domingo, octubre 31

My mayor afición (mayor y la única)

Según el famoso escritor Jordi Sierra i Fabra, escribir es esto:

''Porque lo necesito para vivir, para existir, porque si no escribiera estaría muerto, porque cuando alguien se pasa horas en casa desde los 8 años haciendo novelitas, y a los 12 es capaz de hacer un libro de 500 páginas, es que ha nacido escritor. Todo la vida he escrito cosas. Lo que pasa es que mientras para unos es una bendición, para otros es una carga. Ser escritor no se escoge, te cae encima. En mi caso es un placer que no admite más justificación que la de estar, digamos, enfermo, porque vivo sólo para lo que escribo y eso ha llegado a ser una obsesión compulsiva. Escribo cada día, y cuando estoy en plena novela, pueden ser 10 horas diarias, incluidos sábados y domingos. Puedo escribir en aviones o aeropuertos, igual que de niño lo hacía en la calle, en un banco, en el bordillo de la acera, el autobús o el metro. Escribir es mágico. Pienso que en mundo como el nuestro, sólo el arte te acerca a ti mismo, a la naturaleza, al Universo, y te aparta del materialismo y la vulgaridad''.

Para mi es lo mismo. Pienso que el que no escribe no sabe lo que se siente, porque no consiste en teclear cuatro letras a ordenador o en coger una libreta y escupir ese brote de imaginación que te llega una vez en la vida. Para mi es un arte que sirve para la vida, y si no sirve para eso, no sirve para nada. Es lo UNICO que en ocasiones te hace ver el vaso medio lleno, en vez de vacío. Es tu via de escape, tu lugar imaginario moldeado perfectamente a tu vida y a tus sentimientos en donde tu eliges quien es el protagonista, cual es el final y el espacio-tiempo en el que transcurren los hechos. Dicen que los libros son como amigos, que nunca te abandonan, que te aguardan en la estantería hasta que los vuelvas a coger para leer, aunque hayan pasado años, y que nunca te defraudan. No lo se. Porque lo mas curioso de todo es que odio leer, sería lo ultimo que haría en una tarde llena de aburrimiento al borde de la desesperación, pero si que es verdad que para mi ''Escribir'' no es solo eso, ''Escribir''. Cuando nadie quiso acompañarme en los dias grises, ahi estaba ese documento en blanco esperando a que lo rellenara y sentirme mejor. Pero esto no se siente con estar una semana escribiendo, ni hacer una buena historia una vez en tu vida, nisiquiera cuando llevas meses haciendolo. Es algo que un día nace de ti y sientes la necesidad de decir que es lo que sientes... y descubres que tus sentimientos pueden presentarse al mundo de una forma muy bonita y que pueda llegar a la gente. La verdad, ahora para mi escribir es un hobby, y de vez en cuando escribo historias, pero antes era la mitad de mi vida porque si no escribia lo que sentía, hubiera acumulado millones de sentimientos, y todos hubieran salido en forma de lágrimas. Me alegro de no haber muerto des-hidratada.

Y ahora diré que si, me ahogan las continuas preguntas: ''¿Por quien va ese texto? o ''¿De verdad te levantas a las 2 de la mañana si te viene la inspiración para escribir?''. Si, si y si. Los mejores escritores, cuyos libros teneis la mayoría en las estanterias son personas que describen sentimientos que no han sentido, que no les está pasando en ese momento. Eso es ser un buen escritor, aprender a describir cosas que no has sentido.

lunes, octubre 25

ahora ya me sirve cualquier excusa para olvidarte

Yo solo quiero llegar a casa y que en vez de decirme lo bonita que es la vida o como brilla hoy el sol, quiero que me digas de que color ha sido tu día, a que hora se hará de noche y porque se está creando una tormenta. Yo quiero que vengas y me digas los granos que tengo en la cara y que hoy no es uno de esos días en los que me ves guapa... Quiero que en vez de ayudarme con las bolsas de la compra te quedes sentado en el sofá viendo como me cuesta llevarlas hasta la cocina por el peso. Quiero que prepares la comida y dejes mi plato vacío. Quiero que me digas te odio en vez de te quiero. Quiero que te vayas a dormir y te olvides de darme las buenas noches, o ese beso en la frente. Quiero que no sueñes conmigo y al día siguiente te levantes de la cama como si yo no estuviera. Quiero que me ignores y no me envies mensajes a ninguna hora del día preguntando como he pasado la mañana en el trabajo. Quiero que tengas vacios todos los retratos y no haya ninguna foto mia por la casa. Quiero que te olvides de mi. Quiero que dejes de pensar en mi. Quiero que no me abraces si lloro. Quiero que no me hagas sonreir. Quiero que no crees momentos a mi lado que jamás olvidarás.

