domingo, febrero 6

Amelie

Capítulo 1

Se oyen gritos. Se paralizan los tímpanos. Los segundos están pausados y los latidos ni siquiera se sienten. ''Rápido, se nos va''. ''Vamos joder, ¡despierta!''. ''¿Me oyes? Sí, sí, así es, ¿me oyes?''. ''¡No joder! Vamos, que tu puedes, lucha hasta el puto final como solo tu sabes. DESPIERTA''.


Pitido. Jack observa desde arriba como ha cerrado los párpados. Aprieta fuerte los puños siguiéndolo sus ojos y desea que todo sea una horrible pesadilla, pero vuelve a la realidad cuando la mano de Amelie suelta la suya. Se desliza sola paulatinamente entre sus dedos y se escapa como lo hace el agua en un día de lluvia.

Gira la cabeza y coloca la vista encima del sillón. Parecía viejo además de incómodo. Le recuerda a ella, como cada objeto de la habitación. Le quita los tacones, apaga el rojo de sus labios y besa su frente. ''Buenas noches Amelie'', y con la misma intensidad con la que se apaga la luz lo hace el brillo de sus ojos. ''Mañana será un nuevo día'', piensa Jack.

La noche se entremezclaba con el inexacto ruido de la maquina que respiraba por ella, de las constantes entradas y salidas de todas esas personas de bata blanca, de la inquieta incertidumbre que bombeaba cada momento, del odioso pitido que interrumpía el dulce sueño de Jack, incluso esa extraña sensación de sentir que te puede escuchar, que nota tus caricias, que sabe que estas ahí pero que está anclada a su cuerpo que a su vez está anclado a la cama, y sientes impotencia porque le hablas, le susurras, le besas y la única respuesta es el silencio...
Los aromas comienzan a informar de que es de día. El agudo canto de los pájaros, el olor a café, sus palabras vacías, todo parece apuntar que el sol acechará la ventana y que Amelie no va a poder atisbarlo.
Jack se levanta del sillón, se acerca a su oído: Buenos días Amelie. Escuchame, te sacaré de aquí, ¿vale? Sé cuanto odias los hospitales y  estar aquí encerrada te hace estar peor, así que no te preocupes. Despistaré a los medicos y te sacaré como sea. Si tu saltas, yo salto, ¿recuerdas? A pesar de que tu cuerpo esté inerte y no puedas moverte me escuchas; lo noto. Te lo prometo, te sacaré de aquí sea como sea.

Nota un leve cosquilleo en la mano, algo frío que le roza el pulgar, y de repente, ocurre. La mano de Amelie responde y acaricia la de Jack. Las pulsaciones se aceleran y la maquina emite un ruido mas fuerte de lo normal anunciando que algo va mal. ''Apártese''. ''Decirle que se vaya, no puede estar aquí''. ''Señor por favor salga de la habitación''. Milésimas de segundos, segundos, minutos; todo transcurre mas rápido de lo normal y Jack no entiende nada. Sale de la habitación y espera sentado en un asiento vacío que un familiar olvidó ocupar.

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