabeza totalmente rayada y extreñamente bien. No... que triste. No se lo que es sentir eso.
Espero llegar a por sentirlo algún día.
Me voy diario, el libro de Castellano me espera.

lunes, septiembre 27

Hola Querido Diario... (Capítulo 2)

Para ti, Charlotte.

Hola Querido Diario...

Hoy también voy a escribir como me siento. Aunque bueno, para eso estás, ¿no?. Me he vuelto a preguntar muchas cosas. El tiempo que nos dan entre clase y clase es poco, pero el suficiente para que esas miradas consigan hundirme. Así que si, porque no, hoy TAMBIÉN me he vuelto a preguntar el por qué de mi existencia. Pero una vez mas, no han habido respuestas. Por si fuera poco, tengo un hermano insoportable, que siempre irrumpe en mi habitación como si fuera suya, y odio que lo haga porque muchas veces estoy escribiendo y no me gusta que me molesten. Pero el siempre lo hace. Ha intentado cogerme muchas veces el diario, es decir, a ti. Pero no lo pienso permitir. Te he guardado bastante bien y he comprado incluso un candado nuevo para que no pueda abrirte con una simple orquilla. Espero que funcione. Ayer me peleé co mis padres. Ellos tampoco me entienden. El hecho de encerrarme en mi habitación y ponerme a escribir creo que tambien les hace pensar que soy un ''bicho raro''. En fin... mi vida no podria ir mejor. No tengo amigos. No tengo novio. No soy demasiado alta. Ni demasiado guapa. Ni tampoco deslumbro por las notas. Solo escribo bien. Por lo menos se me da algo bien, ¿no?.

Por cierto, hoy he hablado con él. Me ha dejado 5 privados de esos tan divertidos y molones que a mi me gustan. Me ha echo feliz. Si. Muy feliz. Pero es algo raro... mañana te sigo contando. El mocoso de mi hermano parece que quiere volver a entrar.
Hasta pronto.

domingo, septiembre 26

Hola Querido Diario... (Capítulo 1)

Este texto lo escribí para mi amiga Charlotte. Para que sepa que aún sin saber lo que siente lo he podido plasmar en un documento en blanco en mi ordenador. Espero que te guste.


Hola Querido Diario...



Que alegría tenerte. Son la 1 y 28 de la madrugada, no puedo dormir y solo me apetece escribrir como me siento. ¿Realmente no hay nadie que pueda comprenderme? No lo se. De momento seguiré haciendolo contigo. Hasta ahora has guardado bien mis secretos. Estás ahí, quieto. En la estanteria. Esperas impaciente cada noche a que te coja y te vuelva a abrir para escribir sobre ti. Nunca te has abrido ante las manos de otra persona y te lo agradezco. Las cosas en el instituto no van mal. Me preocupa demasiado la idea de decepcionar a los profesores. Creo que viviré con ese miedo todo el curso. No importa. Me acostumbraré.

Hoy es uno de esos días en los que me he vuelto a cuestionar el porque de mi existencia. Perdoname. Lo hago sin darme cuenta. Es que todo me sale mal. ¿Por qué? ¿Por qué? La interrogante se repite y no encuentro ninguna respuesta. No es justo. La vida no es justa. El bien y el mal no son justos. Nada es justo. ¿Soy un bicho raro? ¿De verdad lo soy? Cuando pasaba por el pasillo del instituto todos lo decian. Siempre lo han dicho. Me miraban de arriba a abajo como si hacer lo que yo hago fuera un crimen. No me entienden. Los libros son mi vida. En ellos puedo ser otra persona, y puedo evadirme de la cruda realidad que me toca vivir por desgracia ahi afuera, en el mundo real. Me encanta no ponerle limites a mi imaginación y por eso leo. Supongo que eso querra decir ''bicho raro''. Las miradas provocan en mi todo menos indiferencia. VIsta como vista, diga lo que diga y haga lo que haga, siempre voy a ser cuestionada. No salgo los fines de semana. No se si es porque realmente no he encontrado un grupo de amigos que me lleguen a dar ganas de salir y dar un paseo, o es que simplemente nací sola y moriré sola. No se lo que se siente al tener ''amigos''. Pues nunca he tenido uno. Desde muy pequeña siempre he sido yo y los libros. Mi unico mundo, los libros. Nada más. No he tenido oportunidades de integrarme, o quizas si, pero no me di cuenta. Es tarde. El tiempo va pasando y la soledad ya está demasiado anclada a mi. La verdad es que me he acostumbrado. Estar sola no está tan mal. A veces hasta lo necesitas. Nadie puede interrumpir en tu mundo, tu creas tu normas, y tu las cumples si quieres. Nadie entra ni sale en tu vida. No derramas lagrimas inutiles como hacen todos los demás ni echas de menos. No sientes tristeza si tu novio te ha dejado o si las cosas no marchan como quieres. Porque no hay nada que marchar. Lo unico que hago es vivir mi vida. Es decir, mis libros. Leer. Es todo lo que quiero. Aunque a veces me he preguntado que se siente al ser feliz. Tampoco he tenido esta sensación. Lo unico que noto y siento es un gran vacio en mi interior. Asi todos los dias. Otra vez mas, no importa. Estoy acostumbrada. Que triste...