¿Qué por qué? PORQUE ASÍ ME SERÁ MÁS FÁCIL OLVIDARTE.

domingo, octubre 24

Mi cenicienta

Las calles estaban desiertas y de vez en cuando pasaba algún que otro coche.  Noche. Cielo apagado. Al igual que sus ganas de vivir. La oscuridad de arriba parecia alargarse y su unico deseo era llegar a palacio, quitarse los tacones de cristal y meterse en la cama. Un lugar caliente, donde nadie pueda perturbar sus pensamientos. Ni estropear aquella velada tan perfecta. Era como si realmente hubiera alguien allí arriba, -en el techo de su habitación-, que pudiera escucharla. Y si era así... Adios. Adios a la soledad. Pero no, no era así. De modo que... Lágrima. Lágrima. Y otra lágrima. Y más lágrimas. Lagrima rota en mil pedazos y el cielo empapado, mojado, escurriendose como si de un trapo sucio y viejo se tratara. Andaba cabizbaja mientras se mojaba su larga melena dorada y su suave piel color miel. Farolas que alumbraban poco, por no decir nada. Y un cielo mas empapado todavía que parecía querer dejarse llevar. Y lo hizo. Comenzó a llover pausadamente. Adoraba el olor de la lluvia. Lo que mas le gustaba en este mundo era eso y reirse. Le hubiera encantado sonreir en ese momento y no dejar de hacerlo nunca, pero no habian motivos. Así que sucedió aquello que algún día tenía que haber sucedido; saborear el dolor. Y vuelta otra vez a las lágrimas. Lagrimas acidas incrustadas en sus ojos que acababan en sus mejillas, y de estas a sus fauces. Saboreó cada una de ellas como si todo eso hubiera sido su único alimento en varios días. Mierda de alimento, pensó. Si, así es, las princesas también dicen palabrotas, o palabras feas, como sea. Mierda de castillo, mierda de tacones, mierda de reloj. Y mierda de vestido, mientras se lo arrancaba furiosa como si tuviera una maldición encima. Del mismo modo se quitó el único tacón que llevaba puesto. El otro se habrá quedado por alguna calle de la ciudad. Demasiado esfuerzo necesario para volver atrás y cogerlo. Que le sirva de juguete a algún perro o gato, o de casa para los ratones. Que mas da, es un simple tacón. Cuando quiera va al zapatero y le pide otro. Asco de peinado. Y con las misma fuerza con la que sus lágrimas recorrian su rostro, se despeinó. Mucho mejor. Ya no siente tanto peso en la cabeza. Ahora faltan las joyas, y con ansía y desprecio las arrojó al rio. Que vaya algún abaricioso mal pagado a recogerlas y las venda y le sirva para emborracharse a base de chupitos. Y de repente, pausa. Stop. No, no, replay. Y pasó. Sin más, pasó. Tenía la cara empapada. Pero no fue resultado de la lluvia, si no de sus lágrimas.


¡Socorro! Perdón, disculpe. ¿Ha visto a cenicienta? ¿Alguien sabe donde está Cenicienta? Es que estaba narrando la historía de su vida y se ha ido. Ha huido. Se ha marchado. ¿Alguien sabé donde está?

