domingo, agosto 8

jodidamente bien

Y darse cuenta de lo mucho que en el fondo le echas de menos. De como cierras los ojos e intentas pensar en otra cosa para olvidarle, pero no puedes. Sabes que ya lo has echo, que olvidado está, pero no es ese el problema. Y darse cuenta de cuanto tiempo te habia llevado tomar esa decisión para nada. Para acabar pensando lo mismo de siempre. Tiempo. Cariño. Espacio. Amor. Sentirse libres. Y hacer que el otro se sienta igual. Y darse cuenta de que la vida no solo consiste en eso. Y mirar al otro y sencillamente limitarse a sonreir. Por el simple hecho de que está frente tuya. Y mirar atraves de esos ojos marron oscuro e intentar averiguar que está pasando por su cabeza. Taparle los ojos con las manos y jugar a volver a ser niños. Callarle con un beso. Dulce. Apasionado. Necesario. Inolvidable. Involvidable como cada beso que le das. Olvidar todo lo demás y volver a sentirse libres. Tan libres que hasta las nubes parecen estar a nuestro alcance. Y no tener miedo de ascender por la caida, simplemente dejarse llevar... Y darse cuenta de que es solamente un sueño. O tal vez no. Lo cierto es que no llego a definirlo a la perfección. ¿Es esto lo que sientes? Bueno... ¡que digo! Yo lo hice. Se acabó. Pero... ¿es un sueño? Lo cierto es que no tengo prisa. ¿O si? Demasiados calculos. Demasiada busqueda. Y el amor no es un calculo acertado o erroneo, ni una busqueda constante. Es algo que te encuentras de repente, sin esperarlo. Algo que cuando ha llegado, lo sabes. Porque sientes que sin ese algo ya nada es igual. Y entonces te sientes bien, jodidamente bien, y lo mejor de todo es que no hay ninguna razón. Pero a pesar de eso, te sientes bien, jodidamente bien.



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