jueves, octubre 7

que noche tan bonita en un jueves cualquiera





¡Que noche más bonita!, pensó para sus adentros. Aquella noche estrellada era realmente bonita. Nunca habia visto ninguna como esa. La sensación que causó en su reciclada mirada color verde también lo era. Las 9:47, vaya hora más fea. 9:48, 9:49, 9:50... así pasaban los minutos asomada a la ventana. En esos instantes me dio la sensación de que ella quería coger un cohete y volar hacia la luna. Quería sentirse grande y ver a mas de mil metros sobre el suelo el mundo, y volver a sentirse grande, muy grande, como si todo lo demás no existiera. ¿Sabes? Una vez alguien me dijo que las noches mas bonitas son un Jueves por la tarde-noche mientras llueve. Le gustaba el olor a lluvia, el sabor del café después de hacer el amor y los rayos de sol después de una tormenta. No es que fuera excentrico o extravagante, simplemente le gustaban los pequeños placeres que la vida le ofrecía. Siempre me decía que aquellas personas que aspiran a conseguir grandes objetivos, como ser millonario o super modelo acababan por no ser nada. También me dijo que si alfinal del día te parabas un segundo a pensar en las cosas que te habían gustado y que te habian echo sentir bien, te sentirias mucho mejor. Cosas tan insignificantes como sentarte en el bus yendo para el trabajo y ver a la gente pasar atraves del cristal, lavarte la cara con agua fría recien levantada, correr para no llegar tarde, el olor de un nuevo día, el reflejo de la luna en mi taza de leche, mi pintauñas favorito, el olor a gasolina, estrenar algo nuevo... ¿Y sabeis qué? Que creo que aquel hombre tenía razón. Así que de momento seguiré observando esta noche estrellada en un Jueves cualquiera, y me preguntaré que secretos esconde el espacio...

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