miércoles, mayo 11
Lo que más recuerdo de ella era su forma de amar. Le juro que nunca vi a nadie amar de aquella manera. Tan viva y tan ella. Era un arte en sí. Le rasgaba a uno tanto el corazón que era inevitable no sonreír mientras la observaba. Esa forma de querer a su familia, a sus amigos, a los animales, a las risas. Sí… Rasgaba hasta lo más profundo de mi ser. Pero no es ella. Es su forma de amar. De amar hasta desgarrarse a si misma, hasta desencajarse el alma, hasta elevarme.
¿Y que pasó? Preguntó el terapeuta.
Me elevé. Y me asusté.
Finalmente la solté. O más bien la desgarré. La arañé. Pero no como se arañaba ella, porque en el fondo siempre supe que jamás la querría como me quería ella a mi, simplemente porque no sé amar como ella. ¿Acaso alguien sabe?
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Pero amar cada uno lo expresa de su forma y no hay ninguna mejor que la otra, pues sentir la propia y hacerselo llegar a quién se quiere me parece ya lo más valiente y valioso de este mundo.. lo malo del amor es que también paraliza, pues no es fácil sentir esa necesidad del otro
ResponderEliminarEstá claro que ninguna forma de amar es mejor que otra, el texto va de que la persona es consciente de que nunca querrá a la chica como ella la quiso a él.
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