Capítulo 2
El asiento de la sala de espera comenzaba a resultar incómodo además de extraño. La sala formaba un cuadrado repleto de ilusiones y esperanzas que los familiares de los pacientes dejaban olvidados. Las maquinas expendedoras se alimentaban de éstos, tragando hasta el interior de sus circuitos cada gramo de desasosiego que desprendían los cuerpos. Los focos del techo emitían pequeños rayos de luz que calentaban el ambiente y alumbraban eso rostros inquietos de quien espera a la muerte sin saberlo. Jack lo hacía, esperaba inquieto la llegada de algún médico, una buena noticia, o simplemente una noticia. Frotaba sus manos contra el vaquero y dejaba que esa sala fuera absorbiéndole cada uno de sus latidos. La coraza que el mismo se había puesto iba quebrándose poco a poco como una pared agrietada, y quería gritar, correr, estremecerse, llorar...
Cuando varios minutos parecían convertirse en uno solo y el paso de los segundos continuaba un paso más despacio de lo normal, Jack paralizaba los relojes de la sala, los ruidos, las palabras, los corazones; y fijaba sus pupilas en los imperfectos pliegues del muro que los separaba, e imaginaba a Amelie tumbada inerte en la cama saboreando cada hilo de las sabanas esperando a Jack; a su promesa. ''No te preocupes, te sacaré de aquí como sea''. Una valiente lágrima atraviesa el ojo derecho de Jack y cruza la superficie de su mejilla. Se despega de los poros de su piel y aterriza en el frío marmol. Levanta las manos y tapa cualquier señal de verguenza. Las aparta y observa las arrugas de éstas. Diminutas lineas que se unen entre sí formando redes. Una única red que gira entorno a ese cuerpo que parece no querer despertar... Entorno a Amelie.
En ese momento cae en la cuenta y recuerda su promesa. Piensa como ejecutar el plan y despierta. Estira las piernas y se incorpora de nuevo al continuo paso de los segundos, preparado para cumplirla.
miércoles, febrero 23
sábado, febrero 19
Feliz Cumpleaños...
chandel torres prieto Hoy, 17:21
No creo que esto te sorprenda ya que nunca escribiré como tu.. pero como sueles decir la intención es lo que cuenta ¿no? Ya sabes como soy y lo que me esta costando hacer esto pero hoy en un día tan especial que menos que decirte todo lo bueno que tienes, que aunque no lo sepas supera lo malo. Eres tan especial, de esas personas que todos queremos llegar a ser, destacar por ser distintos, tener una personalidad distinta.. Aunque no lo creas te envídio, por ser única por que jamás habrán dos personas como tú, jamaás nadie será santi sincero como lo eres por muchas malas rachas que te cueste. Y ahora pensarás que todo esto lo digo por cumplir..pero si supieras lo agradecida que te estoy por todo lo que has echo por mí, por todas las veces que me has apoyado y ayudado, por las veces que me haces ver la realidad, por muy cruda que sea y por supuesto por ser la persona con la que más me rio en este mundo(ya se que decirte esto te va a hacer muy feliz jaja) Si contara todos los minutos de risas que hemos tenido... QUE SUERTE TENGO que entre tanta gente hayas sido tu mi hermana, que si tuviera que elegir a una amiga especial, te eligira a tí, que aunque no lo creas más que mi hermana eres mi amiga. Te sorprenerá saber lo empapada en lágrimas que estoy mientras escribo esto, solo quiero que aprendas a pasar los malos momentos siempre a mi lado y que exprimas cada segundo de los buenos, por que nadie se lo merece más que tú. Estas son las palabrás más sinceras que e dicho en mi vida; y por cierto aunque pienses que no e leído casi ninguno de tus textos, te equivocas, y eres la MEJOR escritora del mundo. Felicidades. Te quiero.