jueves, octubre 21

función de (x) + función (y) = vida

Lo que mas odio de mi y del mundo entero es la capacidad de echar de menos, y la falicidad con la que yo lo hago. Es que, veras... Ultimamente solo tengo ganas de decir: ''Te echo de menos''. Y es así. Nunca me ha gustado cambiar de cosas, ya sea el sitio de un libro en la estanteria, el colchón de mi cama, los sofás del salón, cambiar mi almohada, un subrayador, mi agenda (siempre la misma marca), cortarme el pelo, y lo dejo aquí, porque la lista sería demasiado extensa. Y luego tambien echas de menos a personas. Bueno, rectificaré; echas de menos los detalles de esas personas. A estas alturas de la vida he creado mis propias hipotesis, supongo que ningún cientifico loco vendrá aquí a darme el premio Nobel por tene rla mejor hipotesis acerca de la vida, pero se ajusta bastante a mi vida, y eso es todo lo que necesito.
Mi hipotesis consiste en una idea básica, ahora es básica, pero me costó llegar hasta ella y darme cuenta de que era algo que tenía que cumpliar diariamente, ya que la felicidad se consigue de ese modo.

1. Reirse es impresincible
2. La felicdad la mido basandome en todos los momentos que me hacen sentir bien.
3. La realidad es jodida, pero es la realidad, así que acepto que los cielos grises existen.
4. Huir del dolor es inutil.
5.Tu preocupate de mantenerte en pie que lo demás vendrá solo.
6. La vida es demasiado corta para no ser quien eres.
7. Escribir cada día.
8. No imponer sueños inalcanzables, ni normales (todos los sueños son inalcanzables, por algo son sueños).
9. La persona con la que siempre voy a contar va a ser conmigo misma.
10. No hagas caso a ningun de los puntos anteriores.

miércoles, octubre 13

Capítulo 6

Las paredes blancas y azules le recuerdan al fresco olor del mar cuando una valiente ola rompe contra la orilla originando una lucha por la supervivencia entre espuma y arena. Los grandes ventanales cristalinos dejan pasar los primeros rayos del sol que caen sobre la superficie de la Tierra. La chimenea, robusta y sencilla dan fortaleza a la casa. El sofá se mantiene intacto, casi mejor que el primer día. La suave y delicada brisa le acaricia las extremidades. Abraza su alma e intenta inyectarse en sus venas como una dósis extra de oxígeno. Las escaleras mantienen una asimetría casi perfecta entre ellas, y el brillo del adoquinado resplandece con luz propia. Pero todos esos detalles pasan desapercibido cuando vives entre ellos día tras día. Es un salón. Un simple salón, piensa ella. Imagina que para su hija ese simple salón es la puerta hacia la libertad. La libertad a dejar atrás la ignoracia y crear un nuevo sitio para el saber. Para el vivir. No puede evitarlo, y una valiente lágrima (muy valiente, además), cruza toda la superficie de la corteza de su rostro. A esta le siguen muchas más. Solloza en silencio porque a pesar de todo se siente culpable. No ha habido alba y amanecer que no lo hiciera. De repente, se para frente al retrato de su hija. Es una mezcla de fragilidad e inocencia. Manifiesta felicidad. Su sonrisa era capaz de ahuyentar a los obstaculos más grandes. Hacía que su rutina diaria fuera menos díficil. Su tranquilidad la relajaba a veces. Y cuando lloraba o el cielo estaba constituido por una gama de grises, venía ella, proyectaba su sonrisa al viento y las nubes dejaban paso al astro. Tambien recuerda que cuando su hija gimoteaba o estaba entristecida el día la acompañaba. Si lloraba, llovía. Los granos de agua dulce continuaban el mismo compás que el de sus gotas saladas. De modo que ha podido controlar cuando lo hacía. Solo tenía que abrir la puerta, salir de su casa, asomarse al patio y atisbar el cielo. Flash. Mil flashes. Lo siente. No puede evitar preguntarse que razones la han llevado a hacerlo. ¿Por qué? Sus preguntas tienen la misma contestación que las de ella; ninguna.  
 
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Y hasta aquí puedo seguir.... no tengo mas capítulos escritos, ni en mi mente. Tengo pensado seguirla, pero no encuentro inspiración en ninguna parte y tampoco me atrae la idea de esta historia, asi que es tan probable que la siga como de que la deje aquí. De todos modos, espero que estos 6 capítulos os hayan gustado (mi preferido es este).

martes, octubre 12

Capítulo 5

-Hola.

