viernes, noviembre 26

cuando se va el corazón

El invierno le congelaba hasta lo mas profundo de sus capas. Este siempre bombeaba, sin ser consciente del alterno paso de los segundos. Por sus venas y capilares jamás transitaba ni la mas mínima gota de pavor. Sus contracciones eran similares a las que producían mi sonrisa cuando su silueta se reflejaba en el frágil contorno del espejo, pero desvanecía a medida que la silueta se perdía entre mis dedos de recuerdos. Que no digan que fui pusilánime, que aquellas miradas inquietas atemorizaban hasta al ser mas vigoroso. Este instrumento es inmune a la sensiblería, por no decir que no conoció ni la pena. Su encomienda era simple, solo debía preocuparse de propagar eso que todos sentimos en algún momento en nuestras vidas; bienestar, suerte, prosperidad, ventura, fortuna, contento, alegría...
En ocasiones oí decirle que con el paso de los años, ese lugar debía ser sitio para jóvenes, que su humilde vacio debia ser reemplazado. Por aquel entonces, no fui capaz de concebir sus señales cuando en menos de una milésima de segundo pasaba de 90 pulsaciones por minuto a 250. Le anhelo. A el y a sus sencillas tareas que me regalaban la vida que no merecía, pero ingenuo de mi decliné cualquier invitación a la apertura de ese gran obsequio. ¿Por qué? Pregunto hoy deambulando por las calles de esta vieja metrópolis que reposa bajo exorbitantes mantas negras de nieve, porque aquí, en la avenida sin número de la capital sin nombre hasta lo que debería ser una bendición se convierte en zozobra. Ahora comprendo que su función iba mas allá de encargarse de distribuir sangre por cada recoveco de mi cuerpo... Dime que volverás. Vuelve en el momento menos esperado y dispuesto a todo como haces siempre. Solo quiero volver a contemplar tus caminos marchitos que construyen su ahora en un justo antes cercano que desaparece en el lejano horizonte que jamás llegué a compartir contigo. Dejame clavar mis retinas en las tuyas, aunque las confunda con el suave tacto del cielo. Ansío fundir las yemas de tus dedos en mi abrigo de piel lozano para saber que aún en amaneceres difíciles en los que el ventanal de mi habitación compite contra las fotocopias de un sol cansado de ser impreso, tu estas ahí. Vuelve cuando los veranos sean inviernos, los otoños primaveras, cuando estas venas secas recuerden el flujo que circulaba por ellas, cuando las comisuras de mis arrugas sean capaces de abatir los problemas que acechan cada lámina de madera de mi puerta y cuando tus contracciones concuerden en espacio y tiempo con las mías que se extinguieron en el mismo momento en que tú desafinada silueta dejó de brotar entre copas, lágrimas y sonrisas.

Marlene Torres Prieto

martes, noviembre 23

cuando queda el pasado

He huido cuanto he podido de sus miradas oscuras, casi negras al igual que las cenizas fruto de su llama apagada. He esquivado sus suplidos, que entraban como corrientes de aire en mis oídos. He olvidado la reacción química que ocasionaba la piel arrugada de la superficie de sus labios navegando por los mios. He buscado sus manos fracturadas en medio de una tormenta de neblina matutina que cegaba sus retinas, anclándola al paso discontinuo de los segundos, saltándose milésimas de segundos. He descompuesto cada rincón de mi longevo cuerpo en los suyos, y he transportado mis impulsos nerviosos por sus venas llenas de melancolía intentando espantar el ser desilusionado que habita en ellas. He deseado volver a casa, donde inundado por la rutina me sentiría menos fuera de lugar, y donde su vacío parece menos vacío por la presencia de mi calendario pausado que no encuentra su día. He creado un pequeño paréntesis para relegar sus medias sonrisas esbozadas a la luz del sol, sus retratos y sus pupilas color esmeralda que se confundían con el olor de la felicidad. He calculado cuanto pesan estos gramos de amor de más que han yacido dentro de mi cofre a punto de extinguirse, pero no encuentro ningún contable capaz de percibir estos gramos translúcidos que desequilibra esta balanza, conocida por muchos como dolor.

viernes, noviembre 19

Diario de una asesina del amor (2º parte)

***


Día 2 de Enero, 2020



Ruido. Suena el ordenador. Mario ha hablado a Magda por el chat.