No creo que esto te sorprenda ya que nunca escribiré como tu.. pero como sueles decir la intención es lo que cuenta ¿no? Ya sabes como soy y lo que me esta costando hacer esto pero hoy en un día tan especial que menos que decirte todo lo bueno que tienes, que aunque no lo sepas supera lo malo. Eres tan especial, de esas personas que todos queremos llegar a ser, destacar por ser distintos, tener una personalidad distinta.. Aunque no lo creas te envídio, por ser única por que jamás habrán dos personas como tú, jamaás nadie será santi sincero como lo eres por muchas malas rachas que te cueste. Y ahora pensarás que todo esto lo digo por cumplir..pero si supieras lo agradecida que te estoy por todo lo que has echo por mí, por todas las veces que me has apoyado y ayudado, por las veces que me haces ver la realidad, por muy cruda que sea y por supuesto por ser la persona con la que más me rio en este mundo(ya se que decirte esto te va a hacer muy feliz jaja) Si contara todos los minutos de risas que hemos tenido... QUE SUERTE TENGO que entre tanta gente hayas sido tu mi hermana, que si tuviera que elegir a una amiga especial, te eligira a tí, que aunque no lo creas más que mi hermana eres mi amiga. Te sorprenerá saber lo empapada en lágrimas que estoy mientras escribo esto, solo quiero que aprendas a pasar los malos momentos siempre a mi lado y que exprimas cada segundo de los buenos, por que nadie se lo merece más que tú. Estas son las palabrás más sinceras que e dicho en mi vida; y por cierto aunque pienses que no e leído casi ninguno de tus textos, te equivocas, y eres la MEJOR escritora del mundo. Felicidades. Te quiero.
lunes, febrero 14
Ramo de flores
El esperado San Valentín murió, quedó guardado en el olvido y nunca más salió, quedó encerrado en la tristeza y el llanto, quedó encerrado en un ramo de flores, un ramo de flores que debía ser enviado a mi casa para yo poder disfrutarlo, pero nada de eso sucedió, porque quedó encerrado en tantas cosas...quedó encerrado en una condena de la que no iba a escapar, murió, falleció, como queráis llamarlo, lo importante es saber que jamás volverá, y que aquello que pudo haber sido una sorpresa, no es mas que un objeto inútil y despreciado por mi, algo que no quiero volver a ver, algo que condeno hasta el fin de sus días. Ese odioso ramo de flores, que sin querer le seguimos alimentando con agua y una pequeña porción de luz, es nuestro instinto, nuestro amor todavía guardado en algún rincón de esa caja oscura a la que llamamos corazón, es ese amor el que cambia nuestro pensamientos de desprecio a cariño, es ese amor que se esconde porque es consciente que si algún día sale de ese lugar, me destruirá, ese amor que lo único que le acompaña son consecuencias, consecuencias que apuñalaran mis recuerdos, alborotaran mis noches de paz, se adueñará de mi cuerpo, esa será mi condena, y lo único que tuve que hacer fue echar una firma en aquel misterioso papel y aceptar a aquel hermoso regalo: el ramo de flores, el símbolo de la vida, el símbolo de el amor, la confianza, en mi caso, el símbolo de nada.
14/02/2007
Mis orígenes....
sábado, febrero 12
Guerra...
Deambula por la calle pensando en que misterios aguarda las esquinas de esa vieja ciudad que le vio crecer, y que sin embargo ahora no reconoce... Mira a un lado y a otro. Edificios en llamas, cristales rotos, y con los cristales; los sueños, las ilusiones, la esperanza de levantar un país que ahora se encuentra en llamas, en pequeños pedazos de algo mas fuerte y adictivo que la cocaína, heroína o el tabaco; algo que produce mas adrenalina que lanzarse desde un puente a 500 metros de altura. Un sorbo, una ración, un plato de esta extraña sustancia que a todos parece transformar, y estás perdido. La vida de los mortales funciona así. Con insignificantes prohibiciones que parecen activar los sentidos y provocar una ligera sensación de necesidad de probarlo. Este simple detalle o movimiento, sería igual de insignificante que la prohibición con la clara diferencia de que a veces, el ser humano olvida sus principios y deja actuar la parte mas oscura de un alma viviente; la ambición. Es entonces cuando olvidamos y lo probamos. En ese mismo momento has cruzado el límite de lo real e irreal, y vuelves a olvidar completamente quien eres.