El sonido causado por aquella voz hizo que sus parpados cerrados comenzaran a abrirse paulatinamente. Era la primera vez que sus ojos respondían a la llamada de alguien. Pero esta vez no había sido por voluntad propia. Su madre, la mujer que la encerró, le había hablado. Tuvo muchas dudas de si lo correcto era contestar y establecer una conversación con su peor enemiga, o girarse, darle la espalda a la puerta y volver a cerrar los ojos. Taparse los oidos con las manos y solamente escuchar el latir de su corazón. Pero había un punto, un momento, un segundo, un impulso entre la desesperación y la tristeza que le hizo mover sus labios por inercia.

-¿Eres tú? ¿Eres mi madre?

-Si, soy yo.

-(silencio)...

-¿Estas ahí?

-Si,si, perdona... Dime

-No nada, solo quería que supieras que a partir de ahora he decidido hablar contigo, ya ha pasado mucho tiempo y lo veo conveniente, además, por alguna extraña razón hoy me he levantado con la necesidad de oir tu voz, pero entonces he caido en la cuenta de que nunca la he oido, que no he oido la voz de mi propia hija, ¿qué diran las demás? pero bueno... ahora ya se como suena, gracias

-¿Gracias? ¿Me das a mi las gracias? No mamá, no. Gracias a ti por encerrarme aquí. Gracias por no dejar que me enamore. Por no haber visto como se me caia mi primer diente de leche. Por no dejar un sitio en mi vida al Ratoncito Perez, o a Papa Noel. Gracias por acabar con mis 10 veranos, 10 otoños, 10 inviernos y 10 pimaveras. Gracias por saltarte mi graduación y no darme la oportunidad de acceder a la Universidad. Gracias por no dejarme un espejo para ver como soy. Gracias por no dejarme salir de fiesta con mis amigas. Gracias por no dejar que me caiga en el barro y me chilles por haberme manchado. Gracias por no dejarme odiar mi adolescencia. Gracias por no dejarme sentir nada. Gracias por haberme tenido. Gracias por lo menos por no encerrarme cuando era un bebé.

No hay respuesta. Se cierra la rendija. En el fondo, sabe que lo ha echo mal. Sabe que su hija no merece haberse perdido tantas emociones. Tantos días. Tanta vida. Sabe que le ha cortado las alas de forma que jamás podrá recuperarlo. Sabe que ha echo que se pierda la mejor etapa de su vida, esa que dicen que pese a todo la recordaras con cariño. Todas las adolescentes menos ella.

lunes, octubre 11

Capítulo 4

Se despierta. Inocentemente se mira la muñeca para saber que hora es. Pero se da cuenta de que nunca ha tenido un reloj. Habra sido un sueño. Si. Un horrible sueño. Porque aqui dentro, hasta los sueños son pesadillas. No importa. Ahora solo quiere conseguir el premio. O tener la suerte de volver a verle. De volver a ver al chico que causo que ella se sonrojara. Que por primera vez en diez años se hiciera sentir persona. Que la dejara mas sumergida aún dentro de la incertidumbre y el no saber. Porque en aquel momento, magico e involvidable para los dos, ella se sintió fuera de lugar y con mil preguntas navegando entre el mar de sus ojos... Entonces comenzó a llover pausadamente, al mismo ritmo que sus lágrimas recorrian cada uno de los poros de su piel. La intensidad de la lluvia seguía el de sus lágrimas. A medida que estas avanzaban las calles iban asemejandose mas a pequeños rios efimeros que al llegar el día pasaban a ser simple aire evaporado, al igual que las gotas ancladas al tiempo y a su rostro. Porque para que negarlo, ella no era feliz. A veces había intentado aparentar que lo era, pero estar encerrada en una habitación 10 años no es algo por lo que se pueda tirar cohetes. ¿Sabeis lo que se siente cuando los minutos se prolongan mas de lo normal? Pues imaginaros ella. Su reloj eran sus dedos y su felicidad se la había llevado consigo toda la soledad. Maldita soledad, pensaba. Hasta ella le daba la espalda. En la esquina de la habitación, con el silencio dibujado en los labios.