-Hola.

Magda no contesta. Intenta mirar a otro lado. Intenta apartar la mirada del teclado que está apunto de teclear para contestarle. Lo intenta, pero no puede. Rabia. Odio. Y sus manos moviendose.

-Hola.
-¿Estas enfadada?
-Sí
-Joder Magda, yo no he echo nada. ¿Qué querias? ¿Qúerias que volviera a caer en tus engaños y en tus mentiras? ¿Querías volver a ilusionarme?
-No, simplemente quería que fueras allí a la maldita cena, donde supuestamente iba a dejar las cosas claras y pensaba dejar con Nico, pero no... tu siempre tienes que hacer lo mismo, tienes que ser el idiota de turno, el que las deja a todas, el machote.
-No fui porque me encontraba mal y no tenía ganas, ¿estas contenta?
-No me vuelvas a hablar nunca más
-Vale

Rabia. Latidos acelerados. Lágrimas. Tristeza. Soledad. Odio. Y vuelta a la rabia. Rabia. Rabia. Rabia. Silencio. Y rabia. Todo su ser estaba inundado en rabia. ¿Que había ocurrido? Por primera vez se le había escapado la situacion de las manos. Por primera vez Mario fue capaz de decirle que se acabó. ¿Realmente se acabó? ¿Y Nico? ¿Qué pasa con Nico? Muchas preguntas sin respuestas. Muchas lágrimas corriendo por su rostro por alguien que nisiquiera las merece.

Nico está conectado. Ahora no tiene ganas de hablar con él.

***

-Hola cariño-, le escribe a Magda. No le contesta. ¿Que pasa?, piensa. Será una de sus rabietas. Pues si que empezamos bien el año.

Pasan los días, las horas, los minutos, los segundos... y con estos transitan al mismo tiempo los te quiero que se han olvidado entre Nico y Magda, los besos que Nico ya no recibe por su parte, los malas épocas y lágrimas, muchas lágrimas.

-¿Qué te pasa Magda?, dice Nico.
-Nada
-Algo te tiene que pasar, estas rarisima. Ya ni siquiera tienes ganas de hacerme el amor, ni para besarme, ni siquiera para abrazarme. Has perdido absolutamente todas las ganas que siempre tenias de mi...
-¡Que no me pasa nada joder! No tengo ganas y punto.
-Vale

¿Que hago? ¿Qué estoy haciendo? Le hago daño y ni siquiera me importa. Lo miro y no lo reconozco. No le quiero. No siento nada por el. No tengo ganas de el. No le abrazo, ni le beso, ni hacemos el amor. Hace tanto tiempo de eso... ya ni me acuerdo. Pero es que no puedo, no me sale de dentro. Lo estoy perdiendo, estoy perdiendo todo..., piensa.
***

''No me creo ni yo misma lo que estoy haciendo pero es que te quiero. Lo he intentado, creeme que lo he intentado, pero es que por mas que quiera, no puedo ¡joder!, ¿no puedes ser capaz de entenderlo? es que nadie lo entiende ¡joder!, para mi ya no es lo mismo y se que no lo será. Siento que ahora te quiero mas que a Nico pero no me atrevo del todo a dar ese paso que tantas veces he estado apunto de dar.''

Duda. Piensa. Y no responde. Tiene que olvidarla, tiene que empezar por algo para olvidarla, y este es el primer paso. Ignorarla. Ni siquiera le importa ya si le hace daño o no, porque ya no le importa. Perdió su oportunidad hace mucho tiempo, y Mario ya no puedo hacer nada. Espera que sea feliz con Nico, aunque por dentro se muera de ganas porque se acabe lo suyo y ella no sea de nadie.



Que doloroso puede llegar a ser el amor. Cuanta rabia y cuando odio puede generar dentro del alma de una persona. Eso lo sabe muy bien Mario, aunque el en el fondo siempre fue así. El tambien jugaba con Magda pero ella lo hacía mucho más. Y ella por lo menos tenia a Nico, el no tenia a nadie. Intentó olvidarla o arracansela de su vida con otras, pero no pudo. Ninguna era como ella. ¿Por qué los seres humanos nos empeñamos en querer controlarlo todo? ¿Por qué todo es tan díficil? Nadie lo sabe. Ni Magda, ni Nico, ni Mario. Magda es la princesa bruja que ansia dominarlo todo, y le encanta la idea de saber que dos hombres mueren por ella. Mario no soporta la idea de estar enjaulado y sin embargo lleva mas de un año detras de Magda apesar de que ésta está con Nico. Nico es ciego y solo puede ver lo bueno de Magda, la ama incodicionalmente y estaría con ella en cada segundo de su vida si de el dependiera.