Sigue así, con los ojos entreabiertos por miedo a encontrarse con algo más desgarrador que atisbar su vieja metrópolis entre cenizas y fuego. Aparta con los pies ladrillos, escombros y cuerpos inertes que yacen olvidados en el suelo. Y sin darse cuenta, se ve arrastrando su propio cuerpo por la superficie de esta estúpida lamina de miedo y vergüenza. Deja caer los brazos e intenta continuar su débil y paulatino paso a través de la cobardía. Avanza un par de metros más y se para frente a una casa. La examina con la mirada y se queda fija en el cartel con el nombre de la calle. Era su casa. La misma que le vio correr, caerse mil veces y levantarse otras mil y una. La misma que construyó los cimientos de su vida que ahora tambalean.
Intenta ocultar su tristeza, pero cuando los sentimientos nacen en el interior y son fuertes, incluso los inmortales dejan de ser inmunes a este tipo de dolor.
Sigue así, con los ojos entreabiertos por miedo a encontrarse con algo más desgarrador que atisbar su vieja metrópolis entre cenizas y fuego. Aparta con los pies ladrillos, escombros y cuerpos inertes que yacen olvidados en el suelo. Y sin darse cuenta, se ve arrastrando su propio cuerpo por la superficie de esta estúpida lamina de miedo y vergüenza. Deja caer los brazos e intenta continuar su débil y paulatino paso a través de la cobardía. Avanza un par de metros más y se para frente a una casa. La examina con la mirada y se queda fija en el cartel con el nombre de la calle. Era su casa. La misma que le vio correr, caerse mil veces y levantarse otras mil y una. La misma que construyó los cimientos de su vida que ahora tambalean.
Intenta ocultar su tristeza, pero cuando los sentimientos nacen en el interior y son fuertes, incluso los inmortales dejan de ser inmunes a este tipo de dolor.
miércoles, febrero 9
cuando queda la sonrisa
Yo...verás.... no sé como hacer este tipo de cosas, o cartas, o lo que sea que sean. Ni siquiera se si debo empezar con hola o adiós.
Recuerdo el día en que me fijé en ti. Estabas a mi lado, a mi izquierda para ser exactos. Giré la cabeza y me dijiste -¡Hola!- con tanta efusividad que creía que te habías equivocado de persona, pero no fue así, me lo decías a mi. Entonces pasó algo, no sé el qué, pero pasó. Mis ojos fueron a parar a tu preciosa sonrisa que en ese momento deslumbraba, y después te miré fijamente a los ojos. Lo supe. Desde ese momento supe que eras eso que siempre había estado buscando, pero que en el fondo no buscaba. Aquello me hizo más feliz todavía, pensar que viniste de repente, sin previo aviso. ¿Sabías que las historias de amor más bonitas siempre nacen así? Pues sí. Incluso yo, que ya sabes que odio las películas de amor, supe que aquello iba a ser una historia de amor bonita. O bueno, tal vez no de amor al principio, pero si algo especial. ¿Lo estoy haciendo bien? Es que me da la sensación de que parezco tonto y seguro que ahora mismo estás tumbada en la cama sosteniendo la carta con las manos y sin parar de reírte. Siempre fuiste un poco capulla... (no te piques que sabes que te lo digo de broma). En cualquier caso quiero que sepas que la razón por la que me enamoré de ti fue todo. Incluso cuando te pones vacilona o me gritas sigo pensando lo mismo (y eso que gritas poco eh....). ¿Te acuerdas? Parece que fue ayer, ¿eh?, y ya han pasado dos años. ¿Sabes qué? Te quiero. Aunque al principio intentaba engañarme y hacerme creer que no te quería, pronto me fui dando cuenta de que no es así, de que lo que realmente me hace feliz es saber que tu estás en cada día de mi vida, con tu sonrisa. Es lo único que me hace falta para sobrevivir en este mundo de depredadores sociales. Tú. Tú y tu sonrisa.