***

 
Buenas noches. Já, que ironía. De buenas poco. Aquí ninguna noche es buena, o si. Aquí por lo menos estas insconcientemente aferrada a la oscuridad de la noche, que practicamente forma la habitación. Por lo demás... una diminuta bombilla con forma ovalada cuelga del techo, aunque su localización y función son algo mas que inutil. En invierno apenas funciona debido al mal tiempo, y en verano no la necesito y cuando la quiero nunca está. Maldita bombilla también. Malditio espacio repetitivo que hace ver mi vida igual desde cualquier angulo de la dichosa habitación. Normal. Hay 4 paredes y cada una se parece mas a la interior. Hasta yo, que me las se de memoria seria incapaz de decirte cual es cual. Identicas. Igual de aburridas. A veces me da la sensación de que mi odio y todas mis emociones se componen de lo mismo; nada. La palabra parece repetirse pero es así. Si no puedo hacer nada, ¿como voy a sentir nada?. ¡Joder! Soy como una doncella encerrada en la torre esperando a que su amado la salve. El problema está en que yo no tengo ningun ''amado'' ni nada parecido que venga a rescatarme. Como mucho me tengo a mi misma, que ya es bastante.

domingo, octubre 10

Capítulo 3

Por fin. Llega la hora. Ha tocado la puerta tres veces seguida y eso quiere decir que le ha concedido el premio. Sonrie. Está feliz. No ve el momento de asomarse por la ventana. Poco a poco se levanta la persiana. Poco a poco los rayos de sol entran por la habitación y la ilumina toda. Ilumina su rostro. Su sonrisa. No puede parar de sonreir. Tenia tantas ganas. Y llega el momento. Se acerca lentamente hacia la ventana y ahí estan. Los niños. Las mamas. Los pajaros. Los arboles. Y hasta puedo incluir el verbo vivir. Porque lo suyo no es vivir. Mas bien sobrevivir. Sobrevivir a base de ilusión. Ilusión de poder llegar a salir algún día de ese odioso sotano. De ese odioso antro. Es todo lo que quiere. De momento se concentra en mirar atraves de la ventana. Mira fijamente cada detalle. Cada movimiento de la gente. Ve parejas ancladas al tiempo con fechas de caducidad, o eso piensa ella. Ve la pelota rodar por la hierba. Y de repente lo ve a el. Flash. Y por si faltaba mas, de repente, el la mira. Mira arriba, mira atraves de la ventana y la ve. Rapidamente se agacha y se rie. Suelta una pequeña carcajada. No ha estado mal, piensa. Ha sido una sensación rara. Ha sentido verguenza. Y mariposas en el estomago. Está por definir todavia. Como no ha tenido a nadie durante todo este tiempo no sabe como se llama esa sensación. Poco a poco lo irá descubriendo por si sola.

 
***

No, no, no, no... No se que me ha pasado. Cuando me ha mirado me he agachado por inercia. Me he sonrojado y he soltado esa estupida y leve carcajada. Despues he sonreido y la sonrisa no se me iba. Y no se me va de la cabeza. No paro de pensar en el. En el momento en que me ha mirado. ¿Y si no le vulevo a ver? ¿Y si ahora cada vez que miro por la ventana va a estar el? Joder. He desperdiciado un premio. Me he agachado y ahora la persiana está bajada. ¡Maldita sea! Haré todo lo posible para portarme bien mañana a ver si consigo de nuevo el premio. Será dificil. Pero lo intentaré. Ahora me sentaré y esperaré hasta la hora de la cena. Bueno, si es que es la cena. Porque saberlo, lo que es saberlo, no lo se. Alomejor me estoy tomando el desayuno pensando que es la cena. Y alomejor me como la merienda creyendo que es la comida. A saber. Pero da igual. Ahora solo me importa conseguir otro premio.


***

Se abre de nuevo la rendija. Asoma la mano y deja caer al suelo el plato de comida y el vaso de agua. Se lo come rapido y lo deja en su sitio. Se vuelve a abrir la rendija y entra la mano agarrando el plato y el vaso. Se cierra. Ya está. Otro dia mas igual que al de ayer. Esta vez no ha sonado la puerta. No han habido tres golpes en señal de que haconseguido el premio. Decepción. Ahora lo unico que puede hacer es dormir. Se acerca a la cama. Se recoge el pelo con una goma y se tumba. Mira al techo y se pregunta mil cosas. Pero sabe que jamas tendra una sola respuesta. Su mundo es ella. Solo ella. Pero no puede evitarlo. De modo que las interrogantes siguen suspendidas en el aire. A estas alturas el aire de la habitacion estará repleta de preguntas. Diez años es mucho tiempo para preguntarse muchas cosas. Entre ellas, la mas importante, cual es la razon por la que la encerró. Cuando lo hizo tenía 7 años. Entonces apenas podía decir una frase con sentido. Se comportaba bien y siempre ayudaba en las tareas del hogar. Nunca ha contestado mal a su madre. Nunca ha echo nada para decepcionarla. Pero algo tendra que haber echo para haber llegado hasta ahí. Interrogacion. Aire. Y un largo silencio.