***

Está sentada encima del retrete del baño. Tiene la cabeza cabizbaja y sus rodillas estan humedas debido a las lágrimas que caen paulatinamente de sus ojos. Tiene el movil en un una mano. Lo mira. Se mira. Y sigue llorando en silencio para que no la oiga nadie. Y de repente, con la rapidez con la que cae un relampago al suelo, decide acabar con todo. Adios Nico. Escribe: ''Lo siento, creo que ya va siendo hora de que este cuento acabe. No es el final que a mi me gustaría, pero ya sabes que yo siempre digo que nada es para siempre, que todo tiene un final. Pues perdona, pero el nuesto ha llegado.''

Estaría anclada a el toda la vida, pero el simple hecho de pensar que esto algun día acabará y después sera mucho mas dificil olvidar, la horroriza. Tenía que hacerlo. Adios Nico, adios Mario.
Suena el movil. Mensaje de texto: ''Durante mucho tiempo he estado intentando evitar este momento, haciendo lo imposible para que no llegara, pero esta vez he decidido aceptar tu decisión, y darnos un tiempo. Te quiero.''

''Quiero que sepas que probablemente no haya un Hasta luego, y este sea el adios definitivo, solo quiero que sepas que yo siempre te querré, porque lo nuestro es algo diferente, algo que siempre perdura, no se... eres especial para mi, siempre te querré, espero que lo sepas.''

No recibe respuesta. Lo entiende. Acaba de pisotear y arrancarle el corazón a Nico de cuajo, y lo peor es que el lo ha aceptado. Aceptó su derrota. Cuando alguien se pregunta si quiere a la otra persona, es que ha dejado de hacerlo. Pero Magda lo sigue queriendo, y simpre lo hará, pero ahora es cuando, aquí es el donde.

Buenas noches, se dice a si misma. No puede dormir. Se ha memorizado cada centimetro del techo de su habitación. Con Nico todo era mucho mas fácil. Pero no, tiene que dejar de pensar de ese modo. Ya está. Ya está hecho. El ya se fue.



Querido Nico:


Necesito volver a despedirme de ti dentro de nuestro ultimo momento a solas. Te tengo aquí detras, a apenas 10 centimetros de mi. Duermes tranquilamente sin imaginar que esto que escribo es para hacerte desaparecer en mi camino. Me di cuenta que estuve mucho tiempo criticando la absurda idea de no poder enjaularse, de los demás, y todo este tiempo he estado tan ciega que no me he dado cuenta de que yo soy así. Tengo miedo, Nico. No puedo dejar que el tiempo siga pasando... ya llevamos 1 año, y mira que enganchada estoy. Eres mi puta droga, joder. ¿Que pasará dentro de dos años? Entonces no habrá vuelta atras. Entonces no podré dejarte nunca. Lo siento, no puedo. La sola idea me horroriza. No puedo, no puedo pertenecer ni depender de este modo de alguien. Yo siempre he sido un alma libre, de esas que ni siquiera piensan en el amor. Si, Nico, soy una asesina del amor. Pero cuando te vi no pude resisitirme. Supe que ibas a entrar en mi vida de algun modo u otro. Tus ojos, tus labios... tuve tantas ganas de ti en ese momento. ¡Maldito momento Nico! La verdad es que este año a tu lado ha sido el mejor de mi vida... por ahora. Pero necesito que lo comprendas. ¿Tu me entiendes verdad? Bueno, no importa... Apartir de ahora vuelvo a ser libre. Pero si, no te mentiré, extraño todo de ti, pero la libertad sabe tan bien. Quiero volver a ser la de antes, quiero ser esa asesina confesa del amor que siempre fui. Quiero ser la que nunca consigue enamorarse porque me gusta. Es como un vicio que supera tu adicción. Te quiero. PERO ES QUE NO PUEDO ANCLARME A TI. Vive la vida, ¿vale?. Haz justo lo que yo hago ahora, y sal de fiesta, pasatelo bien, diviertete, ligate a la camarera y hazle el amor locamente, pero no como a mi eh, eso solo queda entre tu y yo.


