domingo, junio 13

¿Sabes qué...?

La vida consiste en eso. Unos días estas arriba y otros días estas abajo. Un día te ries del mundo entero y otro día lloras por cualquier tonteria. Un día ganas el primer premio y al otro día ni te clasifican. Un día te la pela todo y al otro día todo te molesta. Un día estas cariñosa y otro día pasota. Un día recuerdas y al otro olvidas. Un día escribes y al otro también. Un día piensas y al otro día actuas. Un día estas feliz y al otro día triste. Un día le quieres y al otro día lo anhelas. Y hoy... pues hoy ha sido un día de todos los días. He reido, he llorado, he olvidado, he anhelado, me la ha pelado todo pero al mismo tiempo me afectaba, he estado cariñosa y pasota, he recordado, han habido momentos del día en los que he estado tan algo que hasta he sentido que podia tocar el cielo con los dedos, y tambien han habido momentos en los que he estado abajo, muy abajo... He pensado, he actuado, he querido, he estado feliz y triste. Y lo más importante, hoy he escrito.

Este texto va por todas esas fotos y personas que salen en ellas y que al verlas me revuelven el estomago por mucho tiempo que haya pasado, por mucha distancia que haya crecido entre esas personas y yo y por mucho odio que pueda haber. Soy persona, y las personas necesitan un tiempo para olvidar. Y aveces parece que todo ha pasado, que ya no hay nada, pero tambien hay días como hoy precisamente que todo se te cae encima y que sin darte cuenta te encuentras con la cara empapada en algo que hace mucho tiempo que no has saboreado, dolor. Pero contradiciendo todo lo anterior, también he sido feliz, muy feliz, y como son muchas las cosas que me recuerdan lo mal que debería estar en vez de darme motivos para sonreir, pongo esta foto, único motivo por el que tenía razones para seguir.

Tú puedes.

1 comentario:

  1. La verdad, nunca pensé que llegaría a conocerte de esta manera. Siempre he pensado que eras una persona bastante cerrada (y lo eres), por tanto nunca imagine que nuestra amistad llegara a mucho. Ahora después de 9 o los meses que hayan pasado, se que solo he llegado a entenderte, cuando te he conocido de verdad. Tienes razón, casi nunca las cosas salen como uno quiere, pero eso no quita que haya que seguir luchando. Mírate, sabes que eres capaz (me tienes a mí, con eso te sobra), tu puedes llegar hasta donde quieras, y la vida te lo ha demostrado. Ha quedado claro que algunos días el sol no brilla tanto, pero es que no vamos a poder hacer nada para cambiarlo. No se la razón por la que que nunca me quieres contar tus problemas, yo creo que te he ayudado en todo lo que he podido, y lo voy a seguir haciendo. Contigo me he sentido agusto, porque has sabido cómo tratarme sin plásticos, sin letras pequeñas, hemos sido como somos realmente, por eso has sido una de las primeras personas que he acudido cuando algo me retumbaba en la cabeza, mayormente porque con tus palabras, siempre consigues que sepa ver las cosas de otro modo, y eso me gusta. Siempre tienes ese típico discurso para escribirme, para poder seguir, y siempre, gracias a esos textos, frases, palabras (que ni siquiera sé si iban adrede para mí) lo logras, mágicamente. Hoy, también para mí, es uno de esos días que no sabes muy bien por donde ha salido el sol, y solo quieres dormir, cerrar los ojos y imaginar la vida sin esos detalles que sobran, pero llegados a un punto, después de tanto descansar, me he dado cuenta de que esos detalles o errores que cometo son en los que mañana no me preocupare, por eso me gusta contarte las cosas, porque cuando lo hago, es como si encontrara una solución y mañana ya no me preocupara.
    Lo peor de todo es que haya caído en la trampa dos veces, pero mira, aquí estoy, escribiéndote algo que no se si tiene sentido, y que probablemente no te ayudará. Creo que ha llegado el momento de darte las gracias, por aguantarme, porque soy una pesada, por enfadarte solo a veces por todo lo que nos decimos, por ayudarme a pensar en lo que me pongo, por enseñarme a concentrarme y saber cómo escribir mejor. Gracias por tener las mismas aficiones que yo, que seas una romántica, y quieras que te deje mis libros de Moccia, aunque sean un atentado contra nosotras, porque solo nos van a hacer a añorar y a llorar cada dos frases. Gracias por llevarme en moto, aunque llegue tarde, y por hacerme compañía cuando más lo necesito. Eres indispensable en mí día a día.

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