Bueno Querido diario, el mocoso de mi hermano esta intentando entrar en mi habitación y no creo que lo pueda retener durante mucho mas tiempo.

Nos vemos mañana.
Hasta pronto.

martes, septiembre 21

El

Todavía me acuerdo de aquel viaje. ¡Seré tonta! ¿Cómo me podría olvidar de un verano así?
Roma, Florencia, Pisa, Nápoles. Vale sí, está claro que a cualquier adolescente le gustaría visitar estas ciudades y más tratándose de un mes como agosto. Maldito mes. Maldita fecha.
Para ser sincera volvería a repetirlo mil veces; sin embargo, es acordarme de aquel día y hasta yo misma me arrepiento de lo que no nos dijimos…

***
5 de Agosto, aeropuerto de Roma, el exterior del recinto anunciaba en forma de calor la fecha a la que nos encontrábamos. Hasta ahora aquel día seguia siendo un dia como otro cualquiera. Un dia sin fecha de caducidad. Pero entonces pasó aquello que ninguno de los dos nos esperabamos. Creo que jamás habia deseado tanto algo, pero esta vez no era algo cualquiera, era un viaje. El viaje de mi vida.

Siempre he odiado los aeropuertos. La gente va y viene, con prisas. Como si fuera el fin del mundo. Con lo tranquila que soy yo, que siempre me tomo mi tiempo para todo. Vive el momento. Lo leí por ahí en algun libro una vez. Y eso estoy haciendo. Estoy viviendo este momento como si el tiempo se hubiera parado. La verdad es que no me importaria anclarme aquí y ahora. El corazón me late mas rapido de lo normal, será porque el está aquí a mi lado. No lo se. Pero no puedo soportarlo. Me da la sensación de que en cualquier momento se me va a salir del pecho. No importa, lo retendré con las manos.


De repente se oye un ruido. Un golpe. Y sin mas, silencio. Un largo silencio inunda la gran sala donde todos los viajeros esperan impacientes al avión. Pero los silencios no son eternos, y la calma desapareció. La gente comenzó a gritar, otros se escondian, y yo, me mantenia en pie. Obsoleta. Sin mediar palabra. Sin ser capaz de mover ninguna parte mi de cuerpo. No sabía que hacer. No sabía que había pasado. Solo veia a la gente corriendo de un lado para otro sin motivo alguno. El me cogió del brazo y me dijo que nos fueramos de allí cuanto antes, que aquello se iba a derrumbar. Pero aparte de no poder moverme por el shock ocasionado por la colisión, tampoco me respondian ninguno de mis sentidos. De modo que no pude escuchar lo que decía. Tan solo veia sus labios moverse y su rostro reflejaba todo el miedo que habia inundado su ser, creo que intentaba decirme algo. Me agarró fuerte y tiró de mi. Nada. No me moví. Entonces decidió cogerme por las piernas, me subió a sus hombros y salió corriendo de allí. Ahora entendía el escandalo dentro del aeropuerto. Un avión habia colisionado contra el. Se fue. Volvió dentro porque una madre pedia a gritos socorro. Reclamaba a su hijo. Mejor dicho, necesitaba a su hijo. No se porque lo dejé entrar, pero una parte de mi me decía que debía hacerlo, que era lo correcto, a pesar de que eso significara que lo iba a perder. Lo hice. Lo dejé marchar para salvar a aquel niño que jamas consiguió salvar. Ahora hay una madre sin su hijo, y yo sin el.

