viernes, noviembre 19

Diario de una asesina del amor (2º parte)

***


Día 2 de Enero, 2020



Ruido. Suena el ordenador. Mario ha hablado a Magda por el chat.

-Hola.

Magda no contesta. Intenta mirar a otro lado. Intenta apartar la mirada del teclado que está apunto de teclear para contestarle. Lo intenta, pero no puede. Rabia. Odio. Y sus manos moviendose.

-Hola.
-¿Estas enfadada?
-Sí
-Joder Magda, yo no he echo nada. ¿Qué querias? ¿Qúerias que volviera a caer en tus engaños y en tus mentiras? ¿Querías volver a ilusionarme?
-No, simplemente quería que fueras allí a la maldita cena, donde supuestamente iba a dejar las cosas claras y pensaba dejar con Nico, pero no... tu siempre tienes que hacer lo mismo, tienes que ser el idiota de turno, el que las deja a todas, el machote.
-No fui porque me encontraba mal y no tenía ganas, ¿estas contenta?
-No me vuelvas a hablar nunca más
-Vale

Rabia. Latidos acelerados. Lágrimas. Tristeza. Soledad. Odio. Y vuelta a la rabia. Rabia. Rabia. Rabia. Silencio. Y rabia. Todo su ser estaba inundado en rabia. ¿Que había ocurrido? Por primera vez se le había escapado la situacion de las manos. Por primera vez Mario fue capaz de decirle que se acabó. ¿Realmente se acabó? ¿Y Nico? ¿Qué pasa con Nico? Muchas preguntas sin respuestas. Muchas lágrimas corriendo por su rostro por alguien que nisiquiera las merece.

Nico está conectado. Ahora no tiene ganas de hablar con él.

***

-Hola cariño-, le escribe a Magda. No le contesta. ¿Que pasa?, piensa. Será una de sus rabietas. Pues si que empezamos bien el año.

Pasan los días, las horas, los minutos, los segundos... y con estos transitan al mismo tiempo los te quiero que se han olvidado entre Nico y Magda, los besos que Nico ya no recibe por su parte, los malas épocas y lágrimas, muchas lágrimas.

-¿Qué te pasa Magda?, dice Nico.
-Nada
-Algo te tiene que pasar, estas rarisima. Ya ni siquiera tienes ganas de hacerme el amor, ni para besarme, ni siquiera para abrazarme. Has perdido absolutamente todas las ganas que siempre tenias de mi...
-¡Que no me pasa nada joder! No tengo ganas y punto.
-Vale

¿Que hago? ¿Qué estoy haciendo? Le hago daño y ni siquiera me importa. Lo miro y no lo reconozco. No le quiero. No siento nada por el. No tengo ganas de el. No le abrazo, ni le beso, ni hacemos el amor. Hace tanto tiempo de eso... ya ni me acuerdo. Pero es que no puedo, no me sale de dentro. Lo estoy perdiendo, estoy perdiendo todo..., piensa.
***

''No me creo ni yo misma lo que estoy haciendo pero es que te quiero. Lo he intentado, creeme que lo he intentado, pero es que por mas que quiera, no puedo ¡joder!, ¿no puedes ser capaz de entenderlo? es que nadie lo entiende ¡joder!, para mi ya no es lo mismo y se que no lo será. Siento que ahora te quiero mas que a Nico pero no me atrevo del todo a dar ese paso que tantas veces he estado apunto de dar.''

Duda. Piensa. Y no responde. Tiene que olvidarla, tiene que empezar por algo para olvidarla, y este es el primer paso. Ignorarla. Ni siquiera le importa ya si le hace daño o no, porque ya no le importa. Perdió su oportunidad hace mucho tiempo, y Mario ya no puedo hacer nada. Espera que sea feliz con Nico, aunque por dentro se muera de ganas porque se acabe lo suyo y ella no sea de nadie.



Que doloroso puede llegar a ser el amor. Cuanta rabia y cuando odio puede generar dentro del alma de una persona. Eso lo sabe muy bien Mario, aunque el en el fondo siempre fue así. El tambien jugaba con Magda pero ella lo hacía mucho más. Y ella por lo menos tenia a Nico, el no tenia a nadie. Intentó olvidarla o arracansela de su vida con otras, pero no pudo. Ninguna era como ella. ¿Por qué los seres humanos nos empeñamos en querer controlarlo todo? ¿Por qué todo es tan díficil? Nadie lo sabe. Ni Magda, ni Nico, ni Mario. Magda es la princesa bruja que ansia dominarlo todo, y le encanta la idea de saber que dos hombres mueren por ella. Mario no soporta la idea de estar enjaulado y sin embargo lleva mas de un año detras de Magda apesar de que ésta está con Nico. Nico es ciego y solo puede ver lo bueno de Magda, la ama incodicionalmente y estaría con ella en cada segundo de su vida si de el dependiera.