sábado, octubre 9

Capítulo 2

Me he despertado hace una hora y aquí estoy, en mi cama. Bueno, si es que se le puede llamar así. Son dos hierros con un ''colchón''. Aunque la verdad, tampoco se si puedo llamar a eso colchón. Pues así ha sido durante 10 años. Diez años son los que llevo aquí encerrada. No me acuerdo muy bien como acabé aquí. Solo recuerdo que despues de una discusión muy fuerte entre mis padres mi madre se volvió loca y me encerró aquí. Mi padre se fue de casa y no ha vuelto a venir. No ha venido a por mi. No se ha interesado por mi. Ya nada. Desde aquel día no he vuelto a hablar con mi madre. Nisiquiera la he visto. Hay una pequeña rendija en la puerta atraves la cual me pasa la comida y el agua pero ya está. Como mucho habré visto sus manos, pero eso es todo. También tiré la toalla rogandole que me dejara salir de allí. Cuando era mas pequeña me asustaba la oscuridad pero eso a ella no le importaba. Ahora ya me he acostumbrado a esta rutina diaria de levantarme, comer y dormirme. Nunca me ha dicho nada. Nunca me ha pedido perdón. Y no he vuelto tampoco a saber nada de ella. No entiendo que razones pueden llevar a un madre a hacer algo así. A encerrar a su hija como si fuera un animal. He pasado mi adolescencia y parte de mi infancia aquí. Entre estas cuatro paredes. No tengo amigos. Y obviamente no he ido al instituto.

***

Suena la puerta. Se abre la rendija y entra la comida acompañada de un vaso de agua. Gracias mamá, piensa para si misma. Pero gracias, ¿por qué?. Por tenerme aquí. Por no dejarme vivir. Por no dejarme ser libre. Por haberme cortado las alas de esa manera. Pero bueno, gracias por lo menos por no dejar que me muera de hambre. Si. Algo es algo. Eso esta claro. Tiene solo un cuarto de hora para comerse la comida. Si antes de un cuarto de hora no se la ha comido y no ha dejado el plato debajo de la rendija, no tendrá su premio. Resulta ironico pero si. Tiene premio. Si se porta bien y hace caso, su madre le levanta la persiana de la ventana por afuera para que pueda asomarse. Para que por lo menos pueda ver que se está perdiendo. Aunque la verdad, ahora que lo piensa, no sabe muy bien si eso es un premio o un castigo. Imagino que le dolerá ver todo lo que podria haber echo y no está haciendo. Pero a estas alturas, se conforma con lo que sea. Se conforma con tener aire para respirar. Y comida con la que sobrevivir. Se vuelve a abrir la rendija. Entra una mano. La mano de su madre. Agarra el plato y el vaso y los saca de la habitación. Un dia más. Una comida más. Es todo siempre tan repetitivo. Pero da las gracias por seguir viva. Si. Gracias.


***

No tengo reloj. De modo que nunca se que hora es. Ni cuando ha pasado un día. No se a que hora me acuesto ni a cual me levanto. Vivo immersa en la incertidumbre y a veces hace que me vuelva loca. Pero tampoco tengo nada que hacer aquí dentro. Lo unico que puedo anhelar es la ventana. Es lo único en toda la habitación que me comunica con el exterior. Y tampoco es que me comunique del todo porque la ventana nunca se ha abierto. Esta hermeticamente cerrada. Ya se encargó mi madre de ello. Y en invierno es una autentica molestia porque siempre se empaña la ventana. Me acerco tanto para ver bien que alfinal no consigo ver nada. Sin embargo, nunca he pensado que la vida es dura. Por lo menos aquí dentro no se pueden crear problemas. Como mucho puede enfadarme conmigo misma. Con mis pensamientos. Que ademas es lo unico que escucho. Mi voz. La voz de mi madre hace mucho que no la escucho. Pero estoy bien. O eso creo. Cualquier otra persona se habria vuelto loca en mi situación. Se habrian imaginado un amigo imaginario. Y de momento no lo he echo, por lo que se puede decir que estoy cuerda. Creo que se dice así. Si. Cuerda. Me sobra. Me basta.