domingo, septiembre 5

Fin

Gris. Hoy es un dia gris. Ha amanecido gris. Pero no es un gris normal. No. Es un gris melancolico. El mismo que se adueñaba de los días de Charlotte. Y ahora se ha adueñado de el de todos. La verdad es que hoy no es un gran día. Pero es su día. Es el día de Charlotte. Y toda la familia, incluidos sus padres, Vanessa y Alessandro, han decidido despedirla por todo lo alto. Justo lo que ella se merece. Porque era una persona pequeña, muy pequeña, pero crecia poco a poco como lo hacen las personas grandes. Y ya no está. Lo hizo por amor. Todo cuanto hizo, lo hizo por el. Por Nico.

Pero llegó la hora. Comienzan las palabras. Y las lagrimas derramadas inutilmente al suelo. Y los pesames. Y la angustia por la perdida de un ser querido... Y en primera fila los padres de Charlotte. La madre, cabizbaja, apenas podía mantenerse en pie. Y el padre, reprimia lo que sentía. Como hace siempre. Queria mostrarle seguridad a los demas, pero es dificil hacerlo cuando tu hija ha muerto. La vida les hizo comprender que una mentira puede desembocar en algo peor, y que nunca, pese a todo, debes intentar hayar una felicidad ficticia para tu hija.


A lo lejos, camuflado bajo la sombra de un arbol, tal vez intentando camuflar al mismo tiempo su sentimiendo de culpabilidad o lo mucho que en el fondo anhelaba a Charlotte, estaba Nico. Quizas no lo mostraba, pero aquella perdida le habia afectado tanto o mas que a los demas. Tomó la decisión de mentirle, de dejarla, y de perderla. De arrancarsela a todos los demas de sus vidas. De extinguirla. Y Nico lo sabe. Se levanta cada mañana pensando en ella. Añorando todo. Todo de ella. Frustación. Dolor. Miedo. Miedo. Mucho miedo. Este sentimiento se repite. Le rodea siempre. El mismo miedo le hizo quedarse quieto bajo la sombra del arbol. Contemplando y sintiendo cada minuto que pasaba. Cada segundo que la acercaba al fin. Pero el fin ya llegó hace tiempo. Llegó en el mismo momento en que el desapareció. A partir de ahí ya fue el fin para Charlotte. Ahora toca su despedida. Su adios. Y Nico prefiere hacerlo a escondidas. A solas. Con la soledad. Justamente a lo que el tanto temía. Justamente lo que el decia que escondia su amor.

-Necesitaba volver a tu habitación. Necesitaba volver a contemplar esas cuatro paredes que me hacian tan feliz. He querido volver al pasado. Y lo he echo. He encontrado tus cartas, Charlotte. He acumulado pedazos de ti.- suspiró Nico.

***


Ha pasado mucho tiempo desde la muerte de Charlotte y Nico parece haberse olvidado de ella. Vanessa y Alessandro decidieron zanjar el tema como si nunca hubiera pasado. Pero el pasado no se puede tapar. Ni esconder. Es algo que está ahí. Y Vanessa lo sabe. Por eso mismo busca la carta de Charlotte a escondidas y empieza a leer. Lo hace todas las noches porque es lo ultimo que le quedó de su hija. Fue su ultimo deseo. Sus ultimas palabras. Ya no está. Y ella lo sabe. Pero cuando lee esa carta es como si el tiempo se detuviera. No hay dia que maldiga el momento en que decidió hacerle caso a Nico y mentirle a Charlotte.



-Adios, Charlotte...- susurra Vanessa.
-¿Que has dicho?-, dice Alessandro.
-Mamá te quiere-.
-¿Pero que coño te pasa Vanessa?-, grita Alessandro.
-Y Papá...-.
-Si. Así es.. Adios Charlotte-.