***

Está sentada encima del retrete del baño. Tiene la cabeza cabizbaja y sus rodillas estan humedas debido a las lágrimas que caen paulatinamente de sus ojos. Tiene el movil en un una mano. Lo mira. Se mira. Y sigue llorando en silencio para que no la oiga nadie. Y de repente, con la rapidez con la que cae un relampago al suelo, decide acabar con todo. Adios Nico. Escribe: ''Lo siento, creo que ya va siendo hora de que este cuento acabe. No es el final que a mi me gustaría, pero ya sabes que yo siempre digo que nada es para siempre, que todo tiene un final. Pues perdona, pero el nuesto ha llegado.''

Estaría anclada a el toda la vida, pero el simple hecho de pensar que esto algun día acabará y después sera mucho mas dificil olvidar, la horroriza. Tenía que hacerlo. Adios Nico, adios Mario.
Suena el movil. Mensaje de texto: ''Durante mucho tiempo he estado intentando evitar este momento, haciendo lo imposible para que no llegara, pero esta vez he decidido aceptar tu decisión, y darnos un tiempo. Te quiero.''

''Quiero que sepas que probablemente no haya un Hasta luego, y este sea el adios definitivo, solo quiero que sepas que yo siempre te querré, porque lo nuestro es algo diferente, algo que siempre perdura, no se... eres especial para mi, siempre te querré, espero que lo sepas.''

No recibe respuesta. Lo entiende. Acaba de pisotear y arrancarle el corazón a Nico de cuajo, y lo peor es que el lo ha aceptado. Aceptó su derrota. Cuando alguien se pregunta si quiere a la otra persona, es que ha dejado de hacerlo. Pero Magda lo sigue queriendo, y simpre lo hará, pero ahora es cuando, aquí es el donde.

Buenas noches, se dice a si misma. No puede dormir. Se ha memorizado cada centimetro del techo de su habitación. Con Nico todo era mucho mas fácil. Pero no, tiene que dejar de pensar de ese modo. Ya está. Ya está hecho. El ya se fue.



Querido Nico:


Necesito volver a despedirme de ti dentro de nuestro ultimo momento a solas. Te tengo aquí detras, a apenas 10 centimetros de mi. Duermes tranquilamente sin imaginar que esto que escribo es para hacerte desaparecer en mi camino. Me di cuenta que estuve mucho tiempo criticando la absurda idea de no poder enjaularse, de los demás, y todo este tiempo he estado tan ciega que no me he dado cuenta de que yo soy así. Tengo miedo, Nico. No puedo dejar que el tiempo siga pasando... ya llevamos 1 año, y mira que enganchada estoy. Eres mi puta droga, joder. ¿Que pasará dentro de dos años? Entonces no habrá vuelta atras. Entonces no podré dejarte nunca. Lo siento, no puedo. La sola idea me horroriza. No puedo, no puedo pertenecer ni depender de este modo de alguien. Yo siempre he sido un alma libre, de esas que ni siquiera piensan en el amor. Si, Nico, soy una asesina del amor. Pero cuando te vi no pude resisitirme. Supe que ibas a entrar en mi vida de algun modo u otro. Tus ojos, tus labios... tuve tantas ganas de ti en ese momento. ¡Maldito momento Nico! La verdad es que este año a tu lado ha sido el mejor de mi vida... por ahora. Pero necesito que lo comprendas. ¿Tu me entiendes verdad? Bueno, no importa... Apartir de ahora vuelvo a ser libre. Pero si, no te mentiré, extraño todo de ti, pero la libertad sabe tan bien. Quiero volver a ser la de antes, quiero ser esa asesina confesa del amor que siempre fui. Quiero ser la que nunca consigue enamorarse porque me gusta. Es como un vicio que supera tu adicción. Te quiero. PERO ES QUE NO PUEDO ANCLARME A TI. Vive la vida, ¿vale?. Haz justo lo que yo hago ahora, y sal de fiesta, pasatelo bien, diviertete, ligate a la camarera y hazle el amor locamente, pero no como a mi eh, eso solo queda entre tu y yo.


Adiós pequeño atrapador de asesinas.

1 comentario:

  1. Eres, eres, eres... Increíble tío, increíble. Nunca ningunas palabras me entenderán tanto como las tuyas, en serio.

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