De tu pequeño atrapador de asesinas del amor.
Recuerdo el día en que me fijé en ti. Estabas a mi lado, a mi izquierda para ser exactos. Giré la cabeza y me dijiste -¡Hola!- con tanta efusividad que creía que te habías equivocado de persona, pero no fue así, me lo decías a mi. Entonces pasó algo, no sé el qué, pero pasó. Mis ojos fueron a parar a tu preciosa sonrisa que en ese momento deslumbraba, y después te miré fijamente a los ojos. Lo supe. Desde ese momento supe que eras eso que siempre había estado buscando, pero que en el fondo no buscaba. Aquello me hizo más feliz todavía, pensar que viniste de repente, sin previo aviso. ¿Sabías que las historias de amor más bonitas siempre nacen así? Pues sí. Incluso yo, que ya sabes que odio las películas de amor, supe que aquello iba a ser una historia de amor bonita. O bueno, tal vez no de amor al principio, pero si algo especial. ¿Lo estoy haciendo bien? Es que me da la sensación de que parezco tonto y seguro que ahora mismo estás tumbada en la cama sosteniendo la carta con las manos y sin parar de reírte. Siempre fuiste un poco capulla... (no te piques que sabes que te lo digo de broma). En cualquier caso quiero que sepas que la razón por la que me enamoré de ti fue todo. Incluso cuando te pones vacilona o me gritas sigo pensando lo mismo (y eso que gritas poco eh....). ¿Te acuerdas? Parece que fue ayer, ¿eh?, y ya han pasado dos años. ¿Sabes qué? Te quiero. Aunque al principio intentaba engañarme y hacerme creer que no te quería, pronto me fui dando cuenta de que no es así, de que lo que realmente me hace feliz es saber que tu estás en cada día de mi vida, con tu sonrisa. Es lo único que me hace falta para sobrevivir en este mundo de depredadores sociales. Tú. Tú y tu sonrisa.
De tu pequeño atrapador de asesinas del amor.
domingo, febrero 6
Amelie
Capítulo 1
Se oyen gritos. Se paralizan los tímpanos. Los segundos están pausados y los latidos ni siquiera se sienten. ''Rápido, se nos va''. ''Vamos joder, ¡despierta!''. ''¿Me oyes? Sí, sí, así es, ¿me oyes?''. ''¡No joder! Vamos, que tu puedes, lucha hasta el puto final como solo tu sabes. DESPIERTA''.
Pitido. Jack observa desde arriba como ha cerrado los párpados. Aprieta fuerte los puños siguiéndolo sus ojos y desea que todo sea una horrible pesadilla, pero vuelve a la realidad cuando la mano de Amelie suelta la suya. Se desliza sola paulatinamente entre sus dedos y se escapa como lo hace el agua en un día de lluvia.
Gira la cabeza y coloca la vista encima del sillón. Parecía viejo además de incómodo. Le recuerda a ella, como cada objeto de la habitación. Le quita los tacones, apaga el rojo de sus labios y besa su frente. ''Buenas noches Amelie'', y con la misma intensidad con la que se apaga la luz lo hace el brillo de sus ojos. ''Mañana será un nuevo día'', piensa Jack.
La noche se entremezclaba con el inexacto ruido de la maquina que respiraba por ella, de las constantes entradas y salidas de todas esas personas de bata blanca, de la inquieta incertidumbre que bombeaba cada momento, del odioso pitido que interrumpía el dulce sueño de Jack, incluso esa extraña sensación de sentir que te puede escuchar, que nota tus caricias, que sabe que estas ahí pero que está anclada a su cuerpo que a su vez está anclado a la cama, y sientes impotencia porque le hablas, le susurras, le besas y la única respuesta es el silencio...
Los aromas comienzan a informar de que es de día. El agudo canto de los pájaros, el olor a café, sus palabras vacías, todo parece apuntar que el sol acechará la ventana y que Amelie no va a poder atisbarlo.