Y ese ultimo momento quedó forjado en un abrazo y dos rostros destrozados de unos padres que por pura ambición y deseo, perdieron a su hija y el control de sus vidas. La vida es una caja de sorpresas. Una tras otra. Sin previo aviso. Sin anotaciones. Sin nada. La vida, es vida.

sábado, septiembre 4

Carta de Nico

Querida Charlotte:


Soy yo, Nico. Perdona por no haber dado señales de vida antes, pero todo esto se me hacía muy díficil... No puedo más. Tengo que decirte la verdad. En ningún momento fallecí como te hicieron creer. Desaparecí. No tengo ningún por que para darte ni ninguna razón de peso. Simplente lo hice. Les escribí una carta a tus padres diciendoles que porfavor te dijeran que habia fallecido, porque de ese modo te harias a la idea de que no volveria nunca más. Tenía que conseguir que te olvidaras de mi. Lo siento. Supongo que habras estado muchas noches sin dormir por mi culpa, que tu rendimiento en el instituto habrá bajado considerablemente y que tu relación con los amigos y tus padres habrá cambiado. Quizás fuí un poco egoista al no pensar en todo lo que eso conllevaba... Pero en ese momento no pensé. Solo desaparecí. He visto mundo, he soñado, he disfrutado, he descubierto, he comprendido... Y he amado, Charlotte. He amado. Despues de mucho tiempo he amado. Ha sido la mayor sensación de mi vida. Te quiero. Pero la vida es muy corta y no puedo anclarme a ti... ¿Lo comprendes verdad? No quiero que llores cuando leas esta carta. Solo quería que supieras la verdad. Tienes derecho a saberlo. Tus padres han mentido por mi culpa. Perdonales. En cuanto a todo lo demás... Poco mas puedo decirte. Me di cuenta de que nuestro amor escondía un refugio muy grande llamado soledad. Le temía. Mucho. Y es raro que alguien como yo le tema a eso. Pero si. Es así. Soy un hombre, pero los hombres tambien tenemos miedo. Y en mi caso, mucho. Lo cierto es que todo esto se queda corto, y me parece una forma cutre de despedirme de ti despues de tanto tiempo... Pero lo siento Charlotte. Me faltan agallas para decirtelo a la cara y a estas alturas supongo que ya me habrás olvidado. Han pasado meses desde mi ''muerte'' y yo se que tu eres una chica fuerte. Y que si quieres, puedes. Y supongo que te pondrias como meta conseguir olvidarme. Te conozco demasiado. O almenos eso le dije a tus padres que te dijeran. Que no te destrozaras la vida. Que podias salir con otros chicos etc... ¿Ahora lo entiendes todo, verdad? Charlotte... Tengo claro que jamas olvidaré ese nombre. Con estas palabras y alguna que otra lagrima corriendo por mi rostro, me despido de ti. Ha llegado el momento. No intentes buscarme. Estoy fuera del pais. Estoy lejos, muy lejos. Quizas en otra vida volvamos a coincidir pero quien sabe... Charlotte, lo siento. Perdoname por todo el daño causado. Lo bueno no se me olvida. Adios, Charlotte, adios.


Posdata: no me olvidaré de tus repentinos ataques de hiperactividad, ni de tus sonrisas, ni de tus miradas, ni de tus manias, ni de tu larga melena castaña, ni de tus labios, ni tus ojos color Coca-Cola, ni de tu alegria, ni de tu fuerza, ni de tu cama, ni de tu tacto... ni de ti. No. No me olvidaré.


Nico.

viernes, septiembre 3

Carta a Papá y Mamá

Para unos padres maravillosos:


Papá, Mamá... no se como deciros esto. No estoy loca. Rectifico: estaba loca. Lo único que me pasaba era que estaba enamorada. Enamorada hasta las trancas. Ese ha sido mi unico error. Ha sido lo que me ha llevado a hacer todo esto que he echo. Lo ultimo que quiero es que esteis mal... Pero es que lo necesito. Necesito todo de el y no tengo nada. Si, Papá y Mamá. Me he suicidado. Vuestras sospechas han sido confirmadas. La vida aquí no tiene sentido pero vosotros no sois capaces de comprender eso. Os teneis el uno al otro y yo no hay nada que anhele mas que un recuerdo suyo. Lo nuestro era algo tan grande como el cielo. Era algo especial. Y se acabó. Así, sin mas. De repente. Sin darme cuenta. No es justo, Mamá... La vida no es justa. Y tú, Papá, mentiste. De pequeña me decias que en la vida no habian cosas imposibles. Y no es verdad. No verle lo era. Al igual que el deseo de volver a tenerlo. Me mentisteis. Me he estampado de frente contra la realidad. Y la consecuencia ha sido esta. No quiero que penseis que estoy loca. Porque lo vuelvo a repetir: no lo estoy. Tener claro que os echaré mucho de menos, pero durante todo este tiempo lo unico que he echo ha sido buscar respuestas y no me habeis dado ninguna. Esta ha sido mi solución. Es la mas cobarde, y no se si la mas acertada pero está decidido. Ya está hecho. Ya no estoy. Me fui. No he querido despedirme de vosotros porque no hubiera podido marcharme. Así todo era mucho mas facil. Quiero que sepais que apesar de todo, os quiero, y lo seguiré haciendo. Pero mi otra vida comienza. Y comienza ya. Adios.