viernes, octubre 8

Capítulo 1

Desde aquí dentro el exterior parece un lugar agradable. Quiero decir que... la gente sonrie y los niños juegan. La felicidad se palpa en el aire y los problemas carecen de importancia. Muchas veces me he preguntado como seria mi vida ahí. Afuera. Pero lo cierto es que no me atrevo a salir. Las paredes de mi habitación, aparte de ser repetitivas, son fuertes. Muy fuertes. Me ofrecen su ayuda incodicionalmente no dejando entrar los problemas. Y la ventana, -la unica que tengo-, deja de vez en cuando entrar un timido rayo de sol que en ocasiones ha rozado mi rostro. Me ha gustado la sensación de sentir calor. Pero yo lo que quiero es sentir de verdad. Quiero salir. Y tambien quiero tirarme al suelo, tocar con los dedos de las manos la fresca hierba del campo, quiero palpar de esa felicidad y quiero sonreir tanto que luego me duelan las mejillas. Pero no puedo. Todavia tengo ese horrible recuerdo guardado en mi mente. Siempre que le echo valor parece estar recordandome que no puedo. ¿Y si realmente es así? ¿Y si resulta que si que puedo? No lo sabré hasta que no vuelva a intentarlo. Pero no. Hoy no será ese día. No puedo. Recuerdo cuando era pequeña. Mamá me encerró en el sotano y cerró la puerta con un candado. En aquel entonces yo era muy pequeña y apenas podía alcanzar la cerradura. Intenté saltar para alcanzarla pero nunca llegué a lograrlo. Un día, no recuerdo cual exactamente, dejé de intentarlo. Me rendí. Me dije: ''No puedo''. Los años pasaron y con ellos mis días. Ahora mido lo suficientemente como para llegar a la cerradura pero una parte de mi sigue pensando que no puedo. No lo se. La verdad. No lo se. Quiero volver a coger la toalla que tiré hace tiempo e intentarlo. Pero hoy no será ese día. Quizas mañana. Quizas pasado. No lo se. No se nada. Solo se que tengo 17 años y que hace mas de 10 que estoy aquí. Encerrada. Encerrada en el sotano de una casa en alguna ciudad en alguna parte de este mundo. He perdido completamente la noción del tiempo.. Solo me alivia saber que a veces me dan una especie de ''premio''. Asomarme por la ventana. Es todo lo que tengo. Una ventana y estos dos ojos, con mirada caducada, para ver todo através de ella.

jueves, octubre 7

que noche tan bonita en un jueves cualquiera





¡Que noche más bonita!, pensó para sus adentros. Aquella noche estrellada era realmente bonita. Nunca habia visto ninguna como esa. La sensación que causó en su reciclada mirada color verde también lo era. Las 9:47, vaya hora más fea. 9:48, 9:49, 9:50... así pasaban los minutos asomada a la ventana. En esos instantes me dio la sensación de que ella quería coger un cohete y volar hacia la luna. Quería sentirse grande y ver a mas de mil metros sobre el suelo el mundo, y volver a sentirse grande, muy grande, como si todo lo demás no existiera. ¿Sabes? Una vez alguien me dijo que las noches mas bonitas son un Jueves por la tarde-noche mientras llueve. Le gustaba el olor a lluvia, el sabor del café después de hacer el amor y los rayos de sol después de una tormenta. No es que fuera excentrico o extravagante, simplemente le gustaban los pequeños placeres que la vida le ofrecía. Siempre me decía que aquellas personas que aspiran a conseguir grandes objetivos, como ser millonario o super modelo acababan por no ser nada. También me dijo que si alfinal del día te parabas un segundo a pensar en las cosas que te habían gustado y que te habian echo sentir bien, te sentirias mucho mejor. Cosas tan insignificantes como sentarte en el bus yendo para el trabajo y ver a la gente pasar atraves del cristal, lavarte la cara con agua fría recien levantada, correr para no llegar tarde, el olor de un nuevo día, el reflejo de la luna en mi taza de leche, mi pintauñas favorito, el olor a gasolina, estrenar algo nuevo... ¿Y sabeis qué? Que creo que aquel hombre tenía razón. Así que de momento seguiré observando esta noche estrellada en un Jueves cualquiera, y me preguntaré que secretos esconde el espacio...

lunes, octubre 4

Siem... ¿qué?