Adiós pequeño atrapador de asesinas.

miércoles, noviembre 17

Diario de una asesina del amor

Día 31 de Diciembre, 11:27 pm




Ring, ring. Suena el móvil. Mete la mano dentro del bolsillo y y lo saca. La pantalla se ha iluminado y el icono del mensaje está encendido. Presiona la tecla ''Aceptar'' y abre el mensaje de texto: ''Dentro de 30 minutos serán las 12 de la noche y nuestro primer beso cumplirá un año, justo un año, ¿que rápido pasa el tiempo eh? pues eso, que te quiero y me encantaría desgastarte los labios con nuestro segundo primer beso''. Sonrie para sus adentros. Siempre tuvo mucha imaginación para los mensajes, es más, ella siempre era la típica persona de alguien inesperado en el momento inesperado. Le encantaban dar sorpresas a los demás y viceversa, aunque eso ocurría pocas veces. Da igual, el era feliz con haber sido su primer chico, su primer beso, sus primeros labios, y quien sabe si también su primer te quiero de verdad. Comienza a teclear las teclas para responderle al mensaje. Aprieta el botón ''Enviar''. Vuelve a sonreir para sus adentros. A pesar de estar a mas de 100 km de ella la siente en su interior como si estuviera a su derecha, con su cabeza apoyada en su pecho y escuchando los latidos de su corazón. El sentía realmente que el tiempo se paralizaba cuando estaban juntos, que ella era su propio astro, y era tan culpable de todas las sonrisas como de todas las lágrimas. Pero no importa porque amar consiste en eso. En pelearte y decirle lo cabrón que es y llegar a odiarle con toda tu alma y segundos después volver a quererle y buscar sus labios como modo de reconciliación y volver a paralizar el tiempo...

Hay parejas ancladas al tiempo, parejas que dejan que sus vidas transiten paulatinamente mientras ellos no hacen nada, parejas que olvidan los ''te quiero'', parejas convertidas en rutina, parejas aburridas que no dicen nada, parejas perdidas entre los segundos y parejas que ya no hablan por si solas. Aunque ellos eran de esas parejas en las que no hay un ella sin un el, ni un el sin un ella, de esas que parecian llevar toda una vida juntas y que parecía vulnerables al paso del tiempo.

***

Ring, ring. Suena el móvil. Lo coge de la mesa y mira la pantalla. Un mensaje. Presiona la tecla ''Aceptar'' y se muestra el contenido del mensaje de texto: ''¿Qué si me acuerdo? Sería imposible olvidar ese día, parecias una experta besando, me costaba creer que era tu primer beso. Cogeré mi cohete espacial e iré allí donde estés para repetir nuestro segundo primer beso''. Mira al frente y suspira. Que ironica que resulta la vida a veces. Un día despiertas con media cama vacía y al otro apensa tienes espacio en ella para dormir. No importa, se alegra de que ese espacio lo ocupe el, con cada una de sus virtudes y con cada uno de sus defectos, porque hasta los defectos en el resultan agradables. Vuelve a mirar al frente. -¡Mierda! ¿Por qué coño no habrá venido? Se suponía que era un trato, ¡joder! He venido aquí por el y nisiquiera se ha molestado en decirme el motivo por el que no ha venido. Se acabó. Ya va siendo horar de acabar con esta puta historia-, piensa. Mira el móvil y duda. ¿Le envio un mensaje o paso directamente de el? No puede, así que agarra el móvil y con los ojos llenos de miedo comienza a escribir un mensaje para Mario: ''¿Sabes que eres un capullo no? No me vuelvas a hablar nunca más, olvidate de mi''. En el fondo no quiere que se acabe. Jugar a dos bandos tiene su punto. Aunque solo para ella, imagina que Nico no sabe nada, pero es que no puede evitarlo, no le ha olvidado. No ha logrado olvidarle. Aunque he de decir que nisiquiera lo intentó, porque no quería hacerlo. Dicen que en el amor todo vale. ¿Esto vale? No lo sabe. No hay respuesta. Por tercera vez, vuelve a mirar hacia el frente. Ahí esta, la silla vacia. Y ahí estan, sus labios que no probaran los de Mario, o almenos no esta noche. Esta era su ultima oportunidad para saber a quien elegía y todo le ha salido mal. Lo peor es que ella lo sabe, pero no siente ni el mas minimo remordimiento. Está tranquila, si no está Mario, está Nico. Agarra el movil. Escribe: ''Te quiero pequeño, nunca lo olvides''.