Charlotte.

jueves, septiembre 2

Carta 6

Se acabó. He tomado una decisión. Quizas sea la ultima que haga. Mañana ascenderé hasta allí arriba. Contigo. Lo hare de forma que parezca un accidente. Una caida en la ducha. Ha sido lo mejor que se me ha ocurrido. Todo por estar a tu lado. Papá y Mamá no saben nada, pero creo que se merecen una explicación y por eso les he dejado una carta debajo de la almohada. Supongo que cuando la lean ya no estaré aquí con ellos y no podran remediarlo. Si, si... ya se que la vida es muy bonita y que no vale la pena. Pero no. Mi vida era bonita a tú lado. Estoy haciendo algo que jamas crei que haría y menos por amor. Antes de que tu aparecieras todo esto era un mundo desconocido para mi y ahora... Ahora es mi vida. Si joder. Si. Estoy cansada de tanto repetirlo. No quiero vivir si tu no estas. No quiero esperar a que el tiempo te borre de mi memoria porque no quiero hacerlo. Simplemente no quiero estar aqui si tu tampco lo estas. Tan sencillo como eso. Es mi decisión y tienen que respetarla. Quieran o no. De todos modos, cuando empiecen a reprochar yo ya no estaré aquí. Osea que no me preocupa. Bueno me voy, comienza la cuenta atrás...




Siempre tuya.
Charlotte.

miércoles, septiembre 1

Carta 5

Hoy el día ha amanecido gris. Pero no tanto como el anterior. Me alivia saber que por lo menos tengo fuerzas para escribir. Desde que tu no estas es lo único que quiero. Tengo ganas de que acabe el instituto para venir a casa y escribir. Ahora solo vivo para eso. Para escribir cartas sin dirección... Escribiendo palabras que nunca leeras y cartas que jamás podrás acumular. Se que no acumulas pedazos de mi. Se que eso es imposible. Pero por alguna extraña razon a veces noto tu mirada clavada en mi espalda. Pero me giro y no estas. No estás. Y me pego una ostia en la cara contra la realidad. Zas.Día tras día. Al igual que cuando me despierto de un sueño... Dios. Jamás creí que esto fuera a ser tan díficil. Ya no encuentro ninguna via de escape. Ahora solo tengo ganas de contarte que es de mi vida. Que es de mi. Que anhelo de ti. Y cuantas son las ganas que tengo de que vuelvas. Pero las mismas ganas desvanecen al saber que eso que tanto quiero es algo imposible. A veces me lo he planteado. Me he planteado subir allí arriba. Contigo. Aquí abajo la vida es cruel. Arriba no. O por lo menos eso parece. Quiero ascender contigo. Quiero estar contigo. Y lo pensé, claro que lo pensé. Pero tambien pensé en como se lo tomarian Papá y Mamá. ¿Se merecen ellos sufrir de esa forma? ¿Lo haria solo por estar contigo? Si. Seria capaz de eso y más. Pero necesito que me des alguna señal a esta carta. Necesito saber si estas de acuerdo. El instituto es una mierda, mis amigas me dicen que estoy rara. Que soy rara, que no soy la misma que antes y que a veces doy miedo por lo que pueda hacer... Yo no estoy loca. No. Eso lo tengo muy claro. Ellas no me entienden. No saben lo que es perder la mitad de tu vida. Perderla así, de repente, sin previo aviso. Definitivamente no. Ahora mismo todo me sale mal y no tengo ningun motivo que me haga anclarme aquí; abajo. Quiero estar allí arriba. Contigo. Lo tengo mas claro que nunca.


Posdata: no dejes de acumular pedazos de mi.



Siempre tuya.
Charlotte.