Creo que debes saber que eres el culpable de que me sepa de memoria cada centímetro del techo de mi habitación. Por lo demás... es una habitación como otra cualquiera. Tiene una estanteria con los libros que me mandan en el instituto. Un escritorio donde nunca hago los deberes, solo me siento para conectarme. Un sinffonier donde guardo parte de la ropa. Un armario donde guardo todo lo demás, un perchero que parece que esté apunto de caerse por la cantidad de bolsos que hay colgados de él y la cama. Después tengo colgados de la pared un cuadro que hice en tercero de la eso, copiando una foto mía, y un poster de Audrey Hepburn grande en blanco y negro. Justo encima de la cama hay un cuadro que hizo mi tia donde pone ''Marlene'' y al lado otro que se llama ''mi Muñeca''. Más a la derecha está ese cuadro que tanto odio pero que por desgracia va a estar ahí siempre porque le encanta a mi madre. Es uno que pinté cuando tenía 5 años donde supuestamente está dibujo mi campo. Creo que ya está todo. Ah perdón, perdón, después de tanto tiempo ya me había acostumbrado. Se me había olvidado nombrar todo lo que he sentido dentro de esta habitación. Todo lo que han visto las paredes, cuantas veces contemplamos el mismo techo. ¿Tu tambien te lo sabes de memoria, verdad? ¿O ya te has olvidado? Bah, nisiquiera tiene sentido seguir pensando en ello. Solo deseo que venga alguién y me diga que el amor existe, que me haga sentirlo. Que me haga recordarlo. Que el amor se aleja... se está alejando y ya casi no me acuerdo de el. Que no se si existe. No se si alguna vez existió. No se donde han ido a parar lo bien que me ha echo sentir, todas las sonrisas, cada uno de los latidos de mi corazón, palabras bonitas y las no tan bonitas... Devuelveme la sonrisa que tienes guardada en el bolsillo de tu pantalón. ¿Cómo? ¿Qué? ¿La has perdido? Entonces vuelve para volver a crear una nueva. Es que veras... si te digo la verdad, ni yo se lo que siento. A ver, soy feliz. ¡Joder! Claro que soy feliz. Como para no serlo. Pero siento que me falta algo. Y es que no se lo que es. ¿Eres tú? ¿Estas ahí? Entonces ven. Te invito a venir. O no... esperate. Creo que he perdido completamente la fe. No te voy a mentir pero no estoy muy bien. Ultimamente me he preguntado mucho el por qué de mi existencia y donde está mi lugar en el mundo. Ahora solo abundan los dias en los que siento que solo yo giro alrededor del mundo. ¿Quien gira a mi alrededor? Las cosas no van tan bien... aunque intento sobrellevarlo como pueda. Creo que he sonreido tanto a la fuerza para engañarme de que realmente estoy bien, que creo que lo estoy. Malditas preguntas sin respuestas. Maldito amor. Maldito momento en que viniste y juraste quedarte para siempre. Malditos momentos que construyen el pilar de mi habitación. En estos momentos me estoy preguntando si hay alguien ahi afuera que me entienda... ¿Hay alguien? Nada. El puto silencio para repetirse. No importa. Me pudriré entre estas cuatro paredes que un día decidiste no volver a ver. Me gusta. Me gustan. Me gusta la idea de pensar que el amor está volviendo... Me gusta saber que puede que vuelva a ser tan feliz como lo era. Que lo soy, pero así mucho mejor. Si, me gusta. Así que ven pronto que odio la idea de acostumbrarme a estar sola. Solo prometeme una cosa; nunca digas siempre, ¿vale? Odio esa palabra. Odio al que la inventó y a los que la dicen. Nada es para siempre.