***

Suena el móvil. Mensaje de texto: ''Te quiero pequeño, nunca lo olvides''. Cuanto la echa de menos. Estos kilometros de más que los separan le están haciendo mucho daño, pero lo peor es que el no sabe que esta historia nunca fue de dos personas, si no de tres.



***

Mensaje de texto: ''¿Sabes que eres un capullo, no? No me vuelvas a hablar nunca mas, olvidate de mi''. -¿Pero que mosca le habrá picado ahora? Si no he echo nada. Es ella la que tiene el problema. Es ella quien tiene que elegir. Joder Magda no era tan díficil. El o yo. Yo o el. Era tan sencillo como eso. Pero no... claro que no, tu tenias que jugar con los dos, te gustaba y te gusta la idea de tener a dos tios chupando de tu culo, comiendo de tu mano, mandandote mensajes y apoyandote en uno cuando el otro no te hace caso o simplemente no hace lo que tú quieres. ¿Pues sabes qué? ¡Que estoy harto joder! Estoy harto de que Nico me mire con esa cara de asco y que me odie con todas sus fuerzas cuando mi unico error ha sido quererte, y dejar que te fueras con el antes que conmigo. Ahora no te tengo, y sin embargo he estado intentando un año entero que lo dejaras, que te vinieras conmigo, y tu nunca quisiste. ¿A que tienes miedo Magda? El dolor existe y tu lo vas a sentir algún día. Es que odio que estes continuamente huyendo de el, odio las noches en vela pensando en ti y las 20 tías con las que me he enrollado para intentar olvidarte, porque ninguna, por mucho que se pareciera a ti fisicamente han logrado sustituirte. Tengo tantas ganas de ti... nisiquiera te he besado ni tocado y sin embargo sigo teniendo unas ganas locas de ti. Joder Magda... soy un golfo, no puedo enjaularme de este modo. Odio la idea de enamorarme y no se que coño hago contigo- dice para sus adentros.



***

-¿Encima no me contesta? Vale, ahora ya si que se acabó. Hola vida nueva. Hola año nuevo. Hola Nico. Juntos para siempre-, piensa.

12pm de la noche.
1 de Enero de 2020

Mensaje de texto: ''Me alegra saber que al otro lado de estos 100 kilometros hay alguien que me quiere, y que este sentimiento sea reciproco, porque te quiero Nico, te quiero tanto... NUNCA LO OLVIDES. Feliz año nuevo''. ¿Se está mintiendo? ¿Es esta su forma de olvidar a Mario? Puede que si. Puede que la unica solución sea volver a la misma rutina de siempre, a los mismos labios y a las mismas miradas; las de Nico. El la quiere. Daria todo por ella. Magda lo sabe, pero la idea de jugar a convertirse en una asesina del amor la atrae mucho más. Mañana será un nuevo día. Un nuevo día al lado de Nico.

lunes, noviembre 8

Las 22:34

Las paredes se te echan encima. Los ruidos se paralizan creando una melodía perfecta, compuesta por silencio y demás. El teléfono aguarda en la mesita, quizás piense que hoy lo cogerás. Mentira. Falsa esperanza para el teléfono al igual que para mis esquinas de autopista en este longevo cuerpo ya caducado. El corazón, el corazón se fue. Valiente héroe que supo adivinar el futuro, a pesar de que otros le dijeran que aquello era imposible. Pues si, se fue. Se fue como lo hace alguien que ni siquiera coge carrerilla para escapar, sin mirar atrás. Con los labios cosidos, las venas secas y latidos contados marchó para no volver jamás. Este es un mensaje a mi pobre corazón que no ha dejado mas hueco que el que puede rellenar la fría soledad. Si quiere salvar a esta pesada carga que vuelva a circular en el ciclo vital de la muerte. Para que engañarnos; no volverá. Quizás sea hora de que yo también me vaya de este desolado lugar que apenas encuentra luz para dejarse iluminar y perdurar en el paso de los segundos. Las 22:34. Aprieto el gatillo. Adiós.

Marlene Torres Prieto
(22:34)