Jack se levanta del sillón, se acerca a su oído: Buenos días Amelie. Escuchame, te sacaré de aquí, ¿vale? Sé cuanto odias los hospitales y estar aquí encerrada te hace estar peor, así que no te preocupes. Despistaré a los medicos y te sacaré como sea. Si tu saltas, yo salto, ¿recuerdas? A pesar de que tu cuerpo esté inerte y no puedas moverte me escuchas; lo noto. Te lo prometo, te sacaré de aquí sea como sea.
Nota un leve cosquilleo en la mano, algo frío que le roza el pulgar, y de repente, ocurre. La mano de Amelie responde y acaricia la de Jack. Las pulsaciones se aceleran y la maquina emite un ruido mas fuerte de lo normal anunciando que algo va mal. ''Apártese''. ''Decirle que se vaya, no puede estar aquí''. ''Señor por favor salga de la habitación''. Milésimas de segundos, segundos, minutos; todo transcurre mas rápido de lo normal y Jack no entiende nada. Sale de la habitación y espera sentado en un asiento vacío que un familiar olvidó ocupar.
Se oyen gritos. Se paralizan los tímpanos. Los segundos están pausados y los latidos ni siquiera se sienten. ''Rápido, se nos va''. ''Vamos joder, ¡despierta!''. ''¿Me oyes? Sí, sí, así es, ¿me oyes?''. ''¡No joder! Vamos, que tu puedes, lucha hasta el puto final como solo tu sabes. DESPIERTA''.
Pitido. Jack observa desde arriba como ha cerrado los párpados. Aprieta fuerte los puños siguiéndolo sus ojos y desea que todo sea una horrible pesadilla, pero vuelve a la realidad cuando la mano de Amelie suelta la suya. Se desliza sola paulatinamente entre sus dedos y se escapa como lo hace el agua en un día de lluvia.
Gira la cabeza y coloca la vista encima del sillón. Parecía viejo además de incómodo. Le recuerda a ella, como cada objeto de la habitación. Le quita los tacones, apaga el rojo de sus labios y besa su frente. ''Buenas noches Amelie'', y con la misma intensidad con la que se apaga la luz lo hace el brillo de sus ojos. ''Mañana será un nuevo día'', piensa Jack.
La noche se entremezclaba con el inexacto ruido de la maquina que respiraba por ella, de las constantes entradas y salidas de todas esas personas de bata blanca, de la inquieta incertidumbre que bombeaba cada momento, del odioso pitido que interrumpía el dulce sueño de Jack, incluso esa extraña sensación de sentir que te puede escuchar, que nota tus caricias, que sabe que estas ahí pero que está anclada a su cuerpo que a su vez está anclado a la cama, y sientes impotencia porque le hablas, le susurras, le besas y la única respuesta es el silencio...
Los aromas comienzan a informar de que es de día. El agudo canto de los pájaros, el olor a café, sus palabras vacías, todo parece apuntar que el sol acechará la ventana y que Amelie no va a poder atisbarlo.
Jack se levanta del sillón, se acerca a su oído: Buenos días Amelie. Escuchame, te sacaré de aquí, ¿vale? Sé cuanto odias los hospitales y estar aquí encerrada te hace estar peor, así que no te preocupes. Despistaré a los medicos y te sacaré como sea. Si tu saltas, yo salto, ¿recuerdas? A pesar de que tu cuerpo esté inerte y no puedas moverte me escuchas; lo noto. Te lo prometo, te sacaré de aquí sea como sea.
Nota un leve cosquilleo en la mano, algo frío que le roza el pulgar, y de repente, ocurre. La mano de Amelie responde y acaricia la de Jack. Las pulsaciones se aceleran y la maquina emite un ruido mas fuerte de lo normal anunciando que algo va mal. ''Apártese''. ''Decirle que se vaya, no puede estar aquí''. ''Señor por favor salga de la habitación''. Milésimas de segundos, segundos, minutos; todo transcurre mas rápido de lo normal y Jack no entiende nada. Sale de la habitación y espera sentado en un asiento vacío que un familiar olvidó ocupar.
miércoles, febrero 2
Suscribirse a:
Entradas